Al día siguiente, Rachel llegó a Dream Academy esperando el mismo ambiente hostil de siempre. Se preparó mentalmente para las miradas de desprecio, los murmullos a sus espaldas y, quizás, los empujones y burlas que ya se habían vuelto parte de su rutina. Pero cuando entró al edificio, algo fue distinto. Nadie la molestó ni le lanzó miradas de odio. Los pasillos estaban extrañamente tranquilos y hasta los estudiantes parecían evitarla.
Los días continuaron en ese tono inusualmente calmo. Nadie le dirigía la palabra, ni para bien ni para mal. Por un momento, Rachel pensó que, tal vez, las cosas finalmente estaban mejorando. La aparente paz le dio un extraño alivio, aunque una parte de ella no podía ignorar la sensación de que algo no estaba bien.
Fue al tercer día de aquel silencio inquietante cuando sus dudas se disiparon.
Rachel se encontraba en uno de los bancos del patio durante el receso cuando vio a Clara, Luis y Ana acercarse hacia ella. Habían sido sus únicos amigos en ese lugar, el pequeño grupo que la había apoyado en medio del ambiente tóxico de la academia. Pero sus rostros ahora eran tensos, y no había ninguna señal de la habitual camaradería que solían mostrarle.
Clara fue la primera en hablar, sin mirarla directamente a los ojos.
—Rachel... lamento decirte esto, pero no podemos seguir hablando contigo.
Rachel sintió un vacío en el estómago, incapaz de procesar las palabras de su amiga.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? —preguntó, aunque en el fondo ya sospechaba la respuesta.
Luis dio un paso hacia adelante, con una expresión de resignación en el rostro.
—Porque ya no eres alguien con quien podamos estar. —Hizo una pausa y tragó saliva, como si le costara pronunciar las siguientes palabras—. Eres... el nuevo juguete de Hades. Y todos sabemos lo que eso significa.
Rachel sintió cómo el suelo parecía desmoronarse bajo sus pies. Miró a sus amigos, esperando encontrar en sus rostros una señal de que esto era una broma cruel, pero no había ninguna. Solo había lástima.
—Rachel... —murmuró Ana, con una tristeza en la voz—. No podemos hacer nada por ti. Ahora eres suya, y cualquier relación contigo solo nos pondrá en peligro. Lo peor para ti apenas va a comenzar.
Rachel se quedó en silencio, incapaz de responder. La realidad de su situación le cayó como un cubo de agua helada: estaba sola. Cualquier esperanza de tener un apoyo en Dream Academy había desaparecido en ese mismo instante. Sus amigos, sus únicos aliados, ahora se apartaban de ella por miedo.
—Suerte, Rachel, —dijo Clara antes de alejarse, sus palabras resonando en el aire como una sentencia final—. Vas a necesitarla.
_____________________________________________Perdon si esta muy corto le estoy hechando ganas, gracias por leer y apoyar la historia
ESTÁS LEYENDO
Escalva de los sueños perdidos
RandomRachel no recordaba el último día en que se sintió libre. Los pasillos de Dream Academy habían sido su prisión desde el primer momento, pero solo ahora comprendía el verdadero alcance de esa oscuridad. La escuela que había sido su gran oportunidad l...