Capítulo XXVIII-Vleick

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⸺Doménica, ¿estás bien?

Ricardo se esforzaba inútilmente por liberarse de ella. Re Alin estaba muerto. Edar se aferraba a una vida que se le escapaba. En mi mente, la sangre volvía a manchar la camiseta de Joseph. No podía suceder otra vez. No iba a suceder otra vez. Tenía que impedirlo, era el único con la capacidad de hacerlo... o con algo cercano a ella.

Edar dio un par de pasos lentos antes de tropezarse. Seguía en pie. Joseph había sido incapaz de mantener el equilibrio por tanto tiempo. La respiración de Edar se volvía más y más agitada.

⸺Estás... Acabas de... ⸺balbuceé.

⸺No me equivoqué al suponer que no moriría tan fácil; tu amigo es bastante resistente.

⸺¿Qué quieres decir?

⸺Yo robé el destructor de mundos. Yo secuestré a Re Alin y le instalé un chip de control que luego transfirió a otras criaturas. Yo convencí a Al Sabar y a Erick de que no los mataran porque me servían.

Se repetía la historia con Sabrina. La diferencia era que ella no llevaba ninguna pistola cuando reveló su traición, lo que me facilitó mucho el trabajo. Doménica podría acabar con todos con sólo apretar el gatillo. Traté de ignorar el hormigueo en los pies que me instaba a usar mis tentáculos contra ella. Coloqué los pies a la altura de los hombros y levanté los puños. No sabía de qué me serviría, pero era mucho mejor que no hacer nada.

⸺Y seguimos siéndote útiles ⸺dijo Ricardo⸺. Por eso aún no nos matas y por eso te preocupaste de que Edar continuara con vida.

Todavía me costaba creer que el chico no se derrumbara.

⸺Bien, Ricardo. Tienes un gran cerebro para esta clase de cosas.

⸺¿Qué quieres?

⸺Lo mismo que Erick. Respuestas. Pero, sobre todo, busco su ayuda. Si hacen lo que les digo, me aseguraré de que estén a salvo.

⸺Dilo, Doménica. Suelta tu discurso de villana final que se revela en el último momento.

Ella rio.

⸺Eso siempre sucede antes de que los protagonistas venzan al villano, ¿verdad? ¿Qué vas a hacer? ¿Buscar tiempo para desarrollar un plan?

⸺Podría ser. Lo que sí te puedo asegurar es que Edar se está muriendo y tengo que hallar una solución.

Doménica rio de nuevo.

⸺No te preocupes por eso; mantengo mis propias reservas de antídoto universal. Eso sí, tengo que advertirte que, si al final descubro que no me sirves, me desharé de ti. Me gusta pensar que no voy a acabar con una vida tan valiosa como la tuya. Las de tus amigos me traen sin cuidado, pero tú... tú eres especial.

⸺¿Se puede saber por qué?

⸺Tienes los poderes de un dios. Me atrevería a decir que lo eres: quitas y das vida como se te antoja. Y sólo un dios merece un juicio tan cruel, pues tiene que ser equiparable a la gravedad de sus acciones. En algunos lugares lo llaman... pecado.

⸺¡Ya! ⸺grité. Me costaba mantener la compostura y en cualquier momento me echaría a llorar⸺. Explícanos lo que tienes que explicarnos. Si Edar muere...

Me negaba a pensar en eso. Se suponía que estaría más familiarizado con la muerte de mis seres queridos a esas alturas, pero la idea me llenaba de la misma angustia. Bastaba un pensamiento no del todo claro para mandar mi poca estabilidad a la mierda.

Metaficción II: Destructor de mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora