ARTEMIS
Hacerme una paja pensando en alguien que tengo a solo un metro de mí, no es algo de lo que me sienta orgulloso. Pero aquí estoy, viendo como Kaira sale de la casa de sus abuelos en compañía del pijo de mi primo Damián. Hay algo que noto en ellos, es como si tuvieran una mirada cómplice que me deja un sabor amargo.
Soy un buen observador, lo que me hace darme cuenta de que el idiota le dice algo, ella voltea a verme, asiente y camina hacia mí, jamás pensé que sentiría algo como esto por otra chica que no fuera Lilibeth, e incluso esto es más sólido, fuerte y grande. Verla caminar hacia mí provoca que mi polla se endurezca.
—Suerte en tu pelea...
Sus palabras se quedan suspendidas en el aire cuando rodeo su cintura y la atraigo hacia mí, besándola, sabe a menta, a deseo, cuando intenta apartarse de mí, le meto la lengua hasta la garganta, lamo y chupo sus labios hasta que los dejo hinchados.
—Auch —chilla cuando se aparta de mí—. Eso duele.
—Eres mía, que te quede claro —gruño en su boca.
—No es...
Me aferro a sus caderas.
—Lo eres.
Se muerde el labio inferior.
—Hay algo que te tengo que decir —murmura—. Después de la pelea.
Frunzo el ceño.
—Lo que sea me lo puedes decir ahora —refuto.
—Prefiero que sea después —no parece muy segura.
Asiento y levanto su barbilla con fiereza.
—Está bien —le vuelvo a dar un beso que la toma por sorpresa—. Ya no pienso apartarme de ti.
—Siento interrumpir, pero me temo que es momento de irnos —habla mi primo con el celular en la mano—. Debemos prepararnos.
—Damián se encargará de todo, espero verte para que me des suerte —agrego y Kaira asiente con una sonrisa tímida.
—Te veré ahí —arguye y sus mejillas se tiñen de un color rojo carmín.
Me despido y subo a la camioneta en la que vinimos, no dejo de verla aún estando dentro.
—Dios, deja de follarla con la mirada —resopla Damián.
—Cállate, idiota.
—Eso es lo que serás tú al final del día, primito —se burla.
No hago preguntas porque no me interesan esas respuestas, para cuando llegamos al centro, comenzamos con los preparativos, entreno un par de horas, descanso la mayoría, hablamos sobre los próximos proyectos y tengo todo planeado para llevarme a Kaira de aquí, conmigo, donde tiene que estar.
Cuando por fin llega la noche de la pelea, me informan que todo el centro está lleno, asistieron más personas de las planeadas, e incluso muchas se quedaron afuera con la esperanza de que alguien les cediera el lugar, cosa que no ha pasado.
—¿Estás listo? —Damián entra con una tablet en la mano—. Te tengo una buena noticia...
—¿Llegó?
Le miro por encima del hombro.
—¿Kaira o Rafael? —bromea.
Le lanzo un trapo y le enseño el dedo corazón.
—Por supuesto, la puse en primera fila con sus abuelos, pero eso no es lo que quiero hablar contigo.
—Lo que sea puede esperar.
—Esto es importante.
—No más que Kaira.
Damián suelta un suspiro de rendición.
—Cómo quieras —niega con la cabeza—. Suerte.
Me da una palmada en la espalda, luego sale, tomo mi móvil y algo en mi pecho se fractura, porque ya no siento esa necesidad de ver una foto de Lilibeth, mucho menos de llamarla antes de una pelea, tengo todo lo que necesito, y eso está en el palco. Dejo todas mis cosas en su lugar.
Cuando tocan la campana, salgo en dirección al ring, la gente exclama, vitorea, las mujeres llevan pancartas enormes con mi nombre.
"Demon, te amo"
"Demon, cásate conmigo"
"Quiero ser la madre de tus hijos"
Pero toda mi atención va directo hacia la pelirroja de ojos azules que me mira con un brillo extraño, se ve tan... hermosa, más que de costumbre. Mi contrincante no es un oponente de peligro.
—El gran Demon —escupe a un lado—. Resurgiendo de las cenizas.
Muevo el cuello y me posiciono.
—Algo así.
—Te mostraré que no debiste haber salido de ahí —ríe con malicia y seguridad.
—Muéstrame lo mejor que tienes.
Suena la campana y comete el error de lanzarse encima de mí, esquivo su golpe, juego un poco con él y termino por darle el primer golpe a un costado de las costillas.
—¡Maldito!
Cinco intentos y cuatro de ellos fallan, llega mi momento de atacar, no me detengo, estudio sus puntos débiles, aplico y lo machaco hasta que su rostro se llena de sangre, en el suelo, casi inconsciente, la gente grita llena de euforia.
—¡El ganador, Demon!
Levanto ambas manos y todo a mi alrededor parece un mar de gente, no obstante, me concentro en Kaira, quien se sostiene el vientre bajo con una mano y con otra el pecho, sus ojos se llenan de lágrimas, pero de felicidad porque sonríe.
Damián me espera al otro lado del ring, me recibe con un abrazo fraternal y caminamos hacia el camerino de nuevo.
—Tranquilo, he pedido que te la traigan, hay algo que te quiere decir.
—¿De qué trata? —frunzo el ceño.
—Ella te lo dirá.
Entramos a mi vestidor, Damián me lanza una toalla húmeda y la paso por mi cuerpo hasta que la puerta se abre, por un segundo pienso que se trata de Kaira, pero no, se trata de una fan.
—No puedes estar aquí —espeta mi primo.
No obstante, es demasiado tarde, porque se me abalanza sobre mí y aplasta sus labios sobre los míos.
—Gracias, es mi primer regalo de cumpleaños.
Esa voz, solo son dos segundos de la acción, la aparto de mí y miro en dirección de la puerta, Kaira se da la media vuelta y con eso se marcha.
Mierda.
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Un Corazón Dañino #3 © [COMPLETA]✅
Romansa"Se supone que el villano no es el rey, y se supone que la princesa no debe destronar al rey" Lo que empezó como un sueño, terminó en una pesadilla, perdí la cabeza y herí a la única mujer que he amado. Han pasado cuatro años desde el día en el qu...