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-kira, tu y tus hermanos son lo más preciado para Jim. -me dijo en voz baja, Pero firme. Las palabras me golpearon, recordándome lo mucho que significaba el para nosotros

-¿Cómo está ahora? -pregunte temiendo la respuesta.

-destrozado. Perdió a su esposo, y su hija lo rechazó de la peor manera. ¿Tu que crees?. -confeso mirándome con trizteza

Asenti con decisión, decidí ir a verlo Pero antes necesitaba hacer algo

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Jim

Las horas pasaban lentamente, y el peso del dolor apenas me dejaba respirar, spok había Sido secuestrado, y debía informar a la federación y esperar la autorización para la misión de rescate. Pero, lo negara o no, no me quedaría de brazos cruzados.

Estaba en mi habitación, con los restos de lo que una vez fueron recuerdos felices esparcidos en el suelo. Cuando alguien toco la puerta

-¡No quiero hablar con nadie ahora! -grite, ahogado en desesperación

-¿Ni conmigo papá?

La voz de Kira me congelo

Me acerque a abrir la puerta con incredulidad

-¿Kira?

Dije sorprendido, al ver que su cabello rubio, cuando hace unas horas lo llevaba negro

-creo que me gusta más rubio, papá, el doctor me explico todo... Lo lamento. -su voz temblaba de arrepentimiento

Yo negué con trizteza -descuida yo no debí golpearte.

Kira suspiro -¿Vas a buscar a padre?

-claro. Pero debo esperar órdenes de la federación -me obligue a mantenerme firme, a resistir las ansias de salir corriendo a rescatarlo

-bueno, mañana es mi graduación, y me asignaran a una nave. Me gustaría que estés ahí. -su mirada se lleno de una mezcla de esperanza y miedo.

Le sonreí, intentando ocultar mi dolor -claro que iré, hija.

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Spok

Lo ultimo que ví fue a Jim corriendo hacia mí entes de que pareciera en otra nave. Todo era extraño, amenazante.

-¿Que quieren de mi? -pregunte, mirando con desafío al hombre frente a mi.

—crei que los vulcanos no mentian.

—yo no miento. -mi tono fue frío controlado, como siempre.

—es su esposo señor spok. James Kirk. El vendrá por usted, es seguro.

—¿Que quiere de el? -insisti, sin perder la calma.

—es confidencial, llevenselo. -me arrastraron a una celda donde otra mujer ya estaba encerrada.

La mujer me miró con una sonrisa sarcástica —dejame adivinar, ¿Te quieren matar?

—quieren matar a mi esposo -le respondi, intrigado —¿Quien es usted?

—lidia, me encerraron por amotinarme. ¿Quien es su esposo? -pregunto, curiosa.

—James Kirk. -sentir su nombre en mis labios era un pequeño consuelo, aunque doloroso.

Lidia rio con amargura —oh, no dejarán que viva. Ni a ti tampoco. Los acusan de traición, a la familia real. No creo que salgan de aquí con vida.

Familia real... No comprendía de que hablaba ¿Había algo que desconocía de Jim?

A TU LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora