A la mañana siguiente, los rayos de sol iluminaban suavemente el salón cuando Alma bajó las escaleras. Sin embargo, al pisar el primer peldaño, una sensación extraña la recorrió, algo indefinido que la hizo detenerse un momento. No podía explicarlo, pero sentía que algo en la casa estaba fuera de lugar, como si un peso invisible hubiera caído sobre ella. Miró a su alrededor, tratando de encontrar una pista, pero todo parecía tal y como lo había dejado la noche anterior: el mismo desorden de libros sobre la mesa, la misma luz filtrándose por las cortinas, la misma calma aparente.Sin embargo, el aire en la casa parecía estar cargado, denso, como si algo invisible flotara a su alrededor. El ambiente vibraba de manera extraña, como si las paredes respiraran con un ritmo irregular, como si la casa misma estuviera alerta. Alma se estremeció ligeramente, sacudiendo la cabeza para apartar el pensamiento. Tal vez solo estaba sugestionada por la incomodidad de la noche anterior.
Decidió ignorar esa sensación y siguió con sus tareas, intentando centrarse en lo que debía hacer. La cocina, ahora bañada en la luz suave de la mañana, parecía tranquilizadora, pero al pasar junto a la ventana, Alma percibió algo fugaz por el rabillo del ojo. Una sombra, una silueta que cruzó rápidamente por el borde de la ventana. Se dio la vuelta con rapidez, pero no vio nada. Solo el jardín vacío. Su pulso se aceleró un poco, pero decidió no darle más vueltas. Tal vez era su imaginación, pero la inquietud persistía, como si algo no estuviera bien.
Justo cuando estaba intentando relajarse, su teléfono vibró en la mesa. Alma lo tomó rápidamente, agradecida por la distracción. Era Iris, su mejor amiga, con quien había planeado quedar esa tarde.
—¡Alma!— dijo Iris con entusiasmo—. ¿Nos vemos esta tarde? Antonio también vendrá.
—¡Claro!— respondió Alma, sonriendo. Necesitaba un respiro, algo para alejarse de sus pensamientos oscuros.Entonces, Iris agregó en un tono extraño:
—Aunque, he intentado localizar a Antonio para confirmar, pero no me responde el móvil. Es raro en él...
Alma sintió una incomodidad renovada. Antonio siempre era puntual, siempre respondía con rapidez. Ese pequeño detalle la dejó pensativa, un nudo en su estómago que comenzó a abrirse. Tal vez solo era una coincidencia, pero no pudo evitar recordar los ruidos de la noche anterior. El murmullo, el crujido, la sensación de algo más en la casa. ¿Había algo más que se le estaba escapando?Con una mano temblorosa, Alma desbloqueó su teléfono para revisar los mensajes. El primero era de Iris, con la misma pregunta, pero cuando se deslizó hacia abajo, vio algo extraño. Un mensaje no identificado apareció en su pantalla, un número desconocido. La imagen de un reloj marcando las 3:17 AM, a pesar de que era de día. En el mensaje, solo había una palabra: "listo". Alma frunció el ceño, sintiendo cómo el vello de su cuello se erizaba. No lo había visto antes. Se deslizó hacia arriba para comprobar que era un número desconocido, pero el mensaje había desaparecido por completo. ¿Había sido real? ¿O lo había imaginado? Su mente comenzaba a distorsionarse, y por un momento, no estuvo segura de cuánto tiempo había pasado desde que despertó esa mañana.
Decidió centrarse en el reloj de la pared, pero algo la desconcertó aún más: marcaba las 11:53 AM, aunque Alma estaba segura de que no había pasado tanto tiempo desde que había bajado las escaleras. La sensación de desorientación se apoderó de ella, como si el tiempo hubiera comenzado a doblarse, a difumarse. El eco de un sonido lejano volvió a resonar en sus oídos, como un susurro atrapado entre las paredes. Un segundo más tarde, el teléfono de Alma vibró de nuevo, y esta vez, al mirar la pantalla, una nueva sensación de inquietud la envolvió.
El mensaje era más críptico que el anterior, proveniente de otro número desconocido. "Estás cerca. No es lo que piensas".
El aire de la habitación se volvió más pesado, y Alma sintió un frío repentino que le recorrió la columna vertebral, como si alguien hubiera abierto una ventana en pleno invierno. Pero las ventanas seguían cerradas. No había corriente de aire. Un escalofrío se extendió por su cuerpo, y con el pulso acelerado, se levantó del sofá, incapaz de quedarse quieta. Necesitaba salir de allí, pero un miedo inexplicable la paralizaba, el mismo miedo que había sentido la noche anterior.Decidió que no podía quedarse más tiempo en esa casa. Saldría a encontrar a Iris y Antonio, tal vez alejarse de todo aquello, pero algo la mantenía atada, como una fuerza invisible que no quería que se fuera.
Con los mensajes y la sensación extraña aún rondando en su cabeza, Alma salió al pasillo, el reloj de la pared aún marcando una hora que no parecía correcta. El crujido de la madera bajo sus pies resonó en el silencio, y en un momento, un suspiro recorrió la casa, como si la casa misma estuviera esperando algo... o a alguien. Alma, con el corazón acelerado, no pudo evitar sentir que las sombras seguían acechando en cada rincón.
Después de su conversación con Iris, Alma intentó tranquilizarse. No había razón para alarmarse. Seguro que Antonio estaba ocupado, o tal vez se había olvidado de cargar su teléfono. No obstante, la extraña sensación que la había invadido aquella noche seguía persiguiéndola, como una sombra invisible que no la dejaba en paz.

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SIEMPRE VIGILADA
Mystery / ThrillerAlma, una joven atrapada en una red de secretos y sombras. Tras la misteriosa desaparición de su amigo Antonio, la vida de Alma se convierte en una serie de eventos desconcertantes y aterradores. Mientras explora el misterio que rodea a Antonio y lo...