|𝐈𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐯𝐢𝐚𝐣𝐞 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐥𝐚𝐫 (¿𝐤𝐨𝐤𝐨𝐦𝐢 𝐨 𝐧𝐞𝐧𝐝𝐨?)𝟐/𝟑|
Saiki Kusuo no podía recordar una situación más molesta que esta. ¿Realmente tenía que escoger entre Teruhashi y Nendo como compañero de habitación para el viaje escolar? Uno era un ególatra imparable, y el otro, un desastre con piernas que insistía en llamarlo "compañero" a toda hora. Ninguna opción era ideal. Mientras trataba de ignorar los pensamientos de los demás, de repente escuchó el inevitable "offu~" que señalaba la llegada de Teruhashi. Saiki notó que, por alguna razón, esta vez la peliazul no se acercaba a su pupitre. Simplemente lo ignoraba.
"¿Ahora qué estará planeando?" pensó, arqueando una ceja. Sin embargo, al mirarla de reojo, notó algo extraño en su expresión: había preocupación en sus ojos. No era necesario leerle la mente para darse cuenta.
Teruhashi, con los brazos cruzados y la cabeza baja, se repetía a sí misma: "¡No! Yo soy perfecta, claro que Saiki-kun me escogerá a mí..."
Mientras Saiki continuaba analizándola, suspiró internamente. Aunque no quería admitirlo, Teruhashi parecía realmente insegura.
"Definitivamente está pensando en este asunto de la habitación," razonó. Como si su vida no fuera suficientemente complicada. La clase continuó, y cuando finalmente terminó, Saiki aprovechó un momento de distracción para teletransportarse al baño. Necesitaba tiempo para considerar las consecuencias de su elección. Si escogía a Nendo, no tendría ni un minuto de paz; Nendo estaría molestándolo todo el tiempo, quizá hasta poniéndose a hacer tonterías como bailar en calzoncillos. La idea le causaba una especie de terror inexplicable.
Al salir del baño, se cruzó con Saiko Metori, quien estaba evidentemente molesto.
—¡Escúchame, plebeyo de cuatro ojos! —exclamó el joven millonario con arrogancia—. He oído que tienes que escoger entre Nendo y Teruhashi-san como compañero de cuarto, y quiero hacerte una oferta: si decides escoger a Nendo, y dejas a Teruhashi-san conmigo, te daré cinco millones de yenes.
Saiki se limitó a mirarlo, sin decir palabra. Saiko parecía seguro de que esa suma exorbitante sería irresistible.
—No quiero tu patético dinero —respondió Saiki con indiferencia y siguió caminando, dejando a Saiko completamente indignado.
Mientras tanto, Teruhashi terminaba su charla con Yumehara en el recreo y se dirigía de nuevo al salón. Encontró a Saiki allí, aparentemente esperándola. Aunque él no levantó la vista, ella reunió valor y se acercó, con la esperanza de no parecer tan nerviosa.
—Saiki-kun... el director quiere verte después del receso —dijo, tratando de mantener la voz serena.
Saiki la miró sin mucho interés.
—¿Para qué?
Teruhashi dudó un momento antes de contestar.
—El director quiere que elijas a tu acompañante de cuarto para el viaje... entre Nendo y yo. Si eliges a Nendo, Saiko irá conmigo.
Saiki suspiró internamente. Era obvio que no le agradaba la idea de estar con Saiko. Finalmente, Teruhashi, tras una breve pausa, respiró hondo y con voz temblorosa dijo:
—Saiki-kun, por favor... escógeme a mí. Contigo me siento más segura.
Saiki la miró, sorprendido. "¿Qué...?"
—Sé que no te agrado mucho, Saiki-kun, y que me evitas, pero... cuando estoy contigo, siento que puedo ser yo misma —añadió en voz baja.
Por un segundo, Saiki sintió que su corazón daba un ligero salto. ¿A qué venía todo eso? Resolvió, entonces, decir lo que ya había decidido.
—No hacía falta que me lo pidieras —murmuró al final, con una expresión impasible, aunque con una chispa de emoción apenas visible en su mirada—. Ya te había escogido.
Sin más, se alejó, dejando a Teruhashi paralizada, con el rostro enrojecido y el corazón latiendo rápido. Su corazón explotaba de alegría. A pesar de todos sus intentos por no parecer vulnerable frente a él, parecía que por fin había roto la barrera de la indiferencia.
"Ya no quiero sólo un 'offu~', no quiero sólo un suspiro... Quiero un 'te amo'..." pensó para sí, sonriendo suavemente.
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ᴛʜᴇ ʜᴇᴀʀᴛ ᴏꜰ ᴀ ᴘꜱʏᴄʜɪᴄ | 𝐬𝐚𝐢𝐭𝐞𝐫𝐮 ¹ [rmk]
Storie d'amoreUn psíquico enamorado... ¿es algo posible? Para nuestra encantadora Kokomi, conseguir el corazón de aquel psíquico que la ha ignorado parece un reto casi imposible. A pesar de su habilidad para leer mentes, el psíquico parece completamente ajeno a s...