Capítulo 17: Inicio

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Max sintió una tensión palpable al pisar el suelo que pertenecía a la manada de Lewis. En otro contexto, no habría aceptado la invitación de otro alfa para hospedarse tan cerca de su territorio, pero esta vez, la urgencia de ver a Sergio justificaba cada movimiento que había planeado.

Su hotel era sencillo pero cómodo, ubicado a unas pocas calles de la residencia de Lewis, con un gran ventanal que le daba una vista amplia de los edificios y zonas verdes de la manada de panteras. Desde allí, podía imaginarse la vida de Sergio y su hijo en ese territorio, rodeados de figuras que lo acogían, ajenos a la verdadera historia que conectaba sus vidas. Apenas desempacó, colocando su ropa con precisión en el armario y asegurándose de que su maleta quedara guardada con cuidado, sabía que se quedaría el tiempo suficiente para ejecutar su plan a la perfección.

El siguiente paso era recorrer la manada. Quería familiarizarse con los terrenos y los rostros de cada miembro, ganándose su confianza y observando el entorno que había sido tan generoso con Sergio. Salió a caminar con un porte seguro, aunque por dentro su espíritu hervía con ansias de ver al omega.

Mientras caminaba, se detuvo a saludar a un alfa alto y de ojos profundos, con una expresión amigable pero que escondía algo de curiosidad al verlo.

-¿Eres nuevo por aquí? -preguntó Alonso con una sonrisa que no revelaba ninguna emoción clara.

Max, sin perder la compostura, le devolvió el saludo con un firme apretón de manos.

-Soy Max Verstappen, líder de la manada de leones -respondió con calma, mostrándose abierto pero manteniendo cierta distancia en su tono-. Estoy aquí para tratar un acuerdo comercial con Lewis.

Alonso lo estudió un segundo antes de responder. Aunque la manada de leones no era una amenaza para la de Lewis, había cierta rivalidad no dicha entre los alfas. Sin embargo, Alonso mantuvo su amabilidad.

-Bienvenido entonces, Max -respondió finalmente, soltando su mano-. Seguro habrá tiempo de sobra para que conozcas a todos los miembros. Lewis tiene un territorio extenso y lleno de figuras importantes.

Max asintió, agradecido. Cuanto mejor se relacionara con la manada, más oportunidades tendría de estar cerca de Sergio y Lewis, y tal vez, ganar tiempo a solas con el omega sin levantar sospechas. Alonso se despidió, dejándolo continuar su camino. Con cada paso, sentía cómo su plan iba tomando forma, confiando en que la paciencia le daría el resultado deseado.

Pasó un par de horas recorriendo el territorio, observando las casas que albergaban a las familias de las panteras y a los omegas que cuidaban de los cachorros. La imagen lo hizo pensar en Sergio y el pequeño Kimi, y en lo fácil que sería imaginarse en el lugar de Lewis, siendo quien estuviera a su lado como su alfa.

De camino de regreso a su hotel, Max hizo una parada en una florería cercana. Observó los arreglos expuestos en el escaparate y eligió un hermoso ramo de lilas y jazmines, flores elegantes y suaves, que combinaban con la esencia dulce de Sergio. Recordaba perfectamente el aroma de chocolate y jazmín que impregnaba el aire a su alrededor, y estas flores eran un homenaje a ese perfume que tanto extrañaba. Dudó por un momento si añadir chocolates a su compra, pero no quería levantar sospechas. Al final, eligió un tequila de gran calidad en un supermercado, pensando que sería el regalo perfecto para Lewis. Con ambos detalles en mano, regresó al hotel, preparándose mentalmente para el día siguiente.

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La mañana siguiente llegó rápidamente, y Max se encontró de pie frente a la puerta de la casa de Lewis, con los regalos en sus manos. La anticipación crecía con cada segundo, deseando que Sergio fuera quien le abriera la puerta. Sin embargo, cuando esta finalmente se abrió, fue Lewis quien lo recibió con una sonrisa amistosa.

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