La noche era tranquila, y la brisa nocturna acariciaba suavemente las cortinas de la casa de Archyx y Anna. Habían pasado un largo día recorriendo la región y enfrentando nuevos desafíos. Greninja, Latios, Bayleef y Bulbasaur descansaban en sus Poké Balls, mientras la pareja disfrutaba de un momento de paz en el sofá, viendo el resplandor de las estrellas desde la ventana.
De repente, un ruido extraño rompió el silencio de la noche. Archyx se levantó de inmediato, alerta, mientras Anna también se incorporaba, preocupada.
"¿Qué fue eso?" preguntó Anna, mirando hacia la puerta.
“No lo sé, pero será mejor que echemos un vistazo,” dijo Archyx con el ceño fruncido.
Sin hacer ruido, Archyx se acercó a la ventana y miró hacia afuera. Lo que vio lo dejó helado. Un grupo de tres hombres, vestidos con ropa oscura y capuchas, estaban forzando la entrada de la casa.
"¡Tenemos problemas!" murmuró, girándose hacia Anna. Antes de que pudieran reaccionar, la puerta principal fue derribada de un fuerte empujón, y los intrusos entraron al interior, sus miradas llenas de malicia.
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El Enfrentamiento
"¡Quietos, no se muevan!" gritó uno de los ladrones, sacando una Poké Ball que arrojó al suelo con fuerza. De ella emergió un Mightyena, cuya apariencia era mucho más salvaje de lo que cualquier entrenador normal podría haber permitido. Sus colmillos brillaban a la luz tenue, y sus ojos destellaban una furia incontrolable.
A su lado, otro de los ladrones liberó a un Sneasel, que también mostraba señales de estar fuera de control. Sus garras largas y afiladas se tensaron, y sus ojos rojos parecían centellear con odio. El tercer ladrón envió a un Zangoose, que comenzó a rasgar el suelo de la casa con sus garras, mostrando una actitud violenta e impredecible.
"Denos todo el dinero que tienen," dijo el líder de los ladrones, con una sonrisa cruel. "Y quizás, si somos amables, dejaremos que sigan respirando."
Anna y Archyx intercambiaron miradas de preocupación. Estaban claramente en una situación peligrosa. Los Pokémon de los ladrones no eran solo entrenados, parecían estar condicionados para ser brutales y sin piedad. Pero Archyx no tenía intención de ceder.
“¿Creen que pueden intimidarnos así?” dijo Archyx, con la voz firme y segura. “Están en nuestra casa. Aquí es donde cometieron su error.”
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La Respuesta de Archyx y Anna
Sin vacilar, Archyx lanzó dos Poké Balls. De ellas emergieron Greninja y Latios, listos para el combate. Greninja se puso inmediatamente en una posición defensiva, sus ojos brillando con concentración, mientras que Latios, a pesar de su reciente recuperación, flotaba en el aire, observando a los enemigos con calma.
Anna, siguiendo su ejemplo, liberó a Bayleef y Bulbasaur. Ambos Pokémon se posicionaron al frente de ella, preparados para protegerla a toda costa.
"Esto no terminará bien para ustedes," dijo Archyx, desafiando a los ladrones con una mirada intensa.
El líder de los ladrones rió, incrédulo. "¿Crees que esos Pokémon debiluchos pueden con los nuestros? ¡Ataquen!"
Mightyena, Sneasel y Zangoose se lanzaron al ataque de inmediato, sus movimientos feroces y descontrolados. Archyx y Anna reaccionaron con rapidez.
"¡Greninja, usa Ataque Rápido y despístalos!" ordenó Archyx.
Greninja desapareció en un abrir y cerrar de ojos, moviéndose tan rápido que dejó a Mightyena y Sneasel confundidos, mientras Latios cargaba un Psicocarga que lanzó directamente contra Zangoose, impactando con fuerza y derribándolo momentáneamente.
"¡Bayleef, usa Hoja Afilada!" gritó Anna, mientras su Pokémon lanzaba una ráfaga de hojas cortantes que golpearon a Mightyena de lleno. Bulbasaur, por su parte, utilizó Látigo Cepa para mantener a Sneasel a raya, bloqueando su intento de acercarse.
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La Derrota de los Ladrones
Los ladrones, sorprendidos por la rapidez y la fuerza de la respuesta de Archyx y Anna, empezaron a perder el control. Sus Pokémon, a pesar de su ferocidad, no podían hacer frente a los ataques coordinados de sus oponentes.
"¡Latios, acaba esto con Dracoaliento!" ordenó Archyx.
Latios inhaló profundamente antes de liberar un poderoso rayo de energía dracónica que envolvió a los tres Pokémon enemigos, dejándolos incapacitados. Mightyena, Sneasel y Zangoose cayeron al suelo, incapaces de continuar el combate.
Los ladrones retrocedieron, temblando de miedo ante la superioridad de los entrenadores.
"¡Vámonos de aquí!" gritó el líder, con la voz rota por el pánico. Sin más opciones, los tres huyeron a toda prisa, dejando atrás a sus Pokémon derrotados.
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La Calma Después de la Tormenta
Con los ladrones huyendo y sus Pokémon fuera de combate, la casa quedó en silencio de nuevo. Archyx y Anna se miraron, ambos aún respirando con fuerza después del enfrentamiento. Greninja y Latios se acercaron a su entrenador, mientras Bayleef y Bulbasaur hicieron lo mismo con Anna.
“Esto fue… intenso,” dijo Anna, todavía tratando de procesar lo que acababa de suceder.
Archiwx suspiró y pasó una mano por su cabello. “No puedo creer que hayan intentado robarnos. Pero lo importante es que estamos bien.”
“Sí, y que tenemos a nuestros Pokémon para protegernos,” añadió Anna, sonriendo mientras acariciaba la cabeza de Bayleef.
Con los Pokémon cansados pero victoriosos, la pareja decidió reforzar la seguridad de su hogar. Sabían que aún les quedaba mucho camino por recorrer, pero ahora más que nunca, sentían que podían enfrentarse a cualquier desafío juntos.
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Pokémon: El legado del eclipse
AdventurePokémon: El Legado del Eclipse sigue a Anna y Archyx, una pareja de entrenadores que, al seguir los pasos de un legendario maestro Pokémon, se ven envueltos en la lucha contra una antigua fuerza oscura conocida como el Eclipse. En su viaje, enfrenta...