Capítulo 13

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Bri se despertó sin tener idea de en qué momento del día estaba

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Bri se despertó sin tener idea de en qué momento del día estaba.

Después de pasar tres días en el hospital, la habían dejado salir y el rey había propuesto que se trasladara al palacio para mayor seguridad, al menos hasta que descubrieran quién estaba detrás de los atentados y cómo detenerlo.

Ella había aceptado de inmediato, dispuesta a cualquier cosa con tal de pasar un tiempo lejos de sus padres.

Se levantó de la cama y miró la hora mientras se ponía un buzo encima del pijama. Era casi la hora de cenar, sin embargo no recordaba haberse quedado dormida durante la tarde.

Salió del cuarto y se topó con uno de sus guardias que la siguió hasta que entró al cuarto de Alioth a pocos pasos del suyo.

—Yo también debería ponerme a estudiar un poco, aunque ya no creo que pueda salvar el semestre —murmuró subiendo a la cama en la que él se encontraba leyendo un libro.

—Tendría que ocurrir un milagro para que eso sucediera —contestó el príncipe quitando los ojos de la lectura—. Pero podrías comenzar a leer para empezar el próximo más preparada.

Bri soltó una risa.

—Eres tan divertido —murmuró con sarcasmo. Solo estudiaba finanzas porque su padre prácticamente la obligaba y no le dedicaría más tiempo del estrictamente necesario. Quizás si tuviera la oportunidad de elegir algo más acorde a sus deseos, su rendimiento sería otro—. ¿Has visto que hay más guardias en el pasillo?

—Están para protegernos, Bri. ¿Por qué no buscas a las mellizas? Tal vez te entretengas un rato hasta la hora de cenar.

Ella hizo una mueca, sintiéndose expulsada de su cuarto.

—Lo haría, pero solo quieren hablar de la boda. Y tu madre me ha vuelto loca todos estos días para que pongamos una fecha. Dijo que si no lo hacemos nosotros, lo harán ellos.

Alioth dejó el libro a un lado y se giró para mirarla.

—Lo sé, también me lo ha dicho. Le aclaré que creo que lo más importante ahora era encontrar a quien nos está atacando, pero dado que quieren mantenerlo en secreto, tenemos que seguir con nuestras vidas como si nada ocurriera.

Ella se tensó.

—¿Mantenerlo en secreto? ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que alguien termine muerto? —espetó—. Porque los dos estuvimos bastante cerca, ¿qué más necesitan para tomarlo en serio?

—Bri —pronunció con calma—. Yo te entiendo, pero es importante verlo desde todos los ángulos. No podemos mostrar debilidad ni darles crédito a estas personas. ¿Lo entiendes?

—Sí —respondió resignada y se recostó a su lado con un suspiro—. Lo entiendo.

Alioth la contempló y le sonrió antes de volver a concentrarse en sus libros.

Descontrol en la realeza (Los van Helmont I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora