Cosas Del Amor: "Por Primera Vez" | Rarijack (1/3)

Capitulo XLVIII | Pienso En Ti

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Advertencia:

Esta lectura aborda temáticas de naturaleza sexual y otros asuntos que podrían considerarse inapropiados. Se sugiere que el lector ejerza su discernimiento, y discreción, ya que el contenido podría resultar sensible o inadecuado para algunas entidades.

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La noche en Sweet Apple Acres era tranquila, con el murmullo del viento entre los árboles y el suave susurro de la naturaleza envolviendo la granja. Applejack subió las escaleras hacia su habitación después de que Rarity se marchó de allí, con el corazón todavía acelerado, aunque intentaba calmarlo. Se despediría del día de una vez, buscando paz en el sueño que tanto necesitaba. Sin embargo, la sombra de los momentos compartidos con Rarity aún la perseguía.

Al entrar en su habitación, Applejack cerró la puerta, soltando un suspiro largo y pesado. Quería convencerse de que aquella tarde y noche no significaban tanto como su mente insistía en hacerle creer. Se dirigió al baño, dejando que el agua tibia de la ducha la rodeara, relajando sus músculos y ayudándola a disipar, aunque fuera un poco, las emociones encontradas que la abrumaban. Se recargó contra las baldosas y dejó que el agua se llevara consigo la tensión de cada momento vivido con Rarity.

Recordaba el contacto de sus manos y la forma en que sus ojos se encontraban sin reservas, y por mucho que intentara ahuyentar esos recuerdos, algo en su pecho la hacía aferrarse a ellos. Cada detalle volvió con fuerza: la risa nerviosa de Rarity, el rubor que llenaba sus mejillas y el susurro de sus palabras.

Terminó la ducha y salió del baño, sintiendo una ligera calma. Secó el cabello y buscó algo cómodo para dormir: una camiseta vieja y unos pantalones de pijama que le resultaban familiares y reconfortantes. Al vestirse, su mirada vagó por su habitación, y fue entonces cuando sus ojos se posaron en algo pequeño, pero significativo, que descansaba sobre su escritorio: una goma para el cabello que Rarity le había obsequiado meses atrás.

Era un regalo de Rarity, de una de esas salidas casuales que compartían. En ese entonces, Rarity le había pedido a Applejack que la guardara, solo por si acaso. Pero cuando Applejack intentó devolvérsela, Rarity se la obsequió, diciéndole que quería que tuviera algo de ella. Tomó la goma con cuidado, su mente llena de recuerdos. El simple hecho de tener algo tan insignificante de Rarity ahora significaba mucho más de lo que alguna vez había imaginado.

Suspirando, Applejack tomó la goma y se la colocó en la muñeca. El simple hecho de sentirla contra su piel le recordaba a Rarity, su cercanía y la intensidad de los sentimientos que esa noche había despertado. Sabía que, tal vez, los pensamientos que había tratado de ahuyentar no desaparecerían tan fácilmente. Pero esa goma en su muñeca la reconfortaba, le daba una sensación de presencia, como si parte de Rarity estuviera allí, compartiendo ese momento.

Se dejó caer en la cama, con la mirada fija en el techo y los pensamientos vagando por los recuerdos de la noche. Sabía que el día siguiente sería difícil, que tendría que enfrentarse a sus sentimientos de alguna forma, quizá era hora de arriesgarse y pedirle a Rarity que fuera su novia.

Pero, por ahora, decidió dejar que el sueño la envolviera, aferrándose a esa pequeña goma que la conectaba con Rarity y con el recuerdo de todo lo vivido. Cerró los ojos y, poco a poco, el sueño fue apaciguando su mente. La granja se sumió en el silencio de la noche, y, por primera vez en horas, Applejack sintió que la paz la rodeaba mientras se preparaba para enfrentar lo que le deparaba en la mañana siguiente, en la escuela.

Por otro lado, al llegar a casa, Rarity subió a su habitación, preparándose para tomar una larga ducha en su tina de baño. El día había sido agitado, lleno de momentos que le habían dejado un sabor agridulce en la boca. Su mente no dejaba de repasar aquel momento tan intenso en el que había estado a punto de compartir algo íntimo con Applejack. Aquel sentimiento de placer y liberación, aquel deseo que había intentado ignorar durante las últimas horas.