Capítulo 22: El Nuevo Hogar

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Tras la emocionante victoria en el torneo, Archyx y Anna se encontraban en una etapa de transición. Aún emocionados por la experiencia vivida, ahora tenían una nueva meta: establecerse en su nuevo hogar. La casa que Archyx había ganado como parte del premio se encontraba en las afueras de la ciudad, un lugar tranquilo rodeado de naturaleza.

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Llegando a Casa

La pareja caminaba por un sendero rodeado de árboles, con Greninja, Bayleef, Bulbasaur y Latios a su lado. La propiedad estaba en un claro, con una vista panorámica de las montañas y un río que corría cerca. La casa era moderna pero acogedora, construida con un toque rústico. Las paredes exteriores eran de piedra, y las grandes ventanas permitían que la luz natural inundara el interior.

“Es perfecta,” murmuró Anna, con una sonrisa mientras observaba la casa por primera vez.

“Sí, lo es. Un lugar al que podremos volver, sin importar a dónde nos lleve el viaje,” respondió Archyx, abrazándola por la cintura.

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El Proceso de Amueblar

Después de desempacar lo poco que llevaban consigo, Archyx y Anna pasaron los siguientes días enfocándose en comprar todo lo que necesitarían para hacer de la casa un verdadero hogar. Desde muebles hasta utensilios de cocina, recorrieron las tiendas del centro de la ciudad, seleccionando cuidadosamente cada objeto.

"Este sofá es muy cómodo," comentó Anna, probando un asiento en una tienda de muebles. "Y combina perfecto con la sala."

“Y no está nada mal para descansar después de un día de entrenamiento,” añadió Archyx con una sonrisa.

Compraron camas, mesas, alfombras, y todo lo que un hogar necesitaría. Latios, aunque aún se recuperaba, acompañaba a la pareja desde las alturas, vigilando mientras ellos se encargaban de los detalles. Greninja y los demás Pokémon exploraban la casa, ya haciendo del lugar su nuevo territorio.

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Una Noche en Paz

Una vez que todo estuvo en su lugar, la primera noche en su nueva casa fue especial. El hogar ya no estaba vacío; ahora tenía vida, con cada habitación decorada con los toques personales de ambos.

Esa noche, Archyx y Anna cenaron juntos en la terraza, donde se veía el río brillar bajo la luz de la luna. El ambiente era sereno, y el sonido de los Pokémon salvajes en los alrededores les recordaba lo tranquilos y felices que podían estar lejos del bullicio de las ciudades.

"Es increíble pensar que hace unos días estábamos en medio de batallas, y ahora estamos aquí," dijo Anna, observando el cielo estrellado.

"Sí, pero todo esto es solo una pausa. El viaje aún continúa," respondió Archyx con determinación. "Todavía tenemos líderes de gimnasio que enfrentar, Pokémon que entrenar, y aventuras por vivir. Pero lo bueno es que siempre tendremos un hogar al que regresar."

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Volviendo al Camino

Después de unos días de descanso, la pareja decidió que era momento de volver al camino. Su objetivo seguía siendo enfrentarse a los líderes de gimnasio de la región y continuar su crecimiento como entrenadores.

"¿Estás lista?" preguntó Archyx, con su mochila al hombro.

"Siempre," respondió Anna, ajustando la gorra que había comprado en la ciudad.

Con sus Pokémon ya descansados y listos, Archyx y Anna partieron nuevamente. Esta vez, sin la presión del torneo, podían disfrutar del camino con una nueva perspectiva. A lo largo del viaje, desafiaron a entrenadores locales, exploraron cuevas y bosques, y se enfrentaron a nuevos líderes de gimnasio.

Greninja había perfeccionado sus movimientos, y Bayleef y Bulbasaur de Anna demostraban su fuerza en cada batalla. Latios, aunque aún debilitado por el combate anterior, seguía recuperándose poco a poco, pero siempre al lado de sus compañeros.

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Un Hogar al Cual Volver

Cada vez que regresaban de una batalla, había algo reconfortante en saber que tenían un lugar propio. La casa no solo era un refugio físico, sino también un recordatorio de lo lejos que habían llegado juntos. Era un espacio donde podían recargar energías y prepararse para los desafíos futuros.

Una tarde, después de derrotar al líder de gimnasio de una ciudad cercana, Archyx y Anna volvieron a casa, extenuados pero felices. Abrieron la puerta, y el simple hecho de entrar los llenó de paz.

“Es increíble tener un hogar,” dijo Archyx, soltando su mochila y dejándose caer en el sofá.

Anna sonrió y se sentó a su lado. "Sí, y lo mejor es que no importa cuántos desafíos tengamos allá afuera, siempre podremos volver aquí. Este lugar es nuestro."

Archiwx la miró con cariño. "Y eso es todo lo que necesitamos."

Con esa idea en mente, la pareja siguió enfrentando los desafíos de la región, sabiendo que, sin importar cuán lejos llegaran, siempre tendrían un hogar al cual regresar.

Pokémon: El legado del eclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora