El estudio de Bizarrap siempre había sido un lugar de magia y música, pero aquella tarde era especial para ____, una argentina con mucha historia detrás.Había llegado acompañada de su mejor amigo, Gonzalo, mejor conocido como Bizarrap. Aunque estaba acostumbrada a visitar estudios, este era diferente, no todos los días tenía la oportunidad de presenciar una sesión con alguien como Natanael Cano, una de las estrellas más grandes del momento.
Cuando entraron, Gonzalo le dio una sonrisa cómplice, sabiendo que esa sesión iba a ser única, el ambiente ya estaba cargado de música, ritmos y letras cuando Natanael apareció, revisando unos audífonos.
—Ey, Nata, vení —lo llamó Biza, señalando a ____—. Te presento a ____, una amiga de toda la vida. Ella es argentina, y encima hermana del Duko.
Nata sonrió al escuchar el nombre de su hermano.
—Órale, pues qué chingón. ¿Y tú? ¿Todo bien? —preguntó, acercándose a saludar a ____.
Ella sonrió con algo de timidez, respondiendo
—Todo tranqui, gracias.
Gonzalo se volvió hacia la consola para ajustar algunos detalles, dejándolos a los dos en un breve silencio, ____ se quedó cerca del sofá de cuero negro, observando cómo todo el equipo preparaba el set para la grabación. Natanael, por su parte, no dejaba de mirarla, lo que la hacía sentir una mezcla de nervios y curiosidad.
A medida que la sesión comenzaba, las miradas se convirtieron en algo constante entre ellos, cada vez que Nata levantaba la vista, sus ojos buscaban los de ella, creando una especie de juego silencioso. ____ notaba cómo su atención se dividía entre la música y Natanael, algo que la desconcertaba un poco. No solía sentirse así, pero había algo en él que la atrapaba.
Después de un rato, Gonzalo pausó la sesión para afinar unos detalles. Mientras revisaba la consola, Nata se le acercó con una pregunta casual, pero que claramente tenía otro propósito.
—Oye, Biza, ¿y esta morra qué onda? ¿Tiene novio o está soltera? —preguntó Nata en voz baja, aunque lo suficientemente fuerte como para que ____ lo escuchara desde su lugar.
Gonzalo soltó una risa y le lanzó una mirada burlona a Nata.
—¿A vos qué te importa, Nata? —respondió Biza entre risas—. Pero bueno, te cuento que no tiene novio. Igual, tené cuidado, que el Duko es jodido con esas cosas, bastante sobreprotector y mas con su hermanita menor.
Nata sonrió, mostrando sus dientes mientras se pasaba la mano por el pelo.
—Nah, eso no es problema, ya ves que me la manejo bien con esas cosas y si hay bronca, pues la resolvemos.
___, que había escuchado toda la conversación, no pudo evitar sonreír para sus adentros. Claro que Duki era sobreprotector, y le quedaba claro que Natanael no era el tipo que se dejaría intimidar fácilmente. Aun así, no pudo evitar sentir un pequeño cosquilleo al saber que Nata había preguntado por ella.