Capítulo 165 : Medipod en acción

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2 de diciembre de 2026, Noche

A medida que el Medipod cobraba vida, el ambiente en la sala de control del Instituto Oncológico Benavides era de anticipación concentrada. El doctor Villanueva miró fijamente los monitores que mostraban los signos vitales de Marian. El Medipod había comenzado su tratamiento preciso y dirigido de las células cancerosas de Marian.

Dentro de la cápsula, Marian permaneció inmóvil, sus respiraciones medidas mientras el sistema de enfriamiento dentro del Medipod mantenía una temperatura agradable, contrarrestando el calor generado por el tratamiento de alta intensidad. El suave zumbido de la máquina se mezclaba con el pitido ocasional del monitor de frecuencia cardíaca.

El Dr. Villanueva ajustó la configuración de la consola anterior a él, optimizando el flujo de nanopartículas y monitoreando su progreso a través de la transmisión en vivo. Las nanopartículas, diseñadas a nivel molecular para buscar y destruir solo las células cancerosas, se mostraron como motas brillantes en la pantalla, convergiendo en sus objetivos con una precisión letal.

"Esto es extraordinario", murmuró el Dr. Villanueva para sí mismo mientras observaba que las células cancerosas comenzaban a absorber las nanopartículas. La pantalla mostraba las nanopartículas que se unían a las células cancerosas y liberaban un potente agente citotóxico que iniciaba la apoptosis celular sin dañar los tejidos sanos circundantes.

En otra pantalla, gráficos y tablas trazaron la eficacia del tratamiento en tiempo real, mostrando una reducción significativa en la actividad metabólica de las células cancerosas.

"Estamos viendo una rápida disminución en la actividad celular del tumor", anunció a su equipo, que estaba igualmente absorto en los datos que llegaban.

Los signos vitales de Marian se mantuvieron estables, lo que minimizó el estrés físico del tratamiento en la paciente. El Dr. Villanueva revisaba periódicamente los niveles de marcadores inflamatorios y citocinas en el torrente sanguíneo de Marian, indicadores que indicarían cualquier respuesta adversa que su cuerpo pudiera tener al tratamiento.

Con el paso de los minutos, la fase inicial de la operación del Medipod concluyó con éxito. El Dr. Villanueva se permitió una breve sonrisa antes de volverse hacia su equipo.

"Prepárese para la segunda fase, aumente la dosis gradualmente de acuerdo con el protocolo que desarrollamos".

En algún lugar, un pequeño grupo de observadores, incluidos algunos profesionales médicos, observaban con asombro. Los datos en vivo indicaron un objetivo y una reducción exitosos de la masa tumoral, lo que podría validar el Medipod como un tratamiento revolucionario contra el cáncer.

"No lo puedo creer", dijo el Médico.

"¿Estamos presenciando el desarrollo de la historia?", preguntó otro observador en voz baja, con los ojos fijos en las pantallas que mostraban los prometedores resultados.

"Esto es demasiado", dijo otra persona. "Michael Reyes no era más que un estudiante de ingeniería mecánica, pero fue capaz de inventar algo tan extraordinario como esto".

"Es obra del genio. Me pregunto cómo reaccionarían las compañías farmacéuticas que se centran en el tratamiento del cáncer si vieran el Medipod en acción".

"Una disminución en las ventas, y tal vez tal vez algún tipo de complot que cierre a Michael Reyes y la tecnología".

"Eso es imposible dado que hay demasiados pacientes con cáncer que están en puestos de alto rango y estatus que exigirían acceso a esta tecnología si demuestra ser efectiva. El potencial de este tipo de tratamiento es demasiado significativo para ser ignorado o suprimido", comentó otro observador, reflexionando sobre las implicaciones más amplias del éxito del Medipod.

Construyendo un Imperio Empresarial con mi Sistema Tecnológico - 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora