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Spock estaba dominado por la ira, a punto de matar a Khan, cuando Uhura apareció con un grito desesperado:

-¡No, Spock! Es la única opción para salvar a Kirk.

Me quedé sorprendido y atónito, pero haría lo que fuera por Jim. Con un último golpe, dejé a Khan inconsciente y lo llevé a la nave.

Le sacaron cuatro litros de sangre mientras yo observaba a Jim en su criotubo. Khan estaba inconsciente detrás de mí, y McCoy se preparaba para inyectar su sangre. Pero el daño en las células de Jim debido a la radiación era demasiado. No quería separarme de él; no podía.

Después de dos semanas, Jim despertó. Noté que sus ojos eran más celestes que antes, hermosos y llenos de vida.

-Buenos días, bella durmiente -dijo McCoy.

-¿Qué pasó?

preguntó suavemente.

-Nada extraordinario. Estuviste muerto un tiempo, y la transfusión fue lo más complicado -respondió McCoy.

Jim me miró confundido.

-Te pusimos la sangre de Khan. Gracias a eso, estás vivo. Agradecele a tu novio por no haberte matado -añadió McCoy antes de dejarnos solos. -Me complace verte en buen estado de salud.

-Gracias por salvarme.

-Te amo, Jim, y no soportaría perderte- confesó Spock, su voz temblando.

-Sabía que me salvarías. Te amo, Spock
-le dijo Jim con su suave voz.

La nave estuvo en reparación durante medio año, y nos asignaron una misión de cinco años para explorar el espacio profundo. Durante esos años, Spock no se separaba de mí; era como un chicle pegado a mi lado. Cuando le pedí un poco de espacio, creo que lo malinterpretó y terminó alejándose. La tensión entre nosotros era evidente, en una relación que ya no existía.

-¿Bien, cuándo comenzaron estos síntomas?.

preguntó McCoy.

-Tres semanas antes de terminar con Spock.

-Bueno, pon tu brazo. Te sacaré un poco de sangre -pidió huesos.

-Huesos, sabes que odio las agujas. protesté, pero él no me escuchó.

-¿Y no le devolverás el collar? -preguntó

-Lo intenté, pero no quiso que se lo devolviera -respondí, refiriéndome al collar de la madre de Spock. -Bien, debo ir a la misión -dije, sintiéndome inquieto.

-No te lo recomiendo, pero sé que te vale -dijo McCoy, mientras sonreía. Fui a una negociación con los Tinaxi, que no salió tan bien; regresé a la nave lleno de rasguños.

-Señor Spock, por favor, ponga esto en el inventario -le pedí a mi primer oficial mientras McCoy me revisaba.

Bitácora del capitán: ya no sé ni la fecha estelar. El extenso periodo en el espacio y la convivencia prolongada crean relaciones, algunas para bien y otras para mal. Es difícil tener los pies en la tierra cuando la gravedad es artificial. En lo personal, me duele saber que ya no hay nada con Spock, y ahora esta nueva enfermedad que McCoy no puede identificar. Temo que sea mortal. Kirk fuera.

Estaba en el bar de la nave cuando McCoy apareció.

-Esto podría empeorar tu condición. -dijo, quitándome la bebida.

-Solo quería olvidar todo.

-Ya sé, es tu cumpleaños y no te gusta porque es el día en que tu papá se fue con los gusanos. -afirmó trando a su manera de hacer sentir mejor a jim

A TU LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora