1 de septiembre de 2015.

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Ya había conocido a todos los amigos de mi hermano, eran un grupo grande y a veces me costaba acordarme de sus nombres, si mal no recuerdo, eran 11 contando a mi hermano.

Sus nombres son: Shawn, Cameron, Nash, Jack G., Hayes, Aaron, Carter, Jack J., Lucas, Matthew y Taylor.

Y, adivinen qué, eran un desastre juntos, Lucas y Shawn eran los únicos que sabían cocinar.

Todos estaban reunidos en el living jugando algo que no tenía ni idea de qué era, yo estaba sentada a unos metros de ellos solo observándolos.

Estaba un poco nerviosa por mañana, no quería llegar a un lugar que no conocía, nunca había sido nueva en ningún sitio y llegar con 11 chicos iba a llamar demasiado la atención.

-Ey, April.

Parpadeé repetidas veces y miré a Shawn.

-¿Por qué tan distraída?

-Estoy nerviosa por mañana, es todo -sonreí.

-No tengas miedo, con nosotros no te pasará nada porque somos los más populares.

-¿Y se supone que debo creerte? -dije riendo.

-Esa es la idea -rió.

Bajé la cabeza hacia mis manos, tenía ansiedad, hacía tiempo que no me pasaba esto.

-Em, April, te quise hacer un obsequio de bienvenida.

-¿Otro?

-Sí, bueno, toma -dijo con una sonrisa.

Abrí el paquete envuelto y me encontré con la caja de un IPhone 6, esto no puede estar pasando. Lo miré con los ojos bien abiertos.

-No puedo aceptarlo, esto cuesta mucho dinero y...

-No es molestia, de verdad, solo acéptalo.

-Gracias, Shawn, de verdad. Sólo llevo aquí cuatro días y ya me has dado de todo -sonreí-. Gracias por todo lo que haces por mí.

Mis manos seguían temblando, empecé a buscar a Lucas con la mirada. Shawn me hablaba, pero solo me concentraba en salir de aquí. Empecé a sudar frío y el dolor en el pecho estaba apareciendo. Sentía mi boca seca y la visión se me nubló.

Me llevé una mano al pecho, el aire me comenzó a faltar y dolor aumentaba cada vez más. Intenté decir el nombre de mi acompañante, pero el aire me faltaba, la taquicardia aumentaba y el dolor de cabeza se hacía cada vez más latente.

-Shawn -susurré.

-¿Qué tienes? Háblame -dijo desesperado.

Me hizo mirarlo a los ojos.

-¿Tienes un ataque de ansiedad?

Asentí con dificultad. Me tomó en brazos y poco después sentí el aire puro.

Me acostó en el césped. Y, con ayuda de Shawn, hice ejercicios de relación. Al cabo de unos minutos las pulsaciones comenzaron a bajar, comencé a respirar con normalidad, el dolor de pecho disminuía cada vez más. Shawn me hacía cariños en el cabello mientras me calmaba un poco.

-April -escuché a Lucas.

No tenía fuerzas y el dolor de cabeza iba a permanecer, eso era seguro.

-Sufrió un ataque de ansiedad.

-¿Y tú como sabes eso?

-Los sufro también.

*

Me desperté entre los brazos de mi hermano. Me levanté con cuidado para no despertarlo y bajé las escaleras. Karen estaba preparando el desayuno y decidí hablar con ella, sabía muy bien que mi madre estaba lejos, que no podría darme consejos y que, si esta mujer era capaz de darme asilo en su casa, yo le debía otorgar mi confianza.

-Hola, muñeca. ¿Cómo te sientes? Shawn me contó lo que pasó.

-Precisamente de eso te quería hablar, y estoy bien, gracias por preguntar.

-Bien, háblame antes de que los chicos se despierten.

-¿Viven todos juntos?

-No, a Shawn no le gusta viajar mucho, prefiere quedarse aquí conmigo, así que antes de que los chicos viajen y cuando llegan se quedan en casa para pasar tiempo con él.

Asentí.

-Bien, Karen. Sufro de trastorno distímico, es una depresión muy leve, siempre lo tuve, pero se hizo notar mucho más luego de que mi madre murió. Según mi psiquiatra, es un tema hereditario, mi mamá también lo sufría y se basa más que todo en que a veces no tengo ganas de nada, como en exceso o no como, siento fatiga, no tengo esperanzas de nada y puede llevarme al suicidio. Y de hecho, lo hizo.

Karen dejó de hacer el desayuno y me miró con atención. Sonreí con nostalgia.

-Un mes después de que mi mamá falleció, tomé una hojilla y corté ambas muñecas, mi mejor amiga se encargó de llevarme al hospital, allí me lograron salvar. Mi psiquiatra me internó por dos meses en un Hospital Mental.

Karen tomó mis manos entre las suyas.

-¿Y? -preguntó.

-Debo seguir yendo a algún psiquiatra, tomar mis pastillas y por eso estoy aquí, me recomendaron cambio de ambiente para lograr superar la partida de mi madre más rápido. Por eso, quería hablarle sobre buscar un psiquiatra y las pastillas.

-¿Y los ataques de ansiedad?

-Los tengo desde que tengo memoria, aparecen cuando tengo mucho miedo o estrés por algo. Mi estrés, principalmente, es el nuevo instituto.

-No tiene por qué ser un estrés. Tu hermano estará contigo.

-No es suficiente, él ya tiene una vida aquí y sé muy bien que no en todas las clases estaremos juntos.

-No solo esta Lucas, tienes 10 chicos más a tu cuidado y disposición. Además, Shawn y tú tendrán los mismos horarios, me encargué de que así fuera -sonreí-. Él te va a cuidar, lo sabes, ¿no es así?

Asentí.

-Bien, y sí, hoy luego del instituto iremos a buscar a tu psiquiatra -sonrió-.

-¿Puede venir Lucas con nosotras? Me sentiría mucho más segura.

-Claro, le diré a Shawn que se desaparezca para que no sospeche nada.

Me dio un beso en la frente y luego me hizo un poco de cosquillas. Me reí y me levanté del banco en el que estaba sentada para ir a alistarme.

-Ya sé porque a Shawn le gusta pasar sus vacaciones con usted.

Primavera «Shawn Mendes»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora