11-. 𝑵𝒖𝒆𝒗𝒂𝒔 𝒆𝒎𝒐𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔: 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒂𝒎𝒐𝒓.

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Habían pasado casi dos años desde que JiSung empezó a vivir en casa de los Lee, la vida de ensueño, la calma que necesitaba en medio de la tormenta que era su vida, la paz y la alegría, todo eso pudo encontrarlo

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Habían pasado casi dos años desde que JiSung empezó a vivir en casa de los Lee, la vida de ensueño, la calma que necesitaba en medio de la tormenta que era su vida, la paz y la alegría, todo eso pudo encontrarlo. Y fue maravilloso.

Destacaba en las materias artísticas, cosa que MinHo celaba en gran manera, también le gustaba el arte, pero le costaba mucho más que a JiSung.

También había sido muy reconocido en materias financieras, parecía tener una increíble comprensión de los números, MinHo halagaba eso, así, el menor podía ayudarlo cuando tuviera que hacer los informes económicos de su casa.

Había aprendido muchos idiomas, griego, inglés, italiano, francés, un poco de japonés y otro poco de latín, además de entender perfectamente el coreano antiguo, aunque en esto MinHo presumía, porque el sabía hablar más japonés. Para Han no tenía sentido, no era competencia, o eso era lo que decía cada vez que MinHo le hablaba en japonés.

Ambos se habían vuelto increíblemente competitivos entre ellos.

En realidad, el mayor solamente buscaba molestarlo, y lo lograba; JiSung había descubierto que, tal vez, sí era un poco egoísta y celoso.

Es por esa razón que llevaba dos semanas enteras sin decirle más que "buenos días" y "buenas noches".

- Es lo que te digo, Felix, me odia.

El menor solamente escuchaba en silencio mientras le sobaba la espalda.

- Tal vez no te odia... O al menos, no tanto.

Y MinHo empezó a llorar más fuerte.

- ¡Yo no tuve la culpa! - trataba de limpiarse las lágrimas - ¡No es mi culpa tener buena vista!

- Si se lo dijiste así, creo que tiene razón en odiarte.

Hacía unas semanas, un grupo de nobles habían organizado un festival por concepto de la buena producción agrícola de la temporada. Aunque los últimos dos días habían sido un desastre, con la supuesta Guardia Real tirando puestos y "tomando gratis" la mercancía de los vendedores... Pero los dos primeros días fueron un éxito.

Sobre todo en las competencias deportivas, en las que MinHo y JiSung participaron entusiasmados. Comenzó como un juego, inocente y tierno, pero para la competencia de arco, el premio mayor era un cupón de compra gratis en una de las mejores pastelerías por un año.

Sí, en casa les podían preparar los mismos postres, pero ahí decía "gratis".

Con mucha decepción y molestia, ese día, Han descubrió que tenía problemas para ver a larga distancia, pero MinHo encontró una inexplicable satisfacción al atinar en el centro en todos los niveles.

¡Por Dios que lo debía presumir!

Fueron algunos varios días de jubileo por parte de MinHo, cosa que el menor trataba de tolerar, cuando sentía que iba a explotar, iba a buscar a Felix para desahogarse, el de pecas había estado viviendo en Thyateira por unos meses, así que le tocaba presenciar los berrinches de ambos, y ser el brazo consolador.

La Concubina del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora