Capítulo 10

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Dos semanas más tarde, Alioth se encontraba en uno de los jardines del palacio en medio de los invitados del brunch que había organizado su madre ese mediodía, cuando vio que Brianna aparecía por fin y caminaba en su dirección

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Dos semanas más tarde, Alioth se encontraba en uno de los jardines del palacio en medio de los invitados del brunch que había organizado su madre ese mediodía, cuando vio que Brianna aparecía por fin y caminaba en su dirección.

Su corazón dio un salto al verla tan prolijamente arreglada, usando un vestido completamente fuera de su estilo. Brianna se veía hermosa con cualquier cosa y era difícil para él decidir si este cambio era positivo o no.

Sus miradas se encontraron y ella le sonrió, apresurándose a cerrar el espacio que los separaba para abrazarlo.

—Hola, guapo.

—Hola —saludó extrañado, pero divertido y encantado a la vez—. ¿Esto es parte del show?

—Algo así, ¿no vas a decirme cómo me veo?

Él no dudó en su respuesta.

—Tan hermosa como siempre.

Bri puso los ojos en blanco y dio un paso atrás.

—Estoy intentando adaptar mi estilo a algo más apropiado para la novia del príncipe. Tampoco pueden esperar que me vista como tu madre.

—Estás perfecta así, Bri. ¿Cómo te sientes? —musitó él colocando una mano en su cintura.

—Un poco nerviosa, la verdad. ¿Tú?

—Igual, pero estaremos bien —compuso guiñándole un ojo—. Relájate, vamos a saludar a los invitados que están ansiosos por que me acerque.

Brianna asintió y le tomó la mano, entrelazando los dedos con los suyos, haciéndole pensar que no le costaría nada acostumbrarse a ello.

Caminaron y saludaron a todo el mundo con una sonrisa, bajo la mirada atenta pero aprobadora de la reina, hasta que Alioth decidió que había tenido suficiente distracción y era momento de actuar.

La llevó hasta un punto del jardín en el que quedaban a la vista de todos, pero apartados de sus oídos. Los verían, pero no escucharían nada, solo podrían imaginar sus palabras.

Si bien había sido planeado con mucho detalle, para Alioth no era una simple actuación, iba a hablarle con el corazón, aunque ella no llegase a comprenderlo.

—Está bien —anunció de repente.

Brianna alzó la cabeza para mirarlo.

—¿Qué ocurre?

Su respuesta fue ponerse frente a ella y tomarle ambas manos, sonriendo con calma para que ella entendiera la respuesta sin que tuviera que pronunciarlo.

—Oh, Dios. ¿Ahora? ¿Vamos a hacerlo ahora?

—Brianna —comenzó sin poder borrarse la sonrisa del rostro ni hacerla más pequeña. Por algún extraño motivo, los nervios habían desaparecido a pesar de que su mente había quedado en blanco, todo lo que había planeado decirle y ensayado mil veces en su cabeza se le había olvidado. Lo único que pudo hacer, fue dejar que su corazón hablase sin más—. Has sido mi mejor amiga durante toda mi vida. Ante mis ojos eres la mujer más buena, divertida y hermosa de todas. No puedo pensar en ninguna otra persona con la que compartir el resto de mi vida, eres la única que podría hacer mi carga más fácil de soportar.

Descontrol en la realeza (Los van Helmont I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora