Jim
Cruzaba el puente, con los pensamientos girando en mi mente. No sabía qué hacer con Spock, ni cómo abordar todo lo que habíamos pasado. Cuando finalmente llegué a mi habitación y abrí la puerta, me encontré con un ramo impresionante de rosas rojas. En la nota, había solo un nombre: Spock.
Un par de lágrimas rodaron por mis mejillas. Jamás había recibido un gesto así de él, y aunque me gustó, el recuerdo de las palabras duras que le había dicho me hacía tambalear. Con cuidado, saqué las flores del recipiente original. Mi madre me enseñó algo de cuidado de flores, así que las pasé a otro florero, añadiéndoles un poco de limón. Dicen que así duran más tiempo y parecen más vivas.
¿Y si realmente quería arreglar las cosas?
En ese momento, alguien tocó la puerta.
—Adelante —grité.
Kira entró sonriendo.
—Papá, hoy es noche de ajedrez —dijo, observando las flores—. ¿Y eso?
—Parece que me las envió tu padre —le respondí, intentando contener la emoción en mi voz.
—Pero estamos en medio del espacio… no hay rosas aquí —dijo, sorprendida pero sonriendo, sabiendo quién pudo haberlo ayudado.
—Tengo una idea de cómo las consiguió —respondí, intentando esconder una pequeña sonrisa—. Ven, vamos a jugar.
Spock solía darme sorpresas así. Había dejado una vez una nota en la mesita, con una sola línea: "En el bar a las 2100 horas."
Sentía mi corazón latir por él de nuevo, tan fuerte que me era imposible seguir enojado. No me gustaba usar mi uniforme para esos momentos, pero era lo único que tenía. Todo parecía perfecto. Cuando llegué al bar, vi que había preparado una cena a la luz de las velas. Era algo tan inesperado que no pude evitar sonreír.
—Mi capitán, ¿me concede este baile? —dijo, esbozando una leve sonrisa.
—Claro, Spock —le respondí, sonriendo también.
La música comenzó, y reconocí la canción de inmediato: el vals de nuestra boda. Sus ojos no se apartaron de los míos, y en ese instante supe que había algo que aún podía salvarse entre nosotros. Sin pensarlo, me acerqué y lo besé. Fue un beso necesitado, ardiente y apasionado, al que él respondió con la misma intensidad. Sin darme cuenta, mi espalda chocó contra la pared mientras continuábamos besándonos, salvajemente.
—Spock... —susurré entre besos, y lo llevé hasta su habitación.
Me quitó la ropa, y yo hice lo mismo con la suya. Fue como volver a conectar, como hacía mucho tiempo no lo hacíamos, redescubriéndonos en cada caricia. Esa noche volvimos a ser uno, después de casi quince años.
Al amanecer, desperté antes que él. Me abrazaba con fuerza, como si temiera dejarme ir. Con cuidado, solté su abrazo, intentando ordenar mis pensamientos. Me vestí y salí en busca de consejo.
Spock
Sentí cuando Jim se fue de mi lado, y el vacío me invadió. Me vestí rápidamente y lo seguí, con el cabello aún desarreglado. Lo encontré hablando con el doctor.
—Así que le pedirás el divorcio —dijo Bones, con una voz que sentí como un golpe.
Las palabras retumbaron en mi cabeza. Me había esforzado tanto, tanto por volver a ganarme su amor. Y creí que, después de anoche, lo había logrado. Una lágrima solitaria rodó por mi mejilla, y luego otra. Me vieron.
—Creo que los dejaré solos —dijo Bones, saliendo del consultorio.
Entré, sintiéndome destrozado. No podía creer que todo hubiera sido en vano. Me arrodillé frente a él, mi mirada en el suelo, incapaz de mirarlo a los ojos.
—Lo siento... lo lamento tanto, Jim. He hecho todo lo posible para que esto funcione, porque te amo. No puedo vivir sin ti a mi lado. Por favor, haré lo que quieras, pero no te alejes de mí... —mis palabras salieron entre lágrimas, desgarrándome.
Jim
Mi corazón se rompía al verlo así, derrotado y vulnerable. Huesos había cometido un error terrible al decir eso. Me arrodillé a su lado y lo abracé.
—Spock, no es verdad. Nunca te pediría el divorcio. Sí, cometiste errores, pero eso ya está en el pasado. No podemos cambiar lo que ocurrió, pero podemos seguir adelante. Te amo, y yo tampoco viviría sin ti —le dije, mientras sus lágrimas caían sobre mi hombro.
—Perdón... —susurró una y otra vez.
—Está bien. Todo estará bien, Spock. Jamás me divorciaría de ti. Jamás. —Limpie sus lágrimas y le di un beso suave en los labios.
Él me abrazó con fuerza, apoyando su cabeza en mi cuello.
—Te amo, Jim —susurró suavemente.
—Y yo a ti, Spock —le respondí, sintiendo que este vínculo era lo único que necesitaba para ser feliz.
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Un mes después
Llegamos a Nuevo Vulcano, y Spock me permitió ver a nuestros hijos. Me emocionaba saber que, a pesar de todo, seguíamos siendo una familia.
—Hijos, él es su padre, James Kirk. Él los trajo al mundo —dijo Spock con solemnidad.
—No es lógico; la biología humana no permite que un espécimen masculino pueda procrear —dijo el mayor, con su lógica característica.
—Papá es experto en hacer cosas imposibles —respondió Kira con una sonrisa, y eso me hizo sonreír también.
Kellany se acercó y me abrazó.
—Me alegra que regreses —me susurró al oído.
Mi hijo me miraba sin convencerse del todo, pero aceptaba mi presencia.
De regreso a la Tierra
Habíamos vuelto a la Tierra para asuntos importantes, y Kira fue nombrada capitana y asignada a su propia nave. En ese momento, sentí un mareo. Spock lo notó enseguida.
—Jim, ¿estás bien? —preguntó, con su usual tono de preocupación.
—Sí, no te preocupes. Solo es un mareo —respondí, intentando restarle importancia.
—Dado que experimentaste ese síntoma antes, debo suponer que... —comenzó a decir, pero lo interrumpí.
—No, no lo digas. Hoy es el día de Kira y no quiero arruinarlo con esto. Después nos hacemos una prueba, ¿de acuerdo? —dije, intentando no alarmarlo.
—Comprendo, capitán —respondió, asintiendo y regresando su mirada al frente.
Al día siguiente, en casa, fui a la farmacia y compré una prueba de embarazo. Me hice la prueba, mis manos temblaban de los nervios.
—No sé... no sé qué hacer si sale positivo —dije, sintiéndome abrumado.
Spock se acercó y me rodeó con sus brazos, apretándome suavemente.
—No importará el resultado, Jim. Si es negativo, lo intentaremos de nuevo. Pero tu aroma ha cambiado, y estoy un 70% seguro de que seremos padres otra vez —me susurró al oído.
Después de unos minutos, miré la prueba.
—Positivo.

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A TU LADO
FanfictionDesde que se conocieron ambos estaban enamorados, tenían una conexión, Pero ambos se negaban a verlo, hasta que llegó aquel dia que los romulanos iban a atar vulcano dónde sus sentimientos salieron a flor de piel, Jim hizo lo que ningun humano logro...