Después de la intensa charla con Junghaleon, los chicos regresaron a sus dormitorios, cargados de preguntas y pensamientos. El ambiente en la escuela estaba cada vez más tenso, y aunque algunos intentaban relajarse o centrarse en sus estudios, la inquietud por los extraños sucesos recientes era palpable. Jinx y Hobi eran los más curiosos, obsesionados con descubrir la verdad sobre el misterioso Yunklian. Se pasaron horas buscando en libros antiguos y navegando por la web en busca de pistas. Sin embargo, todo parecía un callejón sin salida. No había nada concluyente, solo rumores y teorías sin fundamento. La frustración comenzaba a acumularse, pero no podían dejarlo. La revelación sobre Namarok, que Junghaleon había compartido, solo añadía más confusión al misterio.
La noche cayó sobre Nemeton, y mientras el resto del grupo se retiraba a dormir, Junghaleon, como era habitual, se mantenía despierto. La maldición que corría por sus venas le impedía disfrutar del descanso nocturno como los demás. Pero esa noche no solo era su naturaleza la que lo mantenía alerta, sino el torbellino de pensamientos que lo envolvía. Había algo que no dejaba de darle vueltas en la cabeza: Taethiel.
No podía olvidar lo que había sucedido esa tarde, cuando se sentó junto a ella en la cama, donde ahora mismo yacía. A pesar de que Taethiel había asegurado que no le tenía miedo, Junghaleon pudo sentir cómo su corazón se aceleraba cada vez más. "¿Por qué le di la mano? Fue un impulso estúpido. Solo la asusté más...", pensaba Junghaleon, mientras recordaba la incomodidad del momento. Y luego estaba el tema de los híbridos. Jin había mencionado algo casualmente, pero el nerviosismo de Junghaleon había sido palpable. No podía evitar pensar que estaba en peligro. "Si están investigando eso, podría estar en problemas...".
Cansado de darle vueltas al asunto, miró su teléfono. No solía hacer esto, pero sentía la necesidad de disculparse con Taethiel. Quizá un mensaje aclararía las cosas. Abrió WhatsApp y, con los dedos vacilantes, comenzó a escribir. Dudó un segundo antes de enviarlo. Sabía que eran altas horas de la madrugada y probablemente despertaría a su compañera, pero necesitaba hacerlo.
En la otra punta del edificio, Taethiel se despertó de manera repentina, no por el sonido del mensaje, sino porque su cuerpo le pedía una urgencia biológica. Con los ojos medio cerrados, fue al baño, agradeciendo en silencio el alivio de la oscuridad tranquila. Al regresar a su cama, notó que su móvil parpadeaba, indicando un nuevo mensaje. Al principio no le prestó mucha atención, creyendo que se trataba de alguna notificación sin importancia. Sin embargo, al desbloquear el móvil, el nombre de Junghaleon brillaba en la pantalla. Su estómago se encogió de inmediato. "¿Junghaleon? ¿A estas horas? ¿Qué habrá pasado?"
Intrigada y nerviosa, Taethiel abrió el mensaje mientras sus pensamientos corrían a mil por hora. Junghaleon rara vez le escribía, y mucho menos a altas horas de la madrugada. Al notar que el mensaje se extendía en varias líneas, su ansiedad se intensificó. Finalmente, decidió leerlo, y su corazón se aceleró. ¿Cómo le respondo a todo esto ahora?, pensó. Tras calmar sus nervios, por un instante, decidida respondió.
Chat con Junghaleon
Junghaleon: Hola, espero no despertarte. Esta tarde cuando me senté a tu lado te noté nerviosa. Pude sentir como se te aceleraba el corazón, pude oler miedo en ti. Siento si mi presencia te sigue incomodando, tan solo estaba nervioso por el tema de Namarok y quise sentarme a tu lado.
Junghaleon: Bueno, me senté a tu lado porque era el único sitio libre que había jaja
Junghaleon: Aunque si hubiese habido más sitios tambien podría haberme sentado junto a ti, no es que no quisiera sentarme a tu lado jaja 😅
Taethiel: Hola 👋
Junghaleon: Oh ¿Estás despierta?
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ESCUELA NEMETON
FantasiLa escuela Nemeton, erigida en el siglo XVI por la enigmática Banshee Althea, es hoy una de las instituciones más veneradas por seres sobrenaturales de todo el mundo. Su prestigio atrae a miles de jóvenes que ansían formar parte de su historia, pero...