22. Conocer a la familia

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—Mira, si te hace sentir mejor, estoy segura de que amará tu traje. Ella es tan refinada que más bien te preguntará dónde lo compraste —dijo Harper con una sonrisa, mientras mantenía la vista en el camino. Estaban en dirección a una pequeña reunión familiar, donde su novio, Seth, conocería a su familia, o más específicamente, a su hermana mayor.


El silencio reinó por un momento. Seth, que iba en el asiento de copiloto, miraba por el retrovisor con una expresión que intentaba ser serena, pero Harper lo conocía demasiado bien como para caer en esa trampa. El chico estaba nervioso, aunque no lo demostrara de manera evidente.


Harper, quien se identificaba en el espectro no binario aunque no tenía problema con los pronombres femeninos, nunca había presentado a una pareja a su hermana. Durante mucho tiempo, especialmente tras mudarse para estudiar en la universidad, su comunicación con Amelia había sido escasa. No es que Harper desconfiara de ella, pero cuando se trataba de hablar sobre su vida romántica, siempre había preferido mantener esas cosas para sí misma. Por lo tanto, aunque había tenido uno que otro acompañante en la secundaria, ninguno fue lo suficientemente significativo como para que Amelia lo supiera. Pero ahora, a sus diecinueve años, con Seth como una pareja estable y quien le traía más alegría que nadie, Harper había decidido que era el momento de presentarlo.


Claro, no ayudaba que, cuando le habló sobre Seth hace muchos años, algo en su ya pequeña confianza se desmoronó.


Seth y Harper habían sido amigos desde la primaria, un hecho que Amelia recordaba bien. Aunque nunca le había tenido antipatía, su percepción sobre Seth cambió radicalmente cuando Harper decidió ser completamente honesta con ella cuando aún era pequeña: Seth no era simplemente un humano, sino un demonio infiltrado en la Tierra. Desde ese momento, Amelia siempre mantuvo una distancia prudente con los amigos de Harper, aconsejándole que quizás debiese reevaluar sus amistades. Seth, sin embargo, era mucho más amable de lo que Amelia podría imaginar, pero la revelación inicial no había ayudado en absoluto.


Los días previos a la reunión, Seth los había pasado practicando incesantemente. Se había esforzado en perfeccionar más su apariencia, incluso había escrito pequeñas notas con ideas de cómo presentarse ante su cuñada, con la esperanza de ganarse su aprobación. Pero, para ser sincero, por más que practicara, seguía aterrorizado ante la posibilidad de arruinarlo todo.


Aquella mañana, Seth llevaba un elegante traje formal, cuidadosamente seleccionado: vestía un chaleco oscuro que ajustaba perfectamente a su torso, una camisa blanca de mangas largas y una corbata a cuadros en tonos grises. Todo combinaba con unos pantalones oscuros de corte impecable. Su cabello oscuro, que le caía en suaves ondas hasta la nuca, estaba peinado de manera perfecta, con ese aire natural que siempre lo caracterizaba. Se veía imponente, como siempre, pero Harper sabía que su confianza tambaleaba.


Harper, por otro lado, había optado por algo completamente diferente. Llevaba puesta su chaqueta verde de estilo vintage, con detalles bordados en las mangas, y debajo, un top blanco sencillo que dejaba ver un collar en forma de corazón. Sus shorts de mezclilla completaban su estilo, acompañado de su característico cabello corto y rizado de color naranja que apenas se contenía en su propio desorden. A diferencia de Seth, no se preocupaba en absoluto por las formalidades. Sabía que Amelia probablemente la regañaría por no vestirse "apropiadamente", pero ya se había acostumbrado a ello.


—¿Y sabes algo mejor? —dijo ella, intentando suavizar la tensión—. Su pareja también estará ahí. Sabe cómo mantenerla a raya, así que todo saldrá bien. ¿Entiendes?

«Love Comes In Different Ways» Flufftober 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora