PRÓLOGO

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Hace cinco siglos, Althea, una joven Banshee con grandes ambiciones y alcaldesa de un pequeño pueblo, presentó una propuesta que cambiaría el destino no solo de su comunidad, sino del mundo entero. Su sueño era construir una escuela que reuniera a todas las criaturas sobrenaturales, un lugar donde pudieran vivir en paz y aprender unos de otros. Sin embargo, el pueblo de Althea contaba con apenas 400 habitantes, y su visión requería un alcance mucho mayor. Con su reputación como una de las Banshee más veneradas de todos los tiempos, pasó meses contactando con ciudades y aldeas lejanas, convencida de que su idea podría resonar más allá de los límites de su tierra.

Finalmente, el día de la gran presentación llegó. Althea se paró frente a una multitud de seres sobrenaturales reunidos en la plaza del pueblo.


— ¡Gentes de Nemeton y de más allá del frondoso bosque, gracias por venir! —comenzó con seguridad—. Os estaréis preguntando por qué os he convocado. Bien sabéis de los conflictos y diferencias que nos separan. Es hora de ponerles fin. Estoy construyendo lo que será la Escuela Nemeton, un lugar donde podamos conocernos, compartir nuestras historias y aprender unos de otros. Deja—

— ¡¿Cómo piensas abrir una escuela para seres sobrenaturales?! ¿Te has vuelto loca? —interrumpió un hombre lobo, con desdén en su voz.

— ¡Mi hijo jamás se mezclará con esos chuchos apestosos! —exclamó una madre sirena, lanzando una mirada de desprecio a los lobos cercanos mientras rodeaba con su brazo a su hija.

— ¡¿Chuchos apestosos?! ¡Vosotros oléis a pescado podrido! —respondió el lobo, lleno de furia.

— ¿Y qué hay de los humanos? En mi pueblo ya hemos sufrido redadas. Nos están cazando y masacrando. ¡Eso es lo que debería preocuparnos, no esta locura! —gritó un vampiro, avivando la tensión en la multitud.

— ¡Sí, eso! —corearon varios entre el tumulto, que se agitaba con creciente hostilidad.


Althea esperaba esta reacción. Sabía que su idea parecía imposible para muchos, sobre todo en un tiempo donde las amenazas humanas eran tan reales y donde las especies sobrenaturales apenas podían tolerarse entre sí. Pero ella no estaba dispuesta a rendirse.


— ¡Calma! —exclamó con firmeza, su voz cortando el caos—. Soy consciente de la amenaza de los humanos, pero este es un problema distinto. Lo que está sucediendo aquí mismo, entre nosotros, es igual de grave. No podéis ni miraros sin odio, ni siquiera soportáis el olor del otro. Eso debe terminar. Entre nosotros debe haber paz y armonía, o de lo contrario jamás sobreviviremos, ni juntos ni por separado.


Una joven hada, que había permanecido callada hasta entonces, levantó la mano con cautela.


— Mi venerada Banshee, puedo entender lo que dice, pero… ¿qué ocurrirá si logramos convivir? ¿Y si nuestros descendientes empiezan a procrear entre especies?


Althea sonrió con los ojos brillantes, como si esa misma pregunta hubiese encendido una chispa en su mente. Dio un paso al frente, y antes de que alguien más hablara, exclamó con una voz autoritaria:


— ¡JAMÁS! En mi escuela, estará prohibido bajo pena de muerte procrear entre diferentes especies. Los híbridos no tienen lugar en este mundo. —Un murmullo recorrió la plaza—. Y os digo algo más: nadie está obligado a asistir. Solo aquellos con la mente abierta, que deseen acabar con nuestras diferencias, serán bienvenidos.


La multitud permaneció en silencio, procesando sus palabras. Pocos estaban convencidos, pero Althea no retrocedió. Sabía que la resistencia sería feroz, que los conflictos continuarían, pero también sabía que estaba sembrando la semilla de algo más grande.

Y así, gracias a su fuerza de voluntad y perseverancia, tras años de dificultades y oposición, la Escuela Nemeton levantó sus cimientos, destinada a cambiar para siempre la historia de los seres sobrenaturales.



ESCUELA NEMETONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora