O C H O

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   | 𝐃𝐞𝐬𝐜𝐮𝐛𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐒𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐁𝐫𝐢𝐬𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐌𝐚𝐫 |

      (Dia 3) [Parte 1]

El tercer día comenzó con el sonido de las olas golpeando suavemente la orilla, mientras el sol se asomaba tímidamente por el horizonte, iluminando la habitación de Saiki. Aunque apenas había dormido, se despertó al primer rayo de luz. Estaba acurrucado en la cama, intentando procesar la extraña noche que había compartido con Teruhashi. La cercanía era inevitable, pero en algún momento, sin que él lo supiera, ambos se habían relajado y habían terminado durmiendo uno al lado del otro. Saiki no recordaba exactamente cómo había sucedido, pero era evidente que necesitaba procesarlo con calma.

Al abrir los ojos, vio que Teruhashi aún dormía, con el cabello desparramado en la almohada y una expresión pacífica en el rostro. No podía negar que, a pesar de su incomodidad habitual, había algo en la situación que lo descolocaba. Se levantó cuidadosamente para no despertarla y, tras vestirse en silencio, salió de la habitación para despejar su mente.

Después de un desayuno rápido, el grupo se reunió para la siguiente actividad: una visita a una reserva natural cercana. El profesor Matsuzaki explicó que el objetivo era explorar el lugar, aprender sobre la flora y fauna local y aprovechar para tomar algunas fotos. Mientras escuchaba la explicación, Saiki intentó mantenerse indiferente, pero pronto notó que Teruhashi se acercaba a él, con una sonrisa suave en el rostro.

—¡Saiki-kun! ¿Caminamos juntos? —preguntó ella, con un brillo en los ojos.

Él suspiró internamente, sin saber cómo evitar la situación sin parecer grosero. Al final, decidió acompañarla, intentando convencerse de que era solo parte de la excursión y que su incomodidad no tenía por qué significar nada.

Durante el recorrido, Teruhashi mostró un interés genuino por los detalles de la reserva. Le hacía preguntas a Saiki, como si esperara que él tuviera todas las respuestas, y aunque él sabía mucho, prefería responder con monosílabos, mientras ella hablaba y comentaba con entusiasmo. A medida que avanzaban, algunos de sus compañeros se adelantaban, pero Teruhashi parecía contenta de quedarse con él, disfrutando de la tranquilidad.

En uno de los miradores, donde la vista se extendía hasta el océano, Teruhashi se detuvo, observando en silencio el paisaje. Saiki, a su lado, apenas miraba el panorama, pero sentía la tranquilidad de la escena. La brisa marina era refrescante, y el lugar se llenaba de un silencio cómodo. Por unos momentos, no se sintió en la obligación de mantenerse distante.

—Es hermoso, ¿verdad? —dijo ella, sin esperar realmente una respuesta. Saiki asintió lentamente, permitiéndose disfrutar del momento junto a ella.

Después de la excursión, el grupo regresó a la playa, donde les dieron tiempo libre para disfrutar del sol y el mar. Los compañeros de Saiki empezaron a correr hacia el agua con entusiasmo, y Teruhashi, aprovechando la oportunidad, sugirió que se uniera a ellos. Aunque Saiki no estaba emocionado, sabía que evitarlo solo levantaría sospechas.

Mientras todos jugaban en la orilla, Kaido propuso organizar una pequeña competencia de construcción de castillos de arena. Teruhashi, quien había estado ayudando a Saiki a recoger conchas en la orilla, insistió en que él participara, y aunque él no entendía por qué, aceptó.

La competencia inició, y Teruhashi, claramente emocionada, se dedicó con esmero a construir un castillo, aunque su habilidad dejaba mucho que desear. Saiki, sin decir nada, comenzó a ayudarla, ajustando torres y añadiendo detalles con precisión, logrando que el castillo tomara una forma más elaborada. Al ver el resultado final, Teruhashi lo miró con gratitud y rió alegremente.

—Eres realmente talentoso en esto, Saiki-kun. Nunca me hubiera imaginado que tenías estas habilidades ocultas.

Saiki miró hacia otro lado, intentando disimular el leve sonrojo que le provocaba su comentario. Estaba a punto de responder cuando, inesperadamente, un grupo de olas llegó hasta la orilla, desmoronando parte de su creación. Teruhashi rió, quitando el agua de su rostro mientras trataba de rescatar lo que quedaba de su castillo. Saiki no pudo evitar observarla, notando lo sincera y despreocupada que parecía en ese momento.

Al final del día, el grupo se reunió para una fogata en la playa. Las llamas iluminaban la noche, y el ambiente era cálido y acogedor. Saiki se mantuvo un poco alejado, observando a sus compañeros charlar y cantar alrededor del fuego, mientras Teruhashi, sin apartarse de su lado, disfrutaba del ambiente, lanzándole sonrisas de vez en cuando.

Cuando la fogata comenzó a apagarse, Teruhashi se acercó a él en silencio, mirándolo con una expresión que parecía reflejar algo más que amistad.

—Gracias por pasar este día conmigo, Saiki-kun. Realmente lo disfruté.

Él intentó responder de forma casual, pero en su interior, sabía que había algo más que una simple respuesta. Aunque le costaba admitirlo, se dio cuenta de que, en algún nivel, había disfrutado de su compañía.

Y así, en la tranquilidad de la noche, mientras el fuego se extinguía y el sonido de las olas llenaba el silencio, Saiki no pudo evitar preguntarse qué era lo que realmente sentía hacia Teruhashi.

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ᴛʜᴇ ʜᴇᴀʀᴛ ᴏꜰ ᴀ ᴘꜱʏᴄʜɪᴄ | 𝐬𝐚𝐢𝐭𝐞𝐫𝐮 [rmk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora