24 de octubre de 2015.

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Nada había cambiado esta semana para mejor, más bien, estábamos más alejados. Muy pocas veces hablábamos o nos dirigíamos la mirada.

Karen se había ido por dos semanas a New York por cuestiones de trabajo, ayer la fuimos a despedir en el aeropuerto. Por lo tanto, Shawn y yo teníamos la casa sola.

En el desayuno no lo había visto y mucho menos en el almuerzo, no sé si había salido de su habitación a desayunar o si no se encontraba en casa.

Juliet me había llamado para que saliéramos a tomar algo, pero me había negado. Quería quedarme en casa.

Ahorita mismo me encontraba en el living viendo Saw IV, el timbre me sobresaltó y vi la hora, 6 de la tarde, comencé a rezarle a todos los santos porque ya la casa estaba completamente oscura. Me tropecé con la alfombra y a duras penas llegue a la puerta.

Juliet estaba allí con dos potes gigantes de helado de chocolate y oreos con ositos de goma. Sentí que la amaba.

-Tal vez necesites a una amiga ahora mismo.

Le sonreí y la abracé. Ella sabía más que nadie como me había afectado esta semana sin Shawn a mí alrededor. Me escribía diariamente preguntándome como me sentía o si quería hablar con ella de algo.

Robert me había agradecido lo que hice por él y por Lucas. Por ese mismo ánimo y ese abrazo que me dio dándome las gracias no podía arrepentirme por salir con él.

-¿Y Shawn?

La miré mientras sumergía una oreo dentro de mi helado. Me alcé de hombros y seguí viendo la película.

-No pueden seguir así. Se están haciendo daño y ni siquiera son algo. Y Cameron me ha comentado que a él le haces falta, pero es súper orgulloso.

-Me molesta que sea orgulloso, no va a ganar nada con eso. He intentado hablar con él, pero me ignora.

Mi voz se entrecortó.

-La imagen de él con Live y sus manos entrelazadas se repite en mi mente una y otra vez, pero debo aceptar que somos amigos y que si él quiere algo con Live, debo afrontarlo -suspiré-, pero lo quiero con todo mi corazón.

Suspiré de nuevo y tomé otra cucharada de mi helado. Juliet abrió la boca para decirme algo, pero algo la interrumpió.

Gritos de la planta de arriba. Me congelé en mi asiento y dejé el helado sobre la mesa.

-¡Déjame en paz! ¡Vete! ¡Ella me quiere!

Corrí escaleras arriba y abrí la puerta de la habitación de Shawn y lo vi llorar.

Seguía gritándole a algo o alguien que esa chica lo quería.

Se tomó los cabellos con las manos e inhaló fuertemente. Me vio y su cara palideció.

-Tranquilo, estoy aquí.

Me acerqué lentamente, pero Shawn cortó todas las distancias y me abrazó fuertemente, pero segundos después el abrazo se debilitó y Shawn cayó a mis pies, inconsciente.

-¡Llama a una ambulancia, Juliet!

Me senté en el suelo y comencé a llorar fuertemente mientras acariciaba sus cabellos.

-Estarás bien. Dios, despierta- solloce-. No me puedes dejar sola, cabrón.

*

Había amanecido y yo no había podido pegar un sólo ojo en toda la noche. A las 9pm un señor nos dijo que Shawn estaba fuera de peligro, que sólo había sido un ataque de ansiedad muy fuerte.

Primavera «Shawn Mendes»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora