|𝐌𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐏𝐥𝐚𝐲𝐚 𝐲 𝐀𝐭𝐚𝐫𝐝𝐞𝐜𝐞𝐫𝐞𝐬|
El avión aterrizó en Okinawa, y el grupo de estudiantes se dirigió hacia el hotel, entusiasmados por comenzar su primer día de vacaciones. Los chicos hablaban animadamente sobre sus planes, y todos estaban listos para aprovechar al máximo la semana.
Al llegar al hotel, el profesor Matsuzaki organizó a cada pareja y les explicó el esquema de habitaciones.
— ¡Escuchen bien, chicos! —dijo Matsuzaki con su energía habitual—. Las habitaciones son para dos personas, con camas separadas. Mañana comienzan nuestras actividades programadas, pero hoy tienen el día libre para instalarse, explorar y disfrutar la playa.
Teruhashi, que ya sabía que compartiría habitación con Saiki, no pudo evitar una sonrisa emocionada. Estar a solas con él en una habitación, aunque fuera con camas separadas, era más de lo que había soñado. Saiki, en cambio, suspiró profundamente. "Una semana... solo una semana...", pensaba, intentando ignorar cualquier incomodidad al respecto.
Unas horas después, el grupo se reunió en la playa para disfrutar del mar. La brisa era fresca y el sonido de las olas creaba un ambiente relajante. Los estudiantes ya estaban listos con sus trajes de baño; Kaido, Aren y Nendou parecían más emocionados que nunca, mientras Saiki solo quería que la tarde pasara rápido.
— ¡Saiki! —gritó Kaido, corriendo hacia él mientras se ajustaba las gafas de snorkel—. ¿No te parece que esta playa tiene un aire misterioso? ¡Dicen que hay criaturas desconocidas en estas aguas!
Saiki lo miró, impasible, y decidió ignorar sus teorías de conspiración. Sin embargo, cuando intentaba alejarse un poco, Teruhashi se acercó a él con una sonrisa radiante.
— Saiki-kun, ¿quieres caminar un poco por la playa? —preguntó con su tono más dulce. Saiki suspiró y asintió con una leve inclinación de cabeza, aunque en su mente se repetía que solo era para evitar que ella insistiera aún más.
Mientras caminaban, Teruhashi intentaba encontrar temas de conversación, señalando el paisaje y comentando sobre lo lindo que era el lugar. Saiki escuchaba en silencio, manteniendo su expresión impasible, aunque no podía evitar notar que Teruhashi se veía más natural y menos preocupada por las miradas ajenas.
Sin embargo, el momento de calma no duró mucho, ya que poco después, el grupo fue interceptado por Nendou, que llevaba una gran pelota de playa y gritaba:
— ¡Ey, Saiki! ¡Ven, vamos a jugar a voleibol!
Saiki intentó declinar, pero los demás estudiantes ya se habían reunido alrededor, y antes de que pudiera negarse, ya lo habían empujado al juego.
— ¡Vamos, chicos! —gritó Aren, animando al grupo—. ¡Equipos mixtos, así será más divertido!
El juego comenzó, y Nendou, Kaido y Aren pusieron todo su esfuerzo en cada saque y pase, aunque era evidente que tanto Kaido como Nendou estaban más concentrados en impresionar a Teruhashi que en ganar el juego. Saiki, por su parte, se mantenía al margen, participando lo mínimo necesario. Sin embargo, en un momento, uno de los saques fue directo hacia Teruhashi, y al ver que ella parecía no estar preparada para recibir el balón, Saiki actuó sin pensar y se lanzó para interceptarlo, salvándola de un golpe seguro.
Teruhashi, sorprendida, lo miró con admiración y una leve sonrisa de agradecimiento. Saiki solo asintió, intentando que el momento pasara rápido y sin que nadie lo notara demasiado.
Un rato después, los estudiantes se dispersaron para explorar la playa. Teruhashi aprovechó la oportunidad para proponer otro paseo a Saiki, esta vez más cerca de la orilla. Mientras caminaban, el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos rosados y naranjas. Teruhashi sonrió, sintiéndose en una escena sacada de sus sueños, y se acercó un poco más a Saiki.
— Saiki-kun, no pensé que podríamos estar así... juntos, disfrutando del atardecer —dijo, mirándolo con una mezcla de timidez y emoción.
Él intentó mantenerse impasible, aunque internamente sintió una ligera incomodidad. "Es solo el atardecer... no significa nada", se decía a sí mismo, intentando ignorar el leve calor en su rostro.
Sin embargo, Teruhashi no parecía dispuesta a dejar pasar el momento. Con un gesto audaz, acercó una mano y tomó la de Saiki, quien abrió los ojos levemente sorprendido.
— Saiki-kun, —murmuró ella, mirándolo directamente a los ojos—, gracias por compartir este momento conmigo. Ha sido un día muy especial.
Él se quedó en silencio, sintiendo una mezcla de incomodidad y extrañeza ante sus propias emociones. Rápidamente soltó su mano y miró hacia otro lado.
— No tiene nada de especial... solo es un día en la playa —respondió, aunque su voz sonó un poco menos indiferente de lo habitual.
Teruhashi lo miró con una sonrisa comprensiva, sabiendo que detrás de esa actitud fría había algo más. Decidida a seguir disfrutando del momento, caminó junto a él en silencio mientras la noche caía sobre la playa, sintiéndose más cercana a él que nunca.
De regreso con el grupo, los amigos de Saiki se unieron para encender una fogata, y todos se sentaron alrededor, compartiendo historias y risas bajo el cielo estrellado. Aunque Saiki intentaba ignorarlo, no pudo evitar echarle un vistazo a Teruhashi, quien se reía feliz con sus amigas. En ese momento, algo en su interior se removió, como si una pequeña chispa de preocupación y afecto intentara abrirse paso.
Sin embargo, para cuando terminó la noche y todos regresaron al hotel, Saiki todavía se repetía a sí mismo: "Es solo Teruhashi... nada de esto significa nada"
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ᴛʜᴇ ʜᴇᴀʀᴛ ᴏꜰ ᴀ ᴘꜱʏᴄʜɪᴄ | 𝐬𝐚𝐢𝐭𝐞𝐫𝐮 ¹ [rmk]
RomanceUn psíquico enamorado... ¿es algo posible? Para nuestra encantadora Kokomi, conseguir el corazón de aquel psíquico que la ha ignorado parece un reto casi imposible. A pesar de su habilidad para leer mentes, el psíquico parece completamente ajeno a s...