Me estaba acostumbrando a estar solo. Papá se había ido a buscar a Max, quien aún no había regresado, y Daniel había prometido regresar en unos minutos, pero el tiempo seguía pasando y no aparecía. Me encontré en el comedor del circuito, sintiéndome como un extraño. Observaba a los mecánicos y varias personas de la prensa comer en sus respectivas mesas, todos en compañía de alguien. Menos yo. Suspiré, mirando el plato de comida que ahora ya no me parecía apetecible y estaba a punto de levantarme cuando dos figuras se sentaron de repente frente a mí. Levante la vista, confusa.
—¡Oh!, ¡Calos, es tan tierno como dijo Daniel! —comentó el chico de ojos verdes, con una sonrisa que, a mi parecer, era bastante agradable.
—¿Perdón? —pregunté, aún sin entender qué hacían los pilotos de Ferrari sentados frente a mí.
—Lo sentimos por llegar así de repente. Daniel nos pidió que estuviéramos contigo un rato hasta que volviera —explicó Carlos, resolviendo al menos una de mis dudas—. ¿Cómo estás, chico?
—Supongo que bien... Esto es... raro. —Respondí con cierta vergüenza, sin saber realmente cómo llevar la conversación—. Felicidades por la carrera.
—¡Gracias! Calos me protegió toda la carrera, aunque ese niño... —Charles se detuvo un instante, lanzando una mirada a Carlos, quien le hizo un gesto para que no continuara.
Los observé en silencio un momento antes de morderme el labio inferior, dudando si debía hacer la pregunta que estaba en mi mente. Finalmente, me armé de valor.
—Max estaba muy enojado con Lando... —Me rasqué la nuca, sin estar seguro de cómo continuar—. ¿Siempre ha sido así? O sea, ¿reacciona de esa forma cada vez que pierde?
Ambos pilotos intercambiaron una mirada incómoda, como si la pregunta fuera complicada de responder. Volví la vista a mi plato y empecé a comer, tratando de disimular.
—Este año, Max está bajo mucha presión. Su padre espera que gane otro campeonato, y tenía la idea de que podía hacer una temporada perfecta, sin errores... pero bueno, ocurrió esto —explicó Charles con un tono serio que me provocó un leve escalofrío—. Calos era compañero de Max, y se llevaban bien, pero Jos pidió que lo sacaran del equipo, alegando que no rendía. ¡Y mira! Carlos desde que llegó a Ferrari ha demostrado ser el piloto que realmente es.
Carlos continuó, su voz en un susurro para que nadie más pudiera escucharlo.
—Max es un excelente piloto, pero la presión que se pone a sí mismo lo lleva a cometer errores, dentro y fuera de la pista —dijo, mirando a Charles con un gesto de complicidad—. Normalmente, se aguanta hasta llegar al box para descargar su frustración, pero este año, la presión es mucho mayor. Su padre... él nunca ha sido comprensivo. A veces, el castigo era físico, o en su forma de entrenarlo.
Carlos hizo una pausa, observando a su alrededor para asegurarse de que nadie más estuviera escuchando. Luego se inclinó un poco más hacia mí, con una mirada seria.
—Recuerdo una vez, en Fórmula 3... Jos lo obligó a meter las manos en agua caliente después de una carrera. Había estado lloviendo, y Max se quejaba de frío. Fue una carrera desastrosa, y su padre le gritó que, de ese modo, nunca más sentiría frío en las manos. —Carlos suspiro, la expresión en su rostro reflejando el disgusto de revivir ese recuerdo.
Escuchar aquello me dejó helado, el estómago se me revolvió. Miré a Carlos con una mezcla de miedo y preocupación que no pude disimular. No podía dejar de pensar en lo que le habrían hecho esta vez a Max por haber quedado en segundo lugar.
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la verdad no busco dejar mal visto al padre de Max pero es que él...
en fin ahora me estoy concentrando mucho en Max pero todo tiene un sentido y desarrollo
Kamui esta por aparecer.
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¡Yuki!
FanfictionEsta historia está narrada principalmente desde el punto de vista de Yuki, mostrando el impacto que puede provocar la separación de sus padres y la inesperada aparición de dos personas en su vida que, con el paso de los días, la transformarán por co...