23. Viaje Real

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Lee MinHo deambulaba por los desolados pasillos del Palacio Real, la luz que entraba por los grandes vitrales era su única acompañante en su recorrido desde la biblioteca hasta la fuente del patio trasero, había procurado llegar muy temprano para ...

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Lee MinHo deambulaba por los desolados pasillos del Palacio Real, la luz que entraba por los grandes vitrales era su única acompañante en su recorrido desde la biblioteca hasta la fuente del patio trasero, había procurado llegar muy temprano para realizar una investigación más exhaustiva con base en los registros históricos guardados en la biblioteca.

Añadiendo a lo que Han JiSung le había comentado, resultaba ser que Thyateira tenía una especie de deuda con Amatory: una batalla había sido librada en el reinado de el difunto monarca Asher León Balovento, precisamente, una batalla contra uno de los ejércitos más poderosos, el ejército romano, durante el periodo de conquista de aquel Imperio.

Si bien, la información obtenida podía no surtir efecto alguno en el Rey, era información importante a tomar en cuenta para tomar una decisión, si había un ejército capaz de enfrentarse a Roma, convenía mantenerlos como aliados.

Cuando llegó a la fuente, el Conde Jung ya estaba ahí, se acercó a él y comenzó a compartir con él toda la información que había recopilado, entregándole también un documento que resumía perfectamente la información y resaltaba los puntos más importantes.

— Joven Lee, muchas gracias por su arduo trabajo, está claro que el Tratado debe ser firmado, una alianza entre los dos reinos podría ser muy beneficioso a largo plazo.

— Así es, me complace serle de ayuda.

— Es usted un muchacho inteligente, sus padres deben estar orgullosos de tener un hijo como usted.

Ah, el Conde Jung era como un abuelo para él.

— Muchas gracias... Señor, si no le es molestia, ¿me permitiría a mí hablar con Su Majestad? No piense mal de mí, no pretendo perjudicarle, es solo que creo que puedo encargarme de este trabajo y manejar bien la situación, sería parte de mi evaluación como su discípulo.

— Oh, por supuesto que sí, pero si llega a sentirse muy nervioso, hágamelo saber, soy grande ya y poco puedo hacer ante la fuerza de la juventud, pero aún puedo serle de ayuda.

— Claro que sí, muchas gracias, ahora pasemos adentro, la reunión debe estar por comenzar.

Decir que estaba completamente seguro de sí mismo y de su poder de convencimiento sería vanagloria, pero sospechaba que el Rey tenía cierto favoritismo hacia él por ser el hijo del Gran Duque, así que haría uso de su posición social y su historial familiar para asegurar ese viaje.

Confiaba en que, en un lugar no muy lejano a él, alguien estaba elevando plegarias a cualquier Dios existente en favor de él, y esperaba con todo su corazón que rindiera frutos.

Confiaba en que, en un lugar no muy lejano a él, alguien estaba elevando plegarias a cualquier Dios existente en favor de él, y esperaba con todo su corazón que rindiera frutos

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La Concubina del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora