Al día siguiente, apenas abrió los ojos, su primer acción del día fue escribirle una carta a Felix, tenía que decirle que había visto a JiSung otra vez, que estaba bien, lo mucho que había crecido y que seguía siendo una persona tan brillante como lo había sido siempre, la emoción se podía sentir incluso en la manera en que había doblado la hoja.
Se sentía fresco, renovado, armonioso, la felicidad no cabía dentro de sí mismo. Salió un par de veces al patio de la casa solamente para arrancar hojas del pasto y aventarlas al aire.
— Mamá, ¿qué le pasa a mi hermano?
— ¿Por qué lo dices, HaeWon?
— Salió al patio, gritó "¡Gracias, Dios!" Y volvió a entrar. Luego salió a correr en círculos, me asusta.
Los tres miembros de su familia se asomaron por la ventana y, en efecto, MinHo hacía círculos en el pasto, además, se sabía que él no era precisamente apegado a la religión, les parecía extraño que invocara tanto a Dios, algo estaba definitivamente mal.
— Dejémoslo solo un rato — dijo su padre, tratando de examinar a su hijo con la mirada — Debemos ir más tarde al Palacio, veré si puedo preguntarle en el camino qué sucede.
No era precisamente la intención de MinHo el esconder su felicidad, mucho menos su motivo, pero estaba demasiado emocionado como para recordar contarlo.
El desayuno fue tranquilo, aunque seguían admirados por la manera tan alegre en que el muchacho contemplaba todo con sumo regocijo, incluso fue a vestirse con muchos ánimos, nunca antes había estado tan ansioso por visitar el Palacio.
De camino, yendo en el carro de la familia, ChinMae buscaba la manera de abordar el tema sin verse demasiado entrometido, MinHo nunca había guardado secretos y tenía mucha confianza para contarles cualquier cosa, así que le preocupaba un poco no haberse enterado de lo que traía a su hijo dibujando flores y pájaros en el aire.
— Min, te ves muy alegre, ¿pasó algo bueno?
— ¿Eh? Ah, sí, estoy feliz, creo que mi corazón podría salirse de alegría.
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La Concubina del Rey
Fiction généraleLee MinHo, hijo del Gran Duque y mano derecha del Rey. Habitantes del inigualable reino de Thyateira, conocido por su prosperidad, sus tierras fértiles y su exportación de cristales y joyas preciosas. El reino perfecto. Han Jisung, el pobre hijo de...