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¡Bip, bip, bip!

El sonido del despertador corta el silencio de la mañana, resonando en mi habitación antes de que lo apague con un golpe rápido. Jueves. A mitad de semana, pero se siente como si hubiera pasado una eternidad desde el lunes. Me quedo mirando el techo por un momento, dejando que las imágenes de los últimos días pasen por mi mente: Jace con Nora, Hugo con esa sonrisa despreocupada, la tensión constante entre Grace y su hermano, y yo en medio de todo, tratando de encontrar mi lugar.

Suspiro, sabiendo que no puedo quedarme en la cama eternamente. Me levanto, el frío del suelo me despierta un poco más, y me preparo para lo que sé será un día largo. El ambiente en la casa está tranquilo, como si el mundo aún no hubiera despertado del todo. Mi padre ya se fue al trabajo, y yo tengo el lugar para mí por unos minutos más.

Bajo las escaleras, me sirvo una taza de café rápido, y mientras me siento en la cocina, mi teléfono vibra en la mesa.

Grace

¿Nos vemos en la entrada de la escuela? Estoy pensando en hablar con Jace antes de clases.

Un nudo se forma en mi estómago al leer el mensaje. Grace siempre es valiente, dispuesta a enfrentar los problemas de frente, pero esta situación con Jace la está desgastando. Me pregunto cómo reaccionará él hoy, si finalmente aceptará la relación con James o si su incomodidad persistirá.

Vicky

Sí, nos vemos en 10 minutos.

El camino hacia la escuela es lo suficientemente corto como para permitirme pensar demasiado. Hugo me invitó a salir ayer, y aunque acepté, sigo dándole vueltas a lo que realmente significa. Por un lado, es un buen chico, relajado, y probablemente lo que necesito en este momento, pero por otro... Jace. Siempre Jace. Es frustrante cómo incluso cuando no estamos cerca, su presencia ocupa tanto espacio en mi mente.

Al llegar a la entrada del colegio, veo a Grace esperándome con los brazos cruzados y una expresión decidida en su rostro.

     —¿Lista? —me pregunta, pero parece más que se lo pregunta a sí misma.

     —Sí, ¿tú?

     —Lo intentaré. —Suspira, soltando algo de la tensión—. Solo quiero que todo vuelva a la normalidad.

Asiento, pero no estoy segura de que "normalidad" sea lo que nos espera.

El pasillo del colegio está ya lleno de estudiantes cuando entramos. Las conversaciones y risas se mezclan, pero para mí todo suena lejano, como si estuviera viendo una película en cámara lenta. Nos dirigimos hacia los casilleros cuando veo a Jace acercándose desde el fondo del pasillo, con Nora caminando a su lado, como siempre.

El pulso de Grace se acelera a mi lado. Lo sé porque su respiración cambia, volviéndose más rápida y menos controlada. Me detengo con ella, esperando que Jace se acerque. Él parece notarnos de inmediato, su mirada fija en Grace. No en mí, ni en Nora. Solo en su hermana. Y por primera vez en días, la expresión en su rostro no es de enojo, sino de resignación.

     —Grace —saluda con un tono neutral. Nora está junto a él, pero esta vez se mantiene en silencio, observando.

Grace toma aire, claramente nerviosa, pero da un paso adelante.

     —Jace, tenemos que hablar.

Jace la observa por un segundo antes de asentir lentamente.

     —Sí, supongo que sí.

Me alejo unos pasos para darles espacio, quedándome al margen mientras intento parecer concentrada en cualquier otra cosa. De fondo, veo a Hugo entrar al pasillo, pero su mirada me busca de inmediato, y cuando la encuentra, me saluda con una sonrisa. Le devuelvo una pequeña sonrisa, pero no puedo evitar seguir observando a Jace y Grace.

Gracias al baloncestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora