Una noche juntos.

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Después de una noche de risas y recuerdos en el karaoke, Kyoko y Ryota decidieron prolongar el momento. Con una sonrisa traviesa y una chispa en los ojos, ella lo invitó a quedarse en su casa. Ryota aceptó, sintiendo que aquella noche era una oportunidad para conectar aún más con ella.

Al llegar a la casa, Kyoko lo guio con cuidado para no hacer ruido, asegurándose de no despertar a nadie. Subieron juntos a su cuarto, ambos conscientes de que esta era una noche especial.

Kyoko encendió una pequeña lámpara, cuya luz suave llenó el espacio con una atmósfera cálida y acogedora. Se sentaron en la cama, uno frente al otro, en silencio por un momento. Los nervios flotaban en el ambiente, pero ambos sabían que confiaban el uno en el otro. Ryota tomó su mano, mirándola a los ojos con una sonrisa.

—Esta noche ha sido increíble, Kyoko —murmuró Ryota.

Ella sonrió, sintiendo una mezcla de timidez y emoción, y entrelazó sus dedos con los de él.

Se acercaron lentamente, compartiendo un beso que fue suave y lleno de sentimientos. En ese instante, sintieron que todos los momentos compartidos durante el año habían culminado en aquella conexión. Ryota acarició suavemente el rostro de Kyoko, y ella cerró los ojos, dejándose llevar por la seguridad y el cariño que sentía en sus brazos.

Acostados juntos, hablaron en susurros, compartiendo secretos y anhelos que no habían dicho a nadie. Con cada palabra, se iban abriendo más, sintiendo que aquella noche era una oportunidad para ser completamente vulnerables. Kyoko apoyó su cabeza en el pecho de Ryota, escuchando el suave latido de su corazón. Él, a su vez, acariciaba su cabello con delicadeza.

Pasaron mucho tiempo así, compartiendo risas y suspiros, permitiendo que la noche fuera testigo de su conexión. Aunque la intimidad física era parte del momento, la verdadera profundidad de esa noche residía en la confianza y el respeto que se tenían. No necesitaban apresurar nada; estaban contentos simplemente estando juntos, compartiendo el calor y la compañía del otro.

Con los primeros rayos de sol colándose por la ventana, Kyoko y Ryota se despertaron abrazados, sintiendo que algo había cambiado entre ellos, fortalecido. Se miraron y compartieron una sonrisa cómplice, sabiendo que aquella noche siempre sería un recuerdo especial, una promesa de apoyo mutuo y comprensión.

El sabor del primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora