ARTEMIS
Nunca me habían apuñalado de esta manera, jamás, las palabras de Kaira me han cortado en lo profundo, quisiera decir que son mentiras, pero lo vi, sus ojos... sus jodidos ojos me lo dijeron todo, aunque me dijera que no es verdad, lo hay en cierto modo.
De hecho, ese era uno de mis más grandes temores al salir, que si en algún punto de mi vida conociera a una chica y esta se enterara de lo sucedido, me diera la patada en el culo, me lo reprochara y no quisiera estar conmigo.
Algo que pasó anoche, Kaira, la misma que creí diferente.
—¿Estás bien?
La voz de Damián me saca de mi ensimismamiento, le miro mal y le lanzo las llaves del auto.
—Tú manejas —demando.
—Yo lo hice al venir aquí.
—Me importa una mierda, no me siento bien para hacerlo.
Asiente sin decir más, es demasiado temprano y eso le molesta, apenas son las cinco de la madrugada, no quiero ver a los abuelos de Kaira, de vecinos o de lo que sea, y eso la incluye, por ello, en la noche lo hicimos. Damián saca la maleta con la que llegamos y cierro la habitación.
Quisiera entrar al cuarto de Kaira y follarla hasta sacarle esa puta idea de la cabeza, pero si ella no acepta lo que soy ahora sin dejar de pensar en los errores de mi pasado, no tiene caso alguno estar con ella. Soy un monstruo, y nunca voy a poder cambiar eso, no en esta vida.
Entramos al auto y el ambiente empeora, me acomodo la gorra, de soslayo observo cómo las luces de su habitación siguen apagadas y trago duro.
—¿Seguro que no quieres... ? —inquiere Damián con cautela.
—Arranca.
Mi primo me hace caso, la casa de los abuelos de Kaira se va perdiendo mientras nos alejamos y el peso del pecho no desaparece. Para cuando llegamos al aeropuerto, Damián va al baño y tomo ese momento para llamarle a la única mujer que creo que va a amar y a entender.
—Artemis ¿sucede algo?
Su tierna voz es como la de una mamá preocupada y me pregunto cuándo es que creció tan rápido, cuando era yo quien siempre cuidaba de ella y alejaba a todos.
—¿Cómo lo sabes? —sonrío con desgana.
—Eres mi mejor amigo, y aunque estemos lejos, lo siento en mi corazón, ahora dime, ¿qué te pasa?
—Kaira me odia por lo que te hice en el pasado.
—¿Qué? Pero estabas enfermo...
—Eso sigue siendo una justificación —dejo claro—. De cualquier modo, me dijo que jamás estaría con alguien como yo, y duele una mierda ¿por qué duele tanto?
Suelta una risa que me acelera el pulso.
—Porque estás enamorado, idiota.
Sonrío.
—Lo estoy, y mira cómo salieron las cosas.
—Habla bien con ella.
—Es demasiado tarde, estoy en Texas a punto de regresar, ya he firmado el acuerdo con el directivo Augusto, el mismo que patrocina a tu esposo, creo que nos veremos más seguido.
—¡Eso me alegra tanto! —chilla al otro lado de la línea—. Te extraño horrores.
—Y yo a ti, princesa.
—Pero volviendo al tema de Kaira Cavalli, creo que debes insistir.
Me quedo callado, no sé si sea tan buena idea como creé.
—Hablo en serio, inténtalo una vez más.
—No lo pienso.
—¡Artemis King, si tomas ese maldito vuelo sin hablar con Kaira al respecto, juro que no te volveré a ver luego de arrancarte las pelotas!
Alejo un poco el móvil de mi oído, ¿cómo le hace Oliver para aguantar a semejante mujer?
—En serio, Artemis, tienes que ir por ella, no la dejes ir sin tener una justificación creíble de los hechos.
Me cuelga, Lilibeth me ha dejado colgado, me quedo atónito un par de segundos, está mujer me mata.
—Artemis.
Levanto la mirada, mi primo tiene cara de querer decir algo, frunzo el ceño y me pongo de pie.
—Hay algo que tienes que saber —se rasca la barbilla—. Kaira... ella no tiene la culpa de lo que dijo, es decir, todo fue por una razón.
—¿De qué hablas? —tenso el cuerpo.
—Cometí el error imprudente de comentarle sobre tu contrato con el directivo, supongo que dijo toda esa mierda para herirte y que firmaras —saca los papeles del contrato y los rompe en mi puta cara—. Fui egoísta al querer que sigas tu sueño.
Me quedo en silencio, todo me da vueltas y termino dándole un puñetazo a mi primo Damián.
—Ok, eso me lo merecía —se tambalea.
—Imbécil.
Saco mi móvil con la intención de llamar a Kaira.
—Eso no es todo, no es la única razón por la que debes hablar con ella y quedarte.
Levanto la mirada comenzando a maquinar maneras de desmembramiento humano.
—¿Qué es lo que quieres decir con eso? —pregunto impaciente.
Damián me mira fijo y luego me responde:
—Kaira está embarazada, Artemis, ella está esperando un hijo tuyo.
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Un Corazón Dañino #3 © [COMPLETA]✅
Romance"Se supone que el villano no es el rey, y se supone que la princesa no debe destronar al rey" Lo que empezó como un sueño, terminó en una pesadilla, perdí la cabeza y herí a la única mujer que he amado. Han pasado cuatro años desde el día en el qu...