Los días posteriores al festival deportivo fueron diferentes. A pesar de la alegría que Kyoko y Ryota sentían al recordar los momentos compartidos, un aire incómodo empezó a rodearlos en la escuela. Murmullos, susurros y miradas curiosas los seguían a donde fueran. Para sorpresa de ambos, los rumores sobre su creciente amistad se esparcían rápidamente, y no todos los comentarios eran positivos.
Un día, mientras Kyoko caminaba por el pasillo, escuchó a un grupo de chicas hablando de ella. “¿Por qué alguien como Ryota estaría cerca de una chica como Kyoko?” murmuró una de ellas. “Es obvio que ella solo le traerá problemas.”
Kyoko sintió una punzada en el pecho. A pesar de que siempre había tenido una actitud fuerte y desafiante, esos comentarios la hacían cuestionarse si realmente encajaba en este nuevo entorno.
Por otro lado, Ryota también estaba comenzando a sentir la presión. Algunos de sus amigos más cercanos empezaron a hacerle preguntas. Un día, durante el almuerzo, uno de ellos, Takumi, se le acercó con un tono preocupado.
“Ryota, ¿en serio te estás acercando a esa chica?” preguntó Takumi, cruzando los brazos. “Es conocida por su temperamento y los problemas en su antigua escuela. No quiero verte en problemas por su culpa.”
Ryota frunció el ceño, incómodo por la actitud de su amigo. “Takumi, no conoces a Kyoko como yo. Es una buena persona y, a decir verdad, me he dado cuenta de que es alguien en quien puedo confiar.”
Takumi suspiró y sacudió la cabeza. “Solo digo que tengas cuidado. No quiero verte arrastrado en una situación que podría arruinar tu reputación.”
A pesar de las advertencias, Ryota decidió no alejarse de Kyoko. Para él, sus momentos juntos habían sido sinceros y auténticos. Además, sabía que detrás de la fachada desafiante, Kyoko era alguien que simplemente necesitaba ser comprendida.
Un par de días después, mientras Ryota y Kyoko caminaban juntos en el pasillo, escucharon claramente a alguien susurrar: “¿Qué hace el chico modelo con ella? ¿No podría elegir mejor?” Los dos intentaron ignorarlo, pero el ambiente comenzaba a volverse cada vez más incómodo.
Esa misma tarde, cuando salían juntos de la escuela, Kyoko finalmente no pudo contenerse más. “Ryota, creo que deberíamos dejar de pasar tanto tiempo juntos… Al menos en público,” dijo, tratando de ocultar el dolor en su voz.
Ryota la miró, sorprendido. “¿Por qué dices eso?”
“Porque todos están hablando de nosotros. No quiero que tengas problemas por mi culpa,” respondió ella, con un tono decidido pero triste.
Ryota respiró hondo y negó con la cabeza. “Kyoko, no me importa lo que los demás piensen. No me importa lo que digan. Lo que tenemos es real, y si la gente no lo entiende, ese es su problema, no el nuestro.”
Kyoko lo miró, sorprendida por su sinceridad. Nadie había defendido su amistad de esa manera antes. En ese instante, se dio cuenta de que Ryota era alguien que realmente la valoraba, sin importar lo que los demás pensaran.
Con una sonrisa agradecida, Kyoko asintió. “Gracias, Ryota. No sabes cuánto significa eso para mí.”
A partir de ese día, los rumores no desaparecieron, pero Kyoko y Ryota decidieron ignorarlos. Sabían que su amistad era más fuerte que cualquier comentario malintencionado. Al final, entendieron que el valor de una conexión verdadera no dependía de las opiniones de los demás, sino de la confianza y el respeto que se tenían entre ellos.
Y aunque la presión continuaba, ambos estaban decididos a no dejar que los rumores los separaran. Después de todo, sabían que habían encontrado en el otro algo especial, algo que valía la pena proteger.
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El sabor del primer amor.
RomanceEn la secundaria Shimizu, Ryota es el estudiante ideal: popular, inteligente y carismático. Su vida da un giro inesperado con la llegada de Kyoko, una nueva alumna transferida de Osaka. Con su cabello rojo y su actitud desafiante, Kyoko es una chica...