Las cosas entre Kyoko y Ryota parecían ir bien, pero los problemas no tardaron en llegar. Después del beso en la azotea, comenzaron a pasar más tiempo juntos, llamando aún más la atención de todos en la escuela. A pesar de que ellos intentaban ignorar los rumores, estos seguían creciendo, al punto que algunos compañeros comenzaron a inventar historias más serias sobre Kyoko, con la intención de dañarla.
Un día, Kyoko escuchó a un grupo de estudiantes hablando de ella en el pasillo. “¿Sabían que Kyoko le pidió a Ryota que dejara de hablar con otros para que solo esté con ella?” comentó una chica. “Dicen que es súper controladora y celosa.”
Kyoko sintió un golpe en el pecho. Esas palabras le dolieron, y, a pesar de que sabía que eran mentiras, le preocupaba lo que Ryota pudiera pensar. Mientras caminaba hacia su siguiente clase, no pudo evitar sentir una creciente inseguridad sobre lo que su relación le estaba costando a Ryota. ¿Estaba arrastrándolo a su mundo de problemas?
Sin embargo, lo que no esperaba era que Ryota también estuviera siendo cuestionado. Algunos de sus amigos, cansados de ver cómo él defendía a Kyoko, comenzaron a decirle que debía elegir: o Kyoko o ellos. Esta presión fue haciendo mella en Ryota, quien sentía que estaba perdiendo amistades importantes, y poco a poco comenzó a distanciarse de ella, sin siquiera darse cuenta.
Un día, después de clases, Kyoko esperó a Ryota, pero él nunca apareció. Lo buscó en su lugar habitual, y cuando finalmente lo encontró, estaba con algunos de sus amigos. Ryota la vio, pero en lugar de acercarse, bajó la mirada y siguió hablando con ellos. Kyoko sintió cómo su pecho se apretaba, y en ese momento, todo el dolor y la frustración acumulados se desbordaron.
Esa noche, le envió un mensaje a Ryota. “¿Por qué me evitas? Si realmente te importa lo que piensan los demás, es mejor que dejemos esto ahora.” Su mensaje era corto y directo, reflejando el enojo y la tristeza que llevaba dentro.
Ryota respondió horas después. “No es que me importe lo que piensen… solo que todo esto se ha vuelto complicado.”
Esa respuesta fue la gota que colmó el vaso. Para Kyoko, era una confirmación de que Ryota no estaba dispuesto a enfrentar la situación junto a ella. En ese instante, sintió que todo el esfuerzo que había puesto en abrirse a alguien había sido en vano.
Decidida, al día siguiente Kyoko evitó a Ryota, sus miradas apenas se cruzaban en clase y no respondía a sus mensajes. Para ella, lo mejor era protegerse antes de que alguien más le hiciera daño.
Ryota, al notar el cambio, sintió una mezcla de frustración y tristeza. Sabía que había manejado mal la situación, pero no quería perderla. Después de días sin hablar, comprendió lo importante que Kyoko era para él y lo mucho que la extrañaba. Finalmente, decidió que no podía seguir así, y que debía actuar antes de perderla para siempre.
Esa tarde, la esperó a la salida de la escuela. Al verla, se acercó decidido. “Kyoko, por favor, ¿podemos hablar?”
Kyoko lo miró, herida, pero asintió, dispuesta a escuchar su explicación.
Ryota suspiró, sintiendo el peso de las palabras que estaba a punto de decir. “Sé que he sido un tonto y que te lastimé. Nunca debí dudar de nosotros ni dejar que otros decidieran cómo debería sentirme. Me importas mucho más de lo que creía, y si eso significa perder a otras personas, estoy dispuesto a hacerlo. Solo quiero que confíes en mí.”
Kyoko lo miró en silencio, tratando de procesar sus palabras. Una parte de ella aún sentía el dolor de la traición, pero la sinceridad en los ojos de Ryota era innegable.
“¿Estás seguro, Ryota? Porque no quiero volver a pasar por esto,” dijo en voz baja, revelando su vulnerabilidad.
Ryota asintió y dio un paso hacia ella, tomando sus manos. “Kyoko, me he dado cuenta de que no soy yo mismo sin ti. Prometo estar aquí, sin importar lo que los demás piensen.”
Con un nudo en la garganta, Kyoko le dio una pequeña sonrisa. Sabía que no sería fácil, pero en ese momento, sentía que Ryota estaba siendo sincero. Se miraron en silencio y, en un impulso, él la atrajo hacia sí, abrazándola con fuerza, como si temiera que se desvaneciera.
Ese abrazo selló la reconciliación entre ambos. Sabían que aún habría obstáculos, pero entendieron que juntos podían enfrentar cualquier cosa, siempre y cuando fueran honestos y confiaran en el otro.
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El sabor del primer amor.
RomanceEn la secundaria Shimizu, Ryota es el estudiante ideal: popular, inteligente y carismático. Su vida da un giro inesperado con la llegada de Kyoko, una nueva alumna transferida de Osaka. Con su cabello rojo y su actitud desafiante, Kyoko es una chica...