|𝐋𝐚 𝐑𝐮𝐞𝐝𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐲 𝐥𝐨𝐬 𝐒𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐍𝐨 𝐂𝐨𝐫𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐢𝐝𝐨𝐬|
(Dia 2) [Parte 1]
El segundo día del viaje escolar comenzó con un despertar algo incómodo para Saiki. Al abrir los ojos, se dio cuenta de que la noche anterior había sido mucho más extraña de lo que él quería admitir. La calefacción de la habitación había fallado, y cuando Saiki intentó dormir en la cama asignada, se dio cuenta de que el aire acondicionado también estaba estropeado. Al principio pensó en simplemente ignorarlo, pero conforme la noche avanzaba, el frío se volvía más insoportable. Para empeorar las cosas, la habitación no tenía mantas suficientes.
Fue entonces cuando Teruhashi, preocupada por el mismo problema, se acercó a él, sugiriendo en un tono algo tímido pero práctico: "¿Por qué no compartimos cama? Así no será tan frío". Aunque Saiki estaba completamente en desacuerdo con la idea, no vio otra opción viable, y como era costumbre, no dijo nada al respecto. El calor corporal de Teruhashi, sumado a su propia capacidad de mantener el control de su temperatura interna, hizo que la idea no fuera tan insoportable. Aún así, Saiki no pudo dejar de sentirse incómodo, especialmente cuando ella se acomodó cerca de él.
Al día siguiente, al despertar, Saiki se dio cuenta de que, durante el sueño, de alguna forma, su cabeza había terminado sobre la almohada de Teruhashi y su cuerpo se había girado en dirección a ella. Ella aún dormía tranquilamente, su cabello rosa extendido sobre la almohada, y aunque Saiki trataba de deshacerse de la sensación de incomodidad, le resultaba casi imposible no notar la proximidad.
(Esto no es nada, solo fue una cuestión de circunstancia... no hay nada de especial aquí), pensó mientras cuidadosamente se apartaba de ella, asegurándose de no despertarla. Pero el sol ya estaba entrando por la ventana, iluminando la habitación con una luz suave. Teruhashi despertó lentamente al sentir su movimiento.
—Saiki-kun... —dijo ella, entreabriendo los ojos, sorprendida al verlo tan cerca de ella.
Él intentó disimular la incomodidad, pero lo cierto era que no sabía qué decir. Tras un largo suspiro, contestó con una calma forzada:
—Tuve que acostarme aquí por el frío. No hay nada extraño en eso, ¿verdad?
Teruhashi sonrió suavemente, como si supiera que algo más había ocurrido, pero prefirió no decir nada. Su respuesta fue más bien una mirada cálida y un "está bien" con la que intentó calmarlo.
Esa mañana, tras un desayuno rápido y algo tenso, el profesor Matsuzaki anunció las actividades del día. La primera de ellas consistía en una serie de juegos en la playa, para los cuales cada uno debía formar una pareja con otro compañero. Saiki miró el papel de asignación de parejas, y como era de esperarse, no pudo evitar que su mente se desmoronara un poco al ver que Teruhashi estaba de nuevo a su lado.
¿En serio? pensó, mientras sus ojos recorrían el nombre escrito al lado del suyo: Teruhashi Kokomi. Ni siquiera podía darse el lujo de ser indiferente en esa situación, aunque todo en su cuerpo le gritaba que no debía mostrar que esto le importaba.
Teruhashi, por su parte, estaba encantada. En cuanto vio su nombre junto al de Saiki, le brillaron los ojos y su sonrisa se ensanchó, como si fuera una señal del destino. Saiki, al notar su entusiasmo, no pudo evitar resoplar para sí mismo.
—Vamos, Saiki-kun, estoy segura de que vamos a ganar todos los juegos —dijo ella, sonriendo mientras tomaba su brazo con confianza.
Para Saiki, la idea de perder en una actividad con Teruhashi era... poco probable, pero aún así estaba dispuesto a mantener las apariencias y no hacer nada que pudiera generar un escándalo. Así que, con una actitud fría, aceptó la idea de ser su compañero.
La primera prueba era una carrera en parejas. Consistía en correr de un extremo a otro de la playa atados por las piernas, sin perder el equilibrio. Saiki no se sentía precisamente emocionado por esto, pero lo que le sorprendió fue la forma en que Teruhashi, lejos de mostrar nervios o inseguridad, se mostró decidida. Al principio, Saiki pensó que podría llevarla rápidamente a la meta, pero al ver que ella se tambaleaba al correr, su reflejo fue inmediato: extendió su brazo y la sujetó de la cintura, evitando que cayera.
Teruhashi, sorprendida, se giró hacia él y le dedicó una sonrisa agradecida.
—¡Gracias, Saiki-kun! Eres muy atento.
Saiki, aunque incómodo, intentó justificar su acción como cortesía, pero la contradicción interna ya comenzaba a hacer mella. (No estoy haciendo nada especial, sólo fue una reacción instintiva), se decía a sí mismo, pero su rostro no dejaba de sonrojarse ligeramente.
La actividad continuó con una búsqueda del tesoro en la que las parejas debían encontrar diferentes tipos de conchas y objetos escondidos en la arena. Durante todo el juego, Saiki se vio más pendiente de Teruhashi de lo que quisiera admitir. Si ella tropezaba, él rápidamente la estabilizaba, y cuando ella parecía perderse en la búsqueda, él la guiaba sin decir nada.
A medida que la jornada avanzaba, Saiki no podía dejar de notar cómo sus acciones parecían contradecirse con lo que él quería creer. Cada vez que la veía sonreír por algo tan simple como un gesto suyo, sentía un calor en su pecho que no podía explicar.
Al mediodía, después de las actividades, el grupo se dirigió a un restaurante cercano a la playa. El almuerzo estuvo lleno de risas y conversaciones entre amigos. Kaido y Aren estaban hablando sobre el próximo juego de arcade, mientras que Nendo no dejaba de contar chistes, como siempre, intentando hacer reír a todos. Sin embargo, Saiki, aunque estaba presente en la conversación, no dejaba de mirar hacia Teruhashi de reojo. Ella, como siempre, parecía estar en su propio mundo, sonriendo a todo lo que él hacía, e incluso cuando hablaba con otros, sus ojos siempre regresaban a él.
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ᴛʜᴇ ʜᴇᴀʀᴛ ᴏꜰ ᴀ ᴘꜱʏᴄʜɪᴄ | 𝐬𝐚𝐢𝐭𝐞𝐫𝐮 [rmk]
RomanceUn psíquico enamorado... ¿es algo posible? Para nuestra encantadora Kokomi, conseguir el corazón de aquel psíquico que la ha ignorado parece un reto casi imposible. A pesar de su habilidad para leer mentes, el psíquico parece completamente ajeno a s...