Vasilisa.
Me desperté temprano, mucho antes de que el sol comenzara a calentar las paredes de la villa. A mi lado, el seguía durmiendo profundamente. Lo observé por un momento, admirando la paz que emanaba de él mientras descansaba. Con cuidado, me deslicé fuera de la cama, tratando de no despertarlo, y fui directo al baño para darme una ducha rápida.
Hoy era un día especial. El cumpleaños de Lucian. Mi niño grande.
Después de vestirme, bajé a la cocina y comencé a preparar su pastel favorito: chocolate con frutillas frescas. Sabía que lo haría sonreír. Mientras batía los ingredientes.
Espero que el regalo que le compré a Lucian le guste, es algo que había pedido.
Mientras el pastel se horneaba, aproveché para preparar algunas galletas con chispas de chocolate, sabiendo que también le encantarían.
El aroma dulce llenó la cocina cuando todo estuvo listo. Miré el reloj. Era momento de ir a buscar a los niños.
Subí de nuevo a nuestra habitación, pero al entrar, me encontré a mi esposo ya estaba de pie, completamente listo, y estaba en medio de cambiar a los pequeños. Los tres reían, y verlos juntos me hizo sonreír como tonta. Me acerqué a ellos, abrazando a Lucian primero, mis brazos envolviéndolo con fuerza.
-Feliz cumpleaños, mi amor -le susurré, besando su mejilla-. Te amo mucho.
Lucian me miró con sus ojos brillantes y sonrió, el tipo de sonrisa que me derretía por completo.
-Gracias, mami. Yo también te amo -dijo, abrazándome de vuelta.
Antoni terminó de cambiar a Demon, y lo tomó en brazos con la misma naturalidad que si hubiera nacido para ser padre.
-Vamos a desayunar - aspecto, su voz profunda y calmada, mientras me lanzaba una mirada que lo decía todo.
Con los dos niños a nuestro lado, bajamos juntos a la cocina.
El desayuno había comenzado como cualquier otro día, con los niños riendo y disfrutando de sus comidas. Mientras preparaba las cosas, me acerqué a el y le susurré al oído.
-Ve por el pastel, por favor -le pedí con una sonrisa.
Antoni asintió y se levantó para buscar el pastel qué había preparado. Cuando regresó con él, Lucian abrió los ojos de par en par, emocionado al ver su pastel de cumpleaños. nos unimos para cantarle el "Feliz cumpleaños", y ver la sonrisa en su carita fue el mejor regalo de todos.
Después de que apagó las velas, me agaché a su nivel y le entregué su primer regalo. lo abrió con entusiasmo y cuando vio al pequeño cachorrito que tanto había querido, sus ojos se llenaron de felicidad.
-¡Gracias, mami! -exclamó, abrazando al cachorro.
-Te amo, mi amor -le dije mientras acariciaba su cabello.
Luego, le entregué un segundo regalo, algo costoso que sabía que le encantaría. lo abrió con cautela y sus ojos brillaron al ver lo que era, un reloj de colección.
Antoni no se quedó atrás. Se acercó con una caja grande y le dio su propio regalo, un objeto igual de caro que el mío, algo lujoso, pero perfecto para nuestro hijo.
-Y este, es de parte de Demon y de Kiara -dijo con una sonrisa mientras señalaba mi vientre-. Están ansiosos por darte más regalos cuando lleguen.
Lucian soltó una risita, mientras su padre fingía darle algo "en nombre" de sus hermanos.
-Gracias, papá - le agradece con una gran sonrisa, abrazándolo también.
Luego, me volví hacia la mesa y serví un vaso de leche para Lucian, cortando una rebanada del pastel y colocándola en su plato.
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Mi obsesión
Фанфик"Vasilisa, una hermosa diseñadora de modas, se convierte en el objeto de deseo de Antoni, el poderoso y siniestro líder de la organización criminal conocida como La Pirámide. Con un corazón tan frío como el hielo y un alma corrupta, Antoni es el cre...