AKIN
Los gritos y las súplicas hacen que solo aumenten mis ganas por conseguir la sangre de aquellos que me han traicionado, aquellos que se han metido con lo mío. Mis hombres traen arrastrando un cuerpo con la cabeza cubierta con una bolsa de tela negra.
Desde pequeño me han enseñado que la familia es primero. Quien insulta lo paga, y lo hace con la muerte. A mis cincuenta años puedo decir que he matado, desmembrado, aniquilado a miles de personas, mujeres, niños, bebés, no importa el género o la edad.
—Señor.
Lanzan a mis pies al luchador por el que he pagado más de cinco millones de euros, su trabajo era sencillo, matar al contrincante y ganar el dinero para mí, lo hizo, pero el problema radica en que el muy imbécil se gastó mi dinero en Las Vegas, y por si fuera poco se folló a una de mis putas personales.
—Puedes retirarte —chasqueo los dedos.
—Enseguida señor.
El tipo se marcha y el peleador tiembla como marica. Estoy rodeado de halcones, los cuales, son los mejores asesinos dentro de la mafia italiana.
—Quítenle la bolsa —ordeno.
El tipo tiene todo el rostro golpeado, un ojo hinchado, la nariz rota y con falta de algunos dientes. No hablo, no tengo tiempo para esto, mucho menos cuando mi problema es otro, con otra persona.
—Me dicen que has tomado algo que no te pertenece —agrego sacando un puro.
Lo enciendo y saco el humo haciendo ligeras "O"
—No me arrepiento de nada —dice escupiendo sangre.
Su estupidez hace que manche de sangre mis zapatos, lo cual le hace enfadar, siempre lo hacen, siempre me sacan de mis cabales y al final, todos terminan igual.
—Eso pensé.
Saco mi arma, le apunto y...
—Sé dónde está ella.
Dejo suspendido mi dedo sobre el gatillo.
—¿En serio? —río.
—Sé que su padre, Ricardo Cavalli está en un centro...
Su comentario me hace reír, y lo hago con ganas, porque al meterse conmigo ya debió entender que siempre voy uno, dos o incluso diez pasos delante de mis enemigos, de lo que me importa.
—Eres tan ingenuo.
Aplaudo y enseguida uno de mis halcones entra empujando una enorme caja de madera sobre una mesa de metal con ruedas.
—¿Sabes qué es eso? —señalo la caja.
—No.
—Yo te mostraré.
Les ordeno a mis hombres que abran la caja y la volteen, de ella sale el cuerpo inerte de Ricardo Cavalli, el tipo ha sido sacado de su tumba porque ni muerto me van a quitar el gusto de matarlo o hacerle daño, tal vez no sienta ya nada, sin embargo, ella sí.
—Eso es lo que les pasa a los tipos como tú —río.
El peleador voltea a verme, pero es demasiado tarde, ya le he disparado en la cabeza, su cerebro sale volando y de inmediato mis perros se acercan para comenzar a comer.
—Imbécil.
Los halcones se llevan el cuerpo de Ricardo y yo termino mi puro.
—¿Tienen lo que pedí? —pregunto.
Se me acercan y le dan una carpeta con todo lo que necesito.
—Sí, señor, ya sabemos dónde está.
Leo cada una de las hojas con los datos arrojados, sonriendo cierro y siento que la polla se me endurece al haber grabado la imagen de la pelirroja de ojos azules.
—Llegó la hora, es momento de ir por el pago.
ESTÁS LEYENDO
Un Corazón Dañino #3 © [COMPLETA]✅
Roman d'amour"Se supone que el villano no es el rey, y se supone que la princesa no debe destronar al rey" Lo que empezó como un sueño, terminó en una pesadilla, perdí la cabeza y herí a la única mujer que he amado. Han pasado cuatro años desde el día en el qu...