Por la mañana, cuando abrió sus ojos, aunque ya era un poco tarde, su primera preocupación fue "¿a dónde fue JiSung?"
Ni siquiera se puso correctamente sus pantuflas, corrió escaleras abajo, viendo entre el pasillo y las habitaciones abiertas, buscando con la mirada al menor. Cuando llegó a la cocina, y lo vió sentado, hablando animadamente con la cocinera mientras comía un sándwich, en el preciso instante en que ambos voltearon a verlo con expresión confusa en el rostro, se permitió respirar nuevamente, sintiéndose aliviado.
— ¡Por Dios! JiSung, ¿puedes avisarme la próxima vez? Creí que te habías ido.
— Intenté llamarte un par de veces... Te veías muy cansado — MinHo pudo notar un cierto grado de timidez en su expresión — um... Bajé a beber agua, pero dijeron que podía comer algo también... Creo que ya me siento mejor, solo siento dolor en la garganta.
— Eso es bueno, gracias por su trabajo, Lydia — recibió un asentimiento de parte de la mujer — ¿Hablaste con mis padres?
— Ví al señor cuando llegué aquí, me pidió que te dijera que se había ido más temprano para atender unos asuntos en el palacio; la señora dijo que saldría un momento, de hecho, no hace mucho que se fue, creo que iba a comprar telas al mercado.
MinHo escuchaba atentamente, pero ponía más atención a la manera tan tierna en que JiSung hacía delicados movimientos con sus manos, ayudando a su explicación.
— Ya... ¿Terminaste de comer? ¿Podemos hablar?
— Mhm, dame un segundo.
Espero a que el menor terminara su té, haciendo una mueca graciosa, resultó ser que el sabor de la quinina no le gustaba; cuando vió a JiSung acomodarse en su asiento, él tomó su mano, llevándolo fuera de la casa por la puerta trasera, a un patio precioso, con arbustos bien cuidados en maceteros de alta calidad, una fuente pequeña en el centro y una mesa no muy grande cerca de ella.
Seguía a MinHo, quien aún sujetaba su mano, siendo su guía por el sendero del lugar. ¿Hacía cuánto que no le daba la mano? ¿Por qué el tacto se sentía diferente esta vez?
— Min, tienes las orejas rojas — sintió un estremecimiento en el mayor.
— Seguro es por el sol, toma asiento, por favor — señaló un columpio de cuerdas. JiSung acató la orden.
— Habla ahora o calla para siempre.
— ¿Has ido a bodas?
— En el orfanato, te llevan a la iglesia todos los domingos, a los mal portados los llevan diario, a veces había bodas.
— ¿En serio? — JiSung asintió — ¿Te gusta ir a la iglesia?
— No es mi actividad favorita, pero supongo que no puedo hacer mucho. Agradezco que, al menos, no nos fuercen a seguir una religión, ventajas de vivir cerca de Grecia, supongo.
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La Concubina del Rey
General FictionLee MinHo, hijo del Gran Duque y mano derecha del Rey. Habitantes del inigualable reino de Thyateira, conocido por su prosperidad, sus tierras fértiles y su exportación de cristales y joyas preciosas. El reino perfecto. Han Jisung, el pobre hijo de...