ARTEMIS
La mirada de Kaira destella de miedo, confusión, y hay algo más... tristeza, decepción, amargura, odio, podría hacer una lista enumerando las sensaciones que me provocan sus ojos azules y creo que nunca acabaría. Sigo atento a las marcas de su cuello, no soy idiota, los dedos son marcados y eso hace que la sangre me hierva.
—Por fin tengo el honor de conocer al nuevo peleador internacional —digo.
Uriel se gira y sonríe, no la clase de sonrisa amable o que denota compañerismo, no, sino, la misma que resulta amenazante para algunas personas.
—Artemis —rechina los dientes—. Francori.
Estiro la mano y él me mira con diversión, estrecha su mano con la mía dando un fuerte apretón.
—La leyenda de las peleas callejeras —ironiza.
—No es para tanto, de hecho, es Oliver Strong quien nos ha superado a todos —sigo.
Un mesero se acerca con una charola llena de copas de vino, él toma una, yo otra.
—¿No me vas a presentar a tu novia? —bebo un trago.
Su sonrisa se desaparece ahora dejando el rastro de una media luna irónica.
—Claro.
Veo como la rodea por la cintura, ella tensa el cuerpo, solo espero que no cometa el error de decir que ya nos conocemos, eso echaría por la borda los planes que tengo.
—Ella es mi dulce Kaira Cavalli —le arregla un mechón rojo, suelto y se lo coloca detrás de la oreja—. ¿Has escuchado las noticias?
—No soy mucho de ver los rumores que los medios de comunicación se esmeran en propagar —agrego terminando mi trago.
El mesero se acerca para recoger mi copa y tomo dos esta vez, dándosela a ella, beber podría relajarla un poco, ella la toma y diviso un ligero temblor en su mano cuando nuestros dedos rozan, ella rápidamente aparta la mano y se lleva el vino a la boca.
—Él es Artemis Francori —esta vez el tono que emplea Uriel es agrio—. Una leyenda, peleador profesional que ha vuelto de la tumba. Estuviste cuatro años sin salir a la luz ¿estabas en una cueva?
Los presentes que para ese momento no eran más que otro adorno, se ríen.
—Algo así —no aparto la mirada de Kaira.
Quien, por su nerviosismo, bebe todo, está actuando de manera extraña, ya no parece ser la chica temeraria que vino a pedirme ayuda, es como si hubiera pasado de ser una fiera pantera, a un dulce e indefenso gatito en medio de leones.
—Se dice que su relación va en serio, tanto que ya se escuchan las campanas de la iglesia —bromeo y todos ríen.
Un brillo de malicia se ancla en las pupilas de Uriel, veo como ajusta su agarre sobre ella.
—Es posible —arguye orgulloso.
Es el momento en el que ella tira la copa de vino vacía al suelo, estallando en mil pedazos, los presentes la miran, intenta arrodillarse para recoger los pedazos rotos, pero Uriel la toma del brazo con fuerza, quiero estamparle la cara contra el suelo, pero contengo mis ganas, tengo que aprender a controlar mi carácter impulsivo.
—Lo siento —murmura ella con las mejillas rojas.
—No te preocupes, es un accidente —hablo.
Ella evita mirarme, tiene la mirada baja, está temblando.
—Necesito ir al baño —le susurra a Uriel.
Este asiente y con la mirada le ordena a dos de sus hombres que la acompañen.
—Con su permiso —dice al grupo y se da la vuelta.
La veo alejarse, subir las escaleras, ella no hace nada, parece un maldito robot y creo que me siento un poco decepcionada, es cuando las palabras de mi primo llegan a mí ¿y si en verdad la violó? La simple posibilidad hace que me den náuseas.
—Y bien —Uriel me da una palmada en la espalda—. ¿Qué te parece la lista de los finalistas para el torneo?
Me deshago de su agarre.
—Lo siento, ha llegado mi primo —señalo en dirección a Damián, quién obviamente llega solo.
Traer a Elsa es peligroso, las putas se le acercan y él no duda en saludarlas con una sonrisa, luego les muestra con discreción su anillo de matrimonio y recuerdo el mío, el que le di a Lilibeth y que rechazó en el pasado, el mismo al que le puse una cadena y traigo colgado en el cuello todo el tiempo.
—Entiendo.
—Nos vemos después —le regreso la palmada en la espalda con más fuerza.
Cosa que le molesta de sobremanera. Camino entre la gente hasta llegar a Damián.
—¿La encontraste? —me pregunta con cautela fingiendo saludarme.
—Está en los baños, ayúdame con Uriel —le susurro.
—Ve, yo te cubro.
Asiento y comienzo a perderme entre la gente, me escabullo por la parte trasera, donde están los baños de los invitados, luego subo las escaleras, procurando que no me vea nadie, entro a lo que es una habitación, conociendo a Uriel, debió mandarla a los baños privados, por lo que cierro, abro la ventana y salgo por esta, agarrándome de la sólida estructura, el aire golpea en mi espalda, pero eso no me detiene, llego hasta lo que es la ventana adyacente, la deslizo y entro.
No hay nadie, me meto en uno de los cubículos al ver que salen dos señoras, hablan y ríen de mierdas sobre la comida, escucho que salen, y es cuando salgo, asegurándome de poner el cerrojo con cuidado. Enseguida, uno de los cubículos se abre y sale Kaira Cavalli, no me ve, va al lavabo, comienza a lavarse las manos.
Levanta la mirada y me ve detrás de ella, abre la boca para decir algo y la rodeo con mis brazos cubriendo su boca con mi mano para evitar que grite.
—Shhh.
Ella asiente y se gira.
—¿Qué haces aquí? —pregunta y su voz tiende de un hilo.
—Eso mismo debería preguntarte, escapaste de mi casa.
Frunce los labios.
—No quiero hablar —intenta pasar de largo.
Me enfado y tiro de su brazo.
—Baja la voz, ¿por qué estás con Uriel? ¿Cómo es que te encontraron? ¿Te han hecho daño? —la bombardeo con preguntas.
Sus ojos se llenan de lágrimas que está claro que se niega a derramar.
—Suéltame, idiota —se remueve inquieta.
—¿Qué es lo que te pasa? —replico—. Intento ayudarte.
—No lo necesito, Uriel no me ha hecho nada, suéltame...
La estrecho contra mi cuerpo, se remueve inquieta, a tal punto que comienza a golpear mi pecho y la dejo hacerlo porque parece estar entrando en un ataque de pánico, hace demasiado ruido y le detengo las manos, su pecho sube y baja por la respiración acelerada.
—¿Estás loca? —susurro.
Entonces sucede, sin que lo vea venir, estampa sus labios sobre los míos.
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Un Corazón Dañino #3 © [COMPLETA]✅
Romance"Se supone que el villano no es el rey, y se supone que la princesa no debe destronar al rey" Lo que empezó como un sueño, terminó en una pesadilla, perdí la cabeza y herí a la única mujer que he amado. Han pasado cuatro años desde el día en el qu...