La oscuridad era algo más intensa cuando se estaba en altamar, pero la serenidad y calma que la acompañaban era suficiente para encender una cálida luz dentro del alma.
Era por eso que Lee MinHo había preferido quedarse un rato más en la cubierta, en un punto oculto a ojos de cualquiera, donde lo único que podía ver con nitidez eran los puntos brillantes en el cielo formando distintas constelaciones.
Estar solo en aquel lugar lo hizo estremecerse cuando escuchó una serie de pisadas acercándose cada vez más a su ubicación. Podía ser cualquiera, uno de los marineros o alguno de los guardias que acompañaban a Su Majestad.
Se esperaba a cualquiera, excepto a la persona que vislumbró apenas volteó a ver.
— ¿Hannie? ¿Qué haces aquí afuera? — el chico no respondió, creyó que tal vez no había escuchado su voz al susurrar, pero no pudo decir mucho más, lo vió acercarse y recargarse en la barandilla a un lado de él.
— Estaba soñando algo, últimamente sueño muchas cosas que se sienten demasiado reales, estuve soñando contigo, te vi parado aquí y pensé que te veías muy solo.
— ¿Piensas en mí mientras duermes? — trató de bromear un poco, pero la respuesta de JiSung denotaba total sinceridad.
— Pienso en ti todo el tiempo. Eres lo único que puedo llamar refugio. Te extrañé mucho este tiempo, MinHo.
— Yo también a ti, lamento haberme ido sin avisarte la última vez, debía darme prisa y no quería despertarte, te veías feliz mientras dormías.
— ¿Ah sí?
— Sí, parecía que estabas teniendo un buen sueño.
Han sonrió al recordar los detalles de su sueño de aquella noche, tal vez era el momento adecuado para hablar sobre el tema.
— Min, ¿qué harías si tú fueras rey?
— ¿En qué situación?
— En general, si un día despiertas y te dicen: "buen día, Su Majestad, el desayuno está servido", ¿qué harías?
— ¿No crees que es un poco drástico? — bromeó, provocando finalmente una corta risa en el menor —. Creo que, si un día despertara siendo rey, sentiría mucha presión, debe ser algo muy complicado ser un buen rey. No lo sé, no he pensado en ello, sería muy difícil que yo llegase a ocupar el trono, hay al menos diez personas que deben morir o ceder sus derechos para que eso suceda.
— Yo creo que es incluso más sencillo de lo que parece, el proceso sería largo, pero no demasiado complicado.
— ¿Tú has pensado en ello?
JiSung agachó un poco su mirada, como si la densa oscuridad del mar le permitiese formular su propuesta.
— Tuve un sueño, el día que dormimos juntos, y desde entonces lo he vuelto a pensar muchas veces. De alguna manera siento que encajas demasiado perfectamente con el concepto de reino, y que sería sencillo que llegases a ese lugar... Pero necesito saber si es algo que también tú quisieras, porque si no es así, podemos simplemente esperar a que las cosas cambien, lo que es mucho más sencillo.
ESTÁS LEYENDO
La Concubina del Rey
General FictionLee MinHo, hijo del Gran Duque y mano derecha del Rey. Habitantes del inigualable reino de Thyateira, conocido por su prosperidad, sus tierras fértiles y su exportación de cristales y joyas preciosas. El reino perfecto. Han Jisung, el pobre hijo de...