ᴛʜᴇ ʜᴇᴀʀᴛ ᴏꜰ ᴀ ᴘꜱʏᴄʜɪᴄ | 𝐬𝐚𝐢𝐭𝐞𝐫𝐮 [ｒｍｋ]

D O S

          |𝐈𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐯𝐢𝐚𝐣𝐞 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐥𝐚𝐫 (¿¡𝐒𝐀𝐈𝐊𝐎!?) 𝟏/𝟑| 

La salida de Teruhashi había dejado a Saiki en una especie de estado de desconcierto que intentaba desesperadamente ignorar. Luego de despedirse de ella y de ese inesperado beso en la mejilla, se quedó un rato en la entrada de su casa, mirando la puerta cerrada tras ella. Sintió el ardor en su mejilla y frunció el ceño. "Qué... ¿era necesario? Teruhashi realmente es una molestia..." murmuró, llevándose la mano al rostro, enrojecido sin siquiera notarlo.

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Decidido a evitar cualquier situación incómoda, Saiki planeaba aprovechar el viaje escolar a Okinawa como una buena excusa para quedarse en casa. "Es más tranquilo aquí sin que alguien intente besarme," pensó para sí mismo, esbozando una leve sonrisa mientras bajaba a la cocina.

Sin embargo, Kurumi, su madre, estaba esperándolo con esa típica sonrisa amable que eraconde amenazas veladas.

—¡Ku-chan! Hoy es tu viaje escolar, ¿cierto? —le preguntó con una sonrisa dulce.

—No voy a ir —contestó él, con voz seca—. Estoy... resfriado.

Kurumi no dejó que su sonrisa se rompiera ni un momento. —¿Un resfriado, Ku-chan? Pobre... entonces, supongo que no podrás tomar gelatina de café por unas semanas.

Saiki suspiró. —Creo que ya me siento mejor... así que iré —respondió, derrotado.

—¡Eso me alegra, Ku-chan! —dijo ella, radiante.

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Al llegar, Saiki intentaba convencerse de que el viaje podría ser soportable, siempre y cuando pudiera mantenerse alejado de situaciones molestas. Pero esa paz duró poco: Kaido y Nendo lo interceptaron apenas entró, visiblemente emocionados.

—¡Saiki! ¿Escuchaste? ¡Nos vamos de viaje a Okinawa! —dijo Kaido, con una enorme sonrisa—. ¡Dicen que tendremos habitaciones de a dos!

Saiki frunció el ceño. "¿Había que hacer tanto alboroto?" pensó, antes de lanzar una mirada molesta a sus amigos. Pero entonces vio acercarse a Teruhashi, quien saludó con una sonrisa resplandeciente.

—¡Buenos días, chicos! —dijo ella, con su habitual tono amable.

Kaido y Nendo quedaron boquiabiertos, sonrojándose de inmediato. Saiki miró al techo, exasperado. "Otra molestia más..."

Pero Teruhashi ya estaba en marcha hacia su siguiente plan. Tras sonreírles a todos, se dirigió a la oficina del director, donde tenía pensado hacer una pequeña petición para garantizar su "experiencia de viaje ideal."

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Teruhashi tocó la puerta y entró, su expresión llena de dulzura.

—Buenos días, director. Quisiera hablar con usted sobre el viaje escolar y, bueno, las asignaciones de habitación.

El director, un hombre fácilmente impresionable, se enderezó al instante. Teruhashi proyectaba su aura angelical y él apenas podía sostenerle la mirada sin sonrojarse.

—Claro, señorita Teruhashi, ¿qué necesita? —preguntó.

Ella se inclinó un poco hacia adelante, bajando la voz. —Escuché que las habitaciones serán de dos personas. ¿Sería posible que me asignara a Saiki-kun como compañero? —preguntó, desplegando su sonrisa más dulce.

El director, abrumado por la petición, buscó las palabras. —S-señorita Teruhashi, yo... Ya tienes un compañero asignado, en realidad.

—¿De verdad? ¿Y quién sería? —preguntó ella, su voz ya menos amable.

—Saiko Metori —contestó el director, con una mueca nerviosa.

Al escuchar esto, Saiki, que había estado utilizando su telepatía para seguir la conversación desde fuera, se quedó perplejo. El solo nombre de Saiko le generaba incomodidad. "Molestia, sí. Pero definitivamente no son celos," se dijo a sí mismo, sin estar completamente seguro.

Por su parte, Teruhashi sintió cómo el mundo se le venía abajo. "No, no, no... ¡Antes prefiero compartir con Nendo que con alguien como Saiko!" Se aclaró la garganta y, en un intento por salvar la situación, dejó escapar unas lágrimas fingidas.

—Pero director, es que... Saiki-kun a veces tiene... episodios de nerviosismo, y yo soy la única que puede calmarlo —dijo, poniéndose las manos en el pecho con una expresión de súplica.

Desde el pasillo, Saiki se sintió avergonzado. "¿Ahora me hace ver como alguien asustado? Teruhashi realmente sabe cómo fastidiar."

El director suspiró, viendo las lágrimas de Teruhashi. —Lo entiendo, Teruhashi-san, pero... el joven Saiko fue muy insistente y... bueno, ofreció una donación de cuatro millones de yenes para asegurar que seas su compañera de habitación.

¿Cuatro millones? Saiki abrió los ojos con incredulidad, y notó un leve temblor de rabia. No podía creer que Saiko fuera tan... insistente. Mientras tanto, Teruhashi, furiosa por dentro, intentaba mantener su semblante calmado.

—Por favor, director —dijo ella—, si Saiki-kun acepta compartir habitación conmigo, ¿no podríamos hacer un ajuste?

El director dudó un momento antes de asentir. —De acuerdo. Si Saiki acepta, cambiaré los compañeros de habitación. Pero si no, te quedarás con el joven Saiko, y Saiki, con Nendo.

Saiki suspiró, sintiéndose acorralado. Estaba entre dos opciones igual de malas: pasar el tiempo con Teruhashi, o compartir habitación con Nendo, quien no dudaba en molestarlo en cada oportunidad.

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