Madison Blake, hija del Sheriff Blake, se muda a Woodsboro desde California para estar más cerca de su padre. Dejó su vida cómoda y normal en California, buscando comenzar de nuevo en esta pequeña ciudad marcada por la tragedia. Hace casi un año, Gh...
Era el primer día de clases en la universidad, y todas estábamos emocionadas y nerviosas. Mi teléfono vibró con un mensaje de Cici en nuestro grupo de chat.
Cici (grupo de chat): ¡Buenos días, chicas! ¿Desayuno juntas antes de ir a clases? Tengo una sorpresa para ustedes 😉💜
Betty, Verónica, Sidney y yo respondimos rápidamente, con caritas de emoción, confirmando que estaríamos allí.
Nos reunimos en la residencia de Cici, donde ella ya estaba esperándonos con una gran sonrisa y varias bolsas a su lado. La residencia estaba llena de energía, y la emoción en el aire era palpable.
"¡Hola, chicas! ¿Listas para nuestro primer día?" —dijo Cici, saludándonos con entusiasmo.
"¿Cuál es la sorpresa?" —preguntó Betty, mirándola con curiosidad.
Cici sonrió de oreja a oreja. "Bueno, pensé que para nuestro primer día de clases deberíamos lucir como un equipo. Así que les preparé unos outfits especiales." Abrió las bolsas y sacó cinco conjuntos, todos de color morado.
"¡Oh, Dios mío, Cici! ¡Todo es morado!" —dijo Sidney, riendo.
"Exactamente. ¡Vamos a ser el equipo más lindo del campus!" —dijo Cici, orgullosa de su elección.
"Esto es genial, Cici. ¡Gracias!" —dije, tomando uno de los conjuntos.
Todas nos pusimos nuestros nuevos atuendos morados y nos miramos en el espejo. Parecíamos un verdadero equipo. Cici nos guió con orgullo hacia la mesa del desayuno, que ya había preparado con esmero.
"Vaya, realmente parecemos un equipo de chicas poderosas" —dijo Verónica, ajustando su camiseta.
"Sí, ¡morado por todas partes!" —añadió Betty, riendo.
"Ahora, ¡a desayunar! Necesitamos energía para nuestro primer día" —dijo Cici, señalando las bandejas de desayuno que había preparado.
Desayunamos juntas, hablando sobre nuestras expectativas y los cursos que íbamos a tomar. La energía de Cici era contagiosa, y pronto todas estábamos riendo y charlando animadamente.
"Gracias, Cici, por hacer que este primer día sea tan especial" —dijo Sidney, sonriendo con gratitud.
"¡De nada! Siempre es mejor comenzar con estilo" —dijo Cici, guiñando un ojo.
Terminamos nuestro desayuno y nos dirigimos a nuestras clases, sintiéndonos más unidas que nunca. Con nuestros atuendos morados y la energía positiva de Cici, sabíamos que este sería un primer día inolvidable.
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