Rachel se levantó temprano aquella mañana, tratando de calmar sus nervios antes de entrar a su primera clase del día. Ya había pasado un par de días en Dream Academy, y aunque todavía se sentía como una extraña en aquel lugar, poco a poco comenzaba a encontrar cierta rutina. Recordaba bien las advertencias de sus nuevos amigos, Clara, Luis y Ana. Había repasado mentalmente cada una de las reglas que le habían mencionado la tarde anterior, prometiéndose a sí misma que las seguiría al pie de la letra.
El aire fresco de la mañana apenas suavizaba el peso en su pecho. Al llegar a su aula, notó que algunos estudiantes ya estaban en sus lugares, mirándola con la misma mezcla de indiferencia y desprecio a la que empezaba a acostumbrarse. Se sentó al final de la fila, manteniendo la cabeza baja, tal como Luis y Ana le habían aconsejado.
La profesora, una mujer estricta de cabello recogido y ojos serios, entró al aula con un fajo de papeles en la mano. De inmediato, el murmullo de los estudiantes se desvaneció y todos se enderezaron en sus asientos.
—Hoy tendrán un examen sorpresa, —anunció la profesora, con una voz que no dejaba lugar a protestas. Algunos estudiantes se quejaron en voz baja, mientras otros intercambiaban miradas de fastidio. Pero Rachel sintió un alivio inesperado. Las evaluaciones académicas eran, después de todo, su fuerte.
La profesora comenzó a repartir las hojas de examen, y Rachel notó que varias miradas se posaban en ella, como si los demás estuvieran midiendo su reacción. Recordó las palabras de Clara: "Nunca sobresalgas más que los que tienen poder." Pero en este examen no pensaba ceder. No necesitaba ser parte de la élite ni destacar, solo quería demostrar su valor a través del único recurso que tenía: su inteligencia.
El examen comenzó, y Rachel se concentró en cada pregunta, sumergiéndose en el contenido y bloqueando las miradas de sus compañeros. Respondió cada punto con precisión, y cuando terminó, levantó la vista solo para ver que muchos aún luchaban con las primeras preguntas. Se permitió una pequeña sonrisa, confiada en sus respuestas. Quizás esa pequeña victoria, por insignificante que pareciera, sería suficiente para recordarle por qué estaba allí.
Cuando la profesora recogió los exámenes, la miró un momento, apenas una fracción de segundo más que al resto. Rachel no le dio mayor importancia y se sumió de nuevo en el silencio, observando cómo el resto del día transcurría sin más incidentes.
Hasta que sonó el timbre de la última clase.
Rachel estaba guardando sus libros cuando la profesora volvió al aula con una pila de papeles. Sin preámbulos, empezó a hablar.
—He calificado sus exámenes de esta mañana, —anunció. Su tono tenía una mezcla de orgullo y severidad. —Y, como era de esperarse, tenemos algunos resultados sorprendentes.
La clase enmudeció, y todos miraron hacia el frente, algunos visiblemente tensos.
—Quiero destacar a alguien que obtuvo la calificación más alta. —La profesora hizo una pausa dramática y levantó un examen en el aire. Rachel sintió una súbita inquietud al ver la hoja. —Rachel, felicitaciones. Has obtenido una puntuación perfecta.
Un silencio frío se apoderó del salón. Las palabras de la profesora parecieron caer como un golpe pesado en el ambiente. Rachel sintió cómo todas las miradas se volvían hacia ella, cada una más cargada de odio e incredulidad que la anterior. Trató de mantenerse tranquila, pero no podía ignorar el calor incómodo que subía por su rostro. La sensación de satisfacción que había sentido al terminar el examen se transformó en una inquietud creciente.
Cuando la profesora salió del salón, la primera en acercarse fue Sunny L'Black, que miraba a Rachel con una sonrisa que distaba mucho de ser amistosa.
—Así que te crees la mejor, ¿no? —dijo Sunny, en voz baja pero clara, para que todos pudieran escucharla.
Rachel sintió un nudo en la garganta. Negó con la cabeza, tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—No es eso, Sunny. Solo hice mi mejor esfuerzo en el examen. No pensé que... —empezó a decir, pero Sunny la interrumpió con una risa corta y fría.
—Oh, claro. La niña becada quiere mostrarnos a todos lo lista que es. ¿Sabes? Aquí no estamos para ver cómo alguien como tú intenta opacarnos. —Sunny la miraba con odio—. Pareces olvidarte de tu lugar.
Rachel abrió la boca para responder, pero en ese instante, dos de las amigas de Sunny se acercaron también, rodeándola. Ana, Clara y Luis observaron desde sus asientos, y Rachel notó la preocupación en sus rostros, pero ellos tampoco se atrevían a intervenir.
—Tú no perteneces aquí, Rachel, —dijo otra de las chicas, con una voz apenas un susurro, pero cargada de veneno—. Te dejaremos claro lo que pasa cuando alguien como tú intenta ser más que nosotros.
Antes de que pudiera reaccionar, sintió un fuerte empujón en el hombro que la hizo tambalearse hacia atrás, chocando contra la pared. El dolor fue inmediato, pero trató de mantener la compostura, respirando hondo mientras los demás la miraban con una mezcla de sorpresa y satisfacción.
Clara se levantó, mirándola con preocupación, pero Luis le hizo un gesto para que no se moviera. Rachel vio cómo él murmuraba algo en voz baja, probablemente recordándole las reglas que tanto le habían insistido el día anterior.
Sunny la miró una última vez antes de irse, sus palabras quedándose como una marca en el aire.
—Aquí no eres nada, Rachel. No te equivoques.Rachel se quedó en silencio, observando cómo salían del aula, sintiendo el peso de sus palabras. En ese momento, recordó la advertencia de sus amigos y cómo, sin querer, había roto una de las reglas más importantes. Sabía que a partir de ahora, cualquier movimiento sería observado con una intensidad calculada.
Ana, Clara y Luis se acercaron apenas el aula se vació. Clara la miró con lástima y le tocó el hombro, tratando de consolarla.
—Lo siento, Rachel, —dijo en voz baja—. Pero te advertimos. Aquí, destacar sin permiso es como pedir que te destruyan.
Rachel asintió, sin decir una palabra. En el fondo, sabía que tenía razón, pero también sentía que, si tenía que sobrevivir en Dream Academy, no podía hacerlo completamente a la sombra de los demás.
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Escalva de los sueños perdidos
RandomRachel no recordaba el último día en que se sintió libre. Los pasillos de Dream Academy habían sido su prisión desde el primer momento, pero solo ahora comprendía el verdadero alcance de esa oscuridad. La escuela que había sido su gran oportunidad l...