Cinco años después de Amanecer, las cosas parecen ir relativamente bien tanto para la familia Cullen como la manada de los Quileute.
Sin la amenaza constante de Aro y el resto del clan Vulturi, se podía respirar la paz y la calma en el ambiente.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luego de aquella incómoda conversación, por fin llegaron a la preparatoria. Nate y Renesmee se apresuraron a bajar del auto, diciéndoles que los esperarían dentro.
Noah y Embry por su parte, se quedaron allí, mirando todos y cada uno de los autos que había estacionados a su alrededor, buscando uno en específico.
— ¿Ves el auto de Seth? — preguntó Embry.
Noah negó con la cabeza.
— No, no lo veo.
Tan solo termino de decir esas palabras, el Volvo plateado del chico ingresó al aparcamiento, y se detuvo en uno de los cajones que aún había disponibles.
Vieron como Seth y Helen bajaban del auto, ella parloteando quién sabe sobre qué asunto, mientras que Seth claramente fingía escucharla con la mirada se puesta por todo el lugar, mirando a todos y cada uno de los estudiantes que iban llegando también al lugar con sus ropas formales.
— Muy bien, ¿estás listo? — preguntó Noah, tras tomar una respiración profunda.
Embry puso una pequeña mueca.
— La verdad ya me estoy arrepintiendo — dijo con sinceridad —. Solamente de verla a lo lejos ya me cayó muy mal.
— Te recuerdo que fue tu idea — le dijo Noah —. Tú fuiste quien ideó todo aquel plan para apartar a Seth de las garras de Helen.
— ¿Y quién fue la que lo puso en las garras de Helen en primer lugar? — Noah le puso mala cara y Embry soltó un suspiro —. Está bien, cuanto antes terminemos con esto, mejor.
Se bajó del auto y lo rodeó para abrirle la puerta. Noah se apresuró también a bajar del auto y los dos comenzaron a caminar juntos hacia donde Seth y Helen se encontraban aún de pie al lado del auto del chico.
Seth no tardó mucho en percatarse de su presencia e inmediatamente esbozó una enorme sonrisa boba al ver a su impronta quien, en su opinión, estaba absolutamente hermosa esa noche. Helen por otro lado, aún continuaba mirando a Seth, aunque Noah notó que debes en cuando, su mirada se dirigió hacia la entrada del aparcamiento, como si estuviese esperando algo, o en este caso, a alguien.
