•Dimensión 4• 🌌•Más allá de nuestros límites•🌌

Capítulo 41 •El plan•

(Mansión Sugarawa)

01:36 AM

(La mansión está en total oscuridad, no hay luz ni agua desde hace horas, pero con unas pocas velas, han iluminado la cocina y una parte de la habitación de Tsukiko. Un árbol ha caído encima de la sala principal, y el techo se ha venido abajo, hay grietas por las paredes y el suelo está desnivelado. Los muebles están por el suelo, hay platos y jarrones rotos por todas partes los cuales Beniko y Tsukiko han tenido que recoger para que Akira no se hiciera daño. Llevan horas sin señal, no se pueden comunicar con nadie. No saben si Akemi y Kiyoshi están bien, o si Yoshino e Itzel están a salvo y van a venir, no saben nada)

Tsukiko: (sentada en el suelo de tatami con Akira en sus brazos llorando, está haciendo un berrinche, tiene mucha hambre. Para tranquilizarla, le da suaves palmadas en la espalda y la balancea un poco)

Ya está mi niña, ya está, lo sé, cariño, lo sé, sé que quieres un biberón, cielito, pero no hay luz, no puedo calentartelo tan rapido...(la mira con los ojos entristecidos, se siente muy culpable) ¿Cómo vas con el bibe de la nena? (Mira a Beniko)

Beniko: (calentando el biberón en una pequeña olla con agua, esta está encima de un "Staub" un hornillo para fondue que funciona con velas)

Va a tardar aún un rato, el agua aún no está hirviendo...

Tsukiko: Tranquila...(le acaricia la naricita a Akira con su dedo meñique) Ya, ya, ya, preciosa, lo sé, cariño, lo sé...

Akira: (sigue llorando con intensidad, dando patadas al aire y moviendo sus brazos como símbolo de protesta)

Tsukiko: Dios mío...(mira a su alrededor notablemente afectada, tiene un nudo en la garganta. Su casa está patas arriba, va a necesitar reformas) ¿Cómo ha pasado esto...? (Se le quiebra la voz) Sólo espero que todos estén bien...(una lágrima resbala por su mejilla lentamente)

Beniko: (se le entristecen los ojos también afectada, se levanta y se sienta al lado de Tsukiko acariciándole la espalda) Señora, no se preocupe, estoy segura de que Yoshino, Itzel, Akemi y Kiyoshi estarán bien...
Son fuertes. Y de lo que estoy más segura es de que su hijo y su mujer ya vienen hacía aquí, deben estar muy preocupados por la pequeña...

Tsukiko: Eso es lo que más espero, que estén bien y que lleguen sanos y salvos...
Por favor...(agarra con su mano un omamori de oro puro colgando de su cuello. Cierra los ojos y murmura "Me refugio en Kannon, diosa de la misericordia, por favor, que mi familia esté a salvo y lleguen aquí en tus buenas manos. Deja que el amor que tengo por ellos les proteja...")

Beniko: (cierra los ojos también y da dos palmadas firmes, agacha la cabeza con el ceño un tanto fruncido y balbucea en voz baja)

"Por favor, que todos estén sanos y salvos y puedan vivir con seguridad. Que no ocurra otro desastre, protegenos..." (Hace una gran reveréncia, recostando la frente contra el suelo. Unos segundos más tarde se incorpora y abre los ojos)

Tsukiko: Gracias, Beniko...(sonríe dulcemente)

Beniko: (sonríe de vuelta) No hay de qué, Señora...

(Se escucha la puerta principal abriéndose, seguida de unos pasos ajetreados)

Akemi: ¿¡Abuela...?!

Kiyoshi: ¡Abuela...! ¿¡Estáis todos bien...?!

Tsukiko: (se le iluminan los ojos al verlos aparecer corriendo entre la espesa oscuridad del pasillo, y detrás de ellos, Ryoga) ¡Mis niños...! (Se le quiebra la voz y estira un brazo hacía ellos)