2: discomfort

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La vida universitaria continuaba para Madison y su grupo de amigos. Sin embargo, a medida que pasaban los días, Madison comenzaba a notar algo que la inquietaba. Mickey, el apasionado estudiante de cine, parecía estar siempre cerca de ella. Aunque al principio lo consideró una coincidencia, pronto se dio cuenta de que su proximidad constante comenzaba a hacerla sentir incómoda.

Madison estaba sentada en el aula, tomando apuntes de la clase de literatura. Mickey se sentó a su lado, con una sonrisa que ella trató de devolver con cordialidad.

Mickey: ¿Te gustaría estudiar juntos después de clase? Podríamos repasar los apuntes.

Madison: Gracias, Mickey, pero hoy ya tengo planes con Verónica y Betty.

Mickey: Entiendo. Otro día, entonces.

Madison asintió, tratando de mantener la calma. Sabía que Mickey solo intentaba ser amigable, pero no podía evitar sentir que sus intenciones eran más profundas.

Madison, Verónica, Betty, Sidney y Cici estaban almorzando en la cafetería del campus, disfrutando de una charla amena. Mickey y David se unieron a ellas, trayendo consigo una energía diferente.

David: Entonces, ¿qué planes tienen para el fin de semana?

Sidney: Probablemente nos relajemos un poco. Ha sido una semana intensa.

Mickey: ¿Te gustaría ver una película, Madison? Tengo algunas recomendaciones de terror.

Madison: Quizás en otra ocasión, Mickey. Este fin de semana quiero descansar.

Cici: Oye, Madison, ¿has visto los ojos de Mickey? ¡Parecen dos estrellas brillantes!

Madison sonrió, pero en el fondo se sintió más incómoda. Verónica y Betty notaron la tensión en su rostro. Sabían que algo la estaba molestando, pero decidieron no presionar en ese momento.

Más tarde, Madison se dirigió a la biblioteca para estudiar en un entorno tranquilo. Mientras caminaba entre los estantes, sintió una presencia detrás de ella. Se giró y vio a Mickey, nuevamente.

Mickey: ¡Hey! No esperaba encontrarte aquí. ¿Estás bien?

Madison: Sí, solo quería un poco de tranquilidad para estudiar.

Mickey: Lo entiendo. Si necesitas compañía, estaré en la sala de estudio.

Madison forzó una sonrisa y asintió. Mientras se alejaba, no pudo evitar sentir una creciente incomodidad. Sabía que necesitaba hablar con alguien sobre esto.

Esa noche, después de regresar a casa, Madison decidió hablar con Verónica, Betty y Cici sobre lo que estaba sintiendo.

Madison: Chicas, necesito contarles algo. Mickey... me está haciendo sentir incómoda. Siempre está cerca de mí, y no sé cómo manejarlo.

Verónica: Madi, tienes que poner límites claros. Si te hace sentir incómoda, debes decirlo.

Betty: Sí, no tienes que soportar algo que no te hace sentir bien. Estamos aquí para apoyarte.

Cici: Totalmente de acuerdo. Si algo no se siente bien, hay que hablarlo. ¡Nosotras te respaldamos, Madi!

Madison se sintió aliviada al compartir sus preocupaciones con sus amigas. Sabía que necesitaba ser honesta con Mickey y establecer límites claros para su propio bienestar.

Las semanas pasaban, y aunque Madison intentaba concentrarse en sus estudios y en sus nuevas amistades, la sensación de incomodidad con Mickey no desaparecía. Sin embargo, trató de no darle demasiada importancia, pensando que quizás solo era su imaginación jugando con ella.

Madison estaba en su habitación, inmersa en sus apuntes de la clase de historia del arte. La puerta estaba ligeramente entreabierta y, de repente, escuchó un golpe suave.

Verónica: Madi, ¿todo bien?

Madison: Sí, solo estudiando. ¿Qué pasa?

Verónica: Cici y Betty están en la cocina preparando algo de comer. ¿Te unes?

Madison: Claro, necesito un descanso.

Madison se levantó y siguió a Verónica hacia la cocina, donde Cici y Betty estaban riendo y haciendo bromas mientras preparaban unos bocadillos.

Cici: ¡Hey, Madi! Justo a tiempo. Estamos haciendo nuestras famosas galletas de chocolate. ¡Necesitamos tu ayuda para probarlas!

Madison se rió y se unió a sus amigas, sintiéndose aliviada de estar rodeada de su apoyo constante.

Más tarde...

Madison decidió dar un paseo para despejar su mente. Mientras caminaba, se encontró con Mickey, que parecía esperarla.

Mickey: Madison, quería hablar contigo.

Madison: ¿Sobre qué, Mickey?

Mickey: Siento si te he hecho sentir incómoda. Solo quería ser un buen amigo.

Madison lo miró, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

Madison: Aprecio que lo digas, Mickey. Pero necesito un poco de espacio. Estoy tratando de adaptarme a todo lo que ha pasado.

Mickey: Lo entiendo. Solo quiero que sepas que puedes contar conmigo.

Madison asintió, sintiéndose un poco más tranquila después de hablar con él. Continuó su paseo, reflexionando sobre lo ocurrido.

De vuelta a casa, Madison se encontró con Sidney, quien la esperaba a fuera de casa, parecía preocupada.

Sidney: Madison, tenemos que hablar. Recibí un mensaje extraño.

Madison: ¿Qué tipo de mensaje?

Sidney le mostró su teléfono. Era un mensaje de un número desconocido: "Podrían estar cerca de volver a vivir lo de hace un año"

Madison: Esto no puede estar pasando de nuevo...

Sidney: Lo sé. Tenemos que estar alerta."

Madison sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que el pasado no había terminado de perseguirlas y que el peligro aún acechaba en las sombras.

Scream GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora