Capítulo XXVII-Ricardo

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Todavía no me acostumbraba a contemplar espectáculos sacados directamente de mi imaginación. Siempre existían diferencias, a veces muy sutiles, entre los sueños y la realidad; entre lo que tú supones y lo que es. Sin embargo, era un verdadero enrollo ver a mis personajes actuando sin diferenciarse en nada de las imágenes que construyó mi cerebro. Edar era un gran ejemplo de ese fenómeno: cuando escribía sus escenas de acción, visualizaba sus ágiles movimientos. Pero, tal como había aprendido muy a las malas, escribirlo no era lo mismo que vivirlo. O siquiera presenciarlo.

Re Alin no tuvo oportunidad contra Edar. El hechicero de sangre lo pateó en el equivalente porlian de su pecho. Re Alin fue a parar encima del tablero de control. Esperaba que salieran chispas, pero esos aparatos debían ser más resistentes de lo que yo pensaba.

Edar formó un puño en torno a la tela de la túnica del porlian y lo levantó sin esfuerzo. No me esperaba que fuesen tan livianos.

⸺¿Qué te pasa, muchacho?

⸺¿Dónde está? ⸺dijo Edar sin permitir que su voz se alterara.

Re Alin agitó los tentáculos de sus manos.

⸺No entiendo de qué me hablas.

Edar lo zarandeó.

⸺¿Que no? Vamos, dame el destructor de mundos.

⸺¿Por qué lo quieres? Es muy peligroso, muchacho. No recomiendo su posesión para alguien como tú. No te ves como un humano que haya alcanzado la madurez.

Edar dio un grito de frustración y estrelló a Re Alin contra la pared. El porlian no dio indicios de que aquello le afectara en lo más mínimo.

⸺¿Eres estúpido? ⸺gruñó Edar.

⸺Puede ser. La inteligencia tiene muchas formas más valiosas que la posesión de conocimiento y sospecho, no sin cierta decepción, que nunca he terminado de conocerlas.

⸺¡¿Es en serio?!

⸺Tan en serio, muchacho, como cuando digo que cada ser sapiente en este universo y en el resto es de un valor increíble.

Vleick soltó una carcajada.

Doménica y yo lo miramos con el ceño fruncido. Esperaba que se avergonzara un poco, pero sólo estaba conteniendo la risa. Tenía las mejillas un poco infladas y le temblaba la mandíbula. Me pregunté si es que no podía haber creado un personaje más obvio con sus reacciones que él.

⸺¿Es que no lo ven? ⸺dijo y volvió a reír, aunque ahora no con el mismo escándalo⸺. Pasamos por todo lo que pasamos para que se rieran de nosotros en nuestras caras. Ese tiene que ser el giro argumental que tanto estabas esperando.

Si eso era así, se trataba del más aburrido y absurdo con el que me había topado en mi vida. Sí, deseaba que el final de esta historia no tuviese ningún tipo de gracia por lo simplón que sería, pero no pensaba en que Marilyn iba a burlarse de nosotros. Era la broma más estúpida y elaborada que alguien me había hecho y no estaba seguro de si debería lanzar el quejido más largo de mi vida o brindarle a Marilyn un pequeño obsequio.

⸺¿Puedo saber de qué están hablando? ⸺dijo Re Alin⸺. Bueno, si les molesta, está bien. Comprenderán que los porlian somos bastante... ¿cómo se les dice en su planeta?

⸺Ah... ¿chismosos? ⸺dije. ¿Por qué mierda la respondía?

⸺Sí, eso. Qué palabra tan graciosa.

Metaficción II: Destructor de mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora