Era una tarde común en la ciudad cuando Kyoko recibió un mensaje inesperado en su teléfono. Era de una antigua amiga de Osaka, Mayumi, quien había llegado a la ciudad con otros dos amigos de la antigua pandilla de Kyoko: Kenji y Aiko. Llevaban meses sin hablar, desde que Kyoko se había mudado a la nueva escuela y comenzó a dejar atrás la vida de peleas y rebeldía.
Aunque le causaba cierto nerviosismo, Kyoko aceptó reunirse con ellos en una cafetería cercana. No estaba segura de cómo reaccionarían al verla en este nuevo entorno, con su nueva actitud y su cambio de prioridades, pero sintió que era el momento de aclarar las cosas. Después de todo, no quería dejar ninguna puerta abierta en su pasado.
Cuando llegó, los tres ya estaban esperándola. Al verla, Mayumi le sonrió, pero había algo en su expresión que delataba sorpresa y hasta cierto desconcierto. Kenji y Aiko, por su parte, la miraron con una mezcla de curiosidad y escepticismo.
"Kyoko, realmente has cambiado," comentó Kenji, con una sonrisa burlona. "¿Desde cuándo te vistes como una chica de buena familia?"
Kyoko forzó una sonrisa, sin querer mostrarse afectada por el comentario. "Las cosas cambian. No podía seguir siendo la misma persona de siempre."
Tensiones del Pasado.
La conversación empezó a sentirse cada vez más tensa. A medida que avanzaban, sus amigos empezaron a hacer comentarios sobre su nueva vida, sugiriendo que tal vez se estaba "olvidando de quién era realmente". Mayumi, quien alguna vez fue su amiga más cercana, fue la primera en expresar sus sentimientos abiertamente.
"No puedo creer que ahora te rodees de personas tan… diferentes. Antes, nunca habrías sido amiga de alguien como esos chicos," comentó con un tono ácido. "Incluso tienes un… ¿novio ahora?" preguntó, con una pizca de sarcasmo en la voz.
Kyoko se mantuvo tranquila, pero internamente, sentía la presión de sus viejos amigos tratando de hacerla dudar de sus decisiones. "No es que haya cambiado quién soy. Solo que ahora quiero cosas diferentes. He encontrado a personas que me apoyan y me hacen querer mejorar," explicó.
Aiko soltó una risa burlona. "Mejorar… ¿en qué sentido? ¿Volverte una niña obediente como todas las demás? Creí que tenías más orgullo que eso."
Kyoko apretó los labios, sintiéndose acorralada. Sabía que su antigua vida en Osaka había sido un refugio para ella en su momento, pero ahora entendía que podía aspirar a algo más. Sin embargo, ver el juicio en los ojos de sus viejos amigos hacía que parte de ella sintiera culpa, como si estuviera traicionando a las personas que habían sido su familia en su momento más oscuro.
Confusión y Dudas.
Después de un rato de tensas conversaciones y miradas críticas, Kyoko se despidió, sintiendo una mezcla de emociones. Caminando de regreso a casa, no pudo evitar cuestionarse. ¿Realmente había dejado de ser quien era? ¿Estaba negando su pasado? Las palabras de sus antiguos amigos resonaban en su mente, y aunque había encontrado una vida más pacífica y satisfactoria en su nueva escuela, una parte de ella temía que Ryota y sus nuevos amigos no entendieran del todo quién había sido ella antes.
Sumida en estos pensamientos, llegó a casa sin saber qué hacer con toda esa carga emocional. Se sentía atrapada entre dos mundos: el de su antiguo yo y el de la persona en la que estaba tratando de convertirse.
Un Encuentro Con Ryota.
Esa noche, Kyoko recibió un mensaje de Ryota, quien había notado que ella estaba más distante que de costumbre. Le preguntó si podían verse en un parque cercano, y Kyoko aceptó, sintiendo que necesitaba compartir lo que estaba pasando con alguien.
Cuando se encontraron, Ryota la miró con preocupación. "¿Estás bien? Te ves… cansada," dijo, con suavidad, mientras se sentaban en una banca bajo la luz tenue de las farolas.
Kyoko suspiró. "Hoy me encontré con amigos de mi antigua escuela. Fue… raro. Me hicieron sentir como si hubiera traicionado algo importante," confesó, mirando al suelo.
Ryota asintió, escuchándola atentamente. "¿Por qué piensas eso? Eres libre de cambiar y elegir lo que te hace feliz."
"Lo sé, pero… ellos no lo ven así. Siento que no puedo ser quien fui antes ni quien soy ahora. Es como si estuviera atrapada entre dos partes de mí misma," dijo Kyoko, su voz temblando levemente.
Reflexión y Comprensión.
Ryota tomó su mano, ofreciéndole un gesto de apoyo. "Kyoko, todos tenemos cosas de nuestro pasado que a veces no encajan con quienes queremos ser en el presente. Pero eso no significa que tengas que elegir entre uno y otro. Eres quien eres porque has vivido ambas experiencias. No tienes que disculparte por crecer."
Kyoko lo miró, sorprendida por la sabiduría de sus palabras. "¿No crees que te decepcionaría si supieras todo de mí?" preguntó, en voz baja.
Ryota sonrió, apretando su mano con más fuerza. "Kyoko, me importas tal como eres, con tus aciertos y tus errores. No se trata de ser perfecto, sino de estar dispuesto a ser mejor. Y tú ya estás haciendo eso."
Las palabras de Ryota resonaron en su corazón, dándole un sentido de paz y seguridad que no había sentido en mucho tiempo. Kyoko comprendió que podía construir una nueva vida sin olvidar su pasado, pero tampoco debía dejar que las opiniones de otros la definieran.
Un Nuevo Compromiso.
Al final de la noche, Ryota la acompañó hasta la puerta de su casa, donde se despidieron con un abrazo largo y reconfortante. "Gracias por estar aquí," susurró Kyoko antes de soltarlo.
"Siempre voy a estar aquí, Kyoko. No importa lo que pase," le respondió Ryota, dándole una sonrisa cálida antes de despedirse.
Esa noche, Kyoko comprendió que su lugar estaba en su presente, y que su crecimiento era un reflejo de su fortaleza. Aunque siempre llevaría consigo los recuerdos de Osaka, ahora tenía la oportunidad de ser quien realmente quería ser, y sabía que no estaba sola en ese viaje.
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El sabor del primer amor.
RomanceEn la secundaria Shimizu, Ryota es el estudiante ideal: popular, inteligente y carismático. Su vida da un giro inesperado con la llegada de Kyoko, una nueva alumna transferida de Osaka. Con su cabello rojo y su actitud desafiante, Kyoko es una chica...