TWD7: CAPITULO 4 "CIENFUEGOS"

805 41 2
                                    

THE WALKING DEAD: EXTERMINIO


CAPITULO 4 "CIENFUEGOS"


Narra Angie


Parpadeo unas pocas veces, todo parece estar claro en esta habitación. Todo es blanco, ¿estoy muerta?, no... Imposible. Según dicen cuando estas muerto, no sientes absolutamente nada. En cambio yo siento un terrible dolor de cabeza, de aquellos que me daban cuando estaba expuesta a los ruidos en la ciudad de San Fernando. Estoy viva, ¿pero donde estoy?.


Me siento en lo que parece ser una camilla y al mirar las sabanas, veo aquel monte que nace desde mi vientre, esta enorme ¿cuanto tiempo ha pasado?, oh dios... siento que voy a explotar, pero el movimiento dentro de mi me hace estar tranquila, el hecho de que mi pequeño bebe este bien. Lo acaricio con ambas manos y unas lágrimas de la nada comienzan a recorrer mis mejillas. Estamos bien, yo y el pequeño ser que crece y crece en mi interior.


Estoy llena de cables transparentes, y están en mis brazos, clavados en mis venas con parches blancos cubriendo las heridas. Tomo el tubo del brazo derecho y lo arranco con fuerza hasta el punto de derramar unas cuantas gotas de sangre en el piso, luego al ir al del brazo izquierdo hago lo mismo y de repente me siento liberada.


Esto es un hospital no cabe duda, o algo similar. Me dirijo hacia el gran ventanal que filtra los rayos de sol hacia la clara habitación y observo que abajo de mis pies hay una acabada ciudad, pero que no logro reconocer. ¿Donde estoy?, ahora es cuando me maldigo no haber recorrido el resto del país por completo. En las calles que dejan clara evidencia como el paso del tiempo ha afectado, deambulan unos cuantos caminantes, pero ya no son muchos, ni mas rápidos. El paso del tiempo afecta a todos, pero esta vez, es para mejor.


La gran camisa blanca me hace sentir desnuda, y vaya que hace frio. ¿Chris?, ¿Verónica?, ¿donde esta el resto? Mi mirada se fija en la puerta, en aquella puerta gris y caminando hacia ella, giro la manilla que provoca que de inmediato se abra. Me asomo lentamente al pasillo y al ver hacia el ala derecho no parece haber nadie, solo mas y mas puertas, al mirar hacia la izquierda es lo mismo. Más y más puertas, hasta que una silueta naciendo de un nuevo pasillo se deja ver en el reflejo del reluciente piso y unas voces nacen de la lejanía. Reingreso de inmediato a la habitación cerrando la puerta. ¿Que hago?, ¿que personas son esas?.


Recorro toda la habitación buscando algo con lo cual defenderme y al abrir uno de los muebles, reconozco un bisturí en una bandeja de plata con utensilios de primeros auxilios. Sin dudarlo tomo este y ocultándome junto a la puerta, siento como la puerta se abre hasta acorralarme en la pared:


- ¿donde esta la mujer?


¡Es ahora!


Empujo de golpe la puerta y al ver a un hombre de espaldas mirando la camilla vacía, por detrás lo tomo y poniéndole el bisturí en el cuello, susurro intentando sonar amenazante:


- Ahora dime, ¿quien demonios eres?, ¡¿y donde estoy?!


Aquel hombre levanta ambas manos. Huele muy bien:


- Tranquila, no te haré daño... mucho menos cuando estas a punto de dar a luz


¿a punto de dar a luz?, no me conviene acabar con este hombre, así que alejando el bisturí del cuello, con este en manos me dirijo hacia los ventanales sin quitarle los ojos de encima.


Trae unos lentes, un delantal blanco que suelen utilizar los doctores, tiene un cabello oscuro peinado hacia atrás y un pantalón de tela color plomo, es de tez clara y unos ojos cafés, tiene un poco de barba que cubre sus gruesos labias y reconociendo una sonrisa reluciente, dice mientras no bajo la guardia:

THE WALKING DEAD: SAGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora