PIJAMADA

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POV BECK

Después de un silencioso viaje en el taxi, donde el único sonido era el murmullo de la lluvia residual y pequeños ronquidos —acompañados por los sueños hablados de June—, finalmente llegamos a la casa. El lugar parecía un refugio prometedor, cálido y seco, exactamente lo que necesitábamos después del caos de la tormenta.

Bajé del taxi, mirando con cierta ternura cómo las chicas, aún medio dormidas, empezaban a moverse como zombis. Engfa, abrazada a su manta de unicornio, bajó primero, tropezando ligeramente con el borde del asiento. Marissa e Ize la siguieron, apoyándose mutuamente como si fueran un dúo cómico después de una noche de fiesta. Faye, por otro lado, se arrastraba con los ojos entrecerrados, murmurando algo sobre "necesitar cinco minutos más".

View, en cambio, estaba tan envuelta en su manta que parecía un burrito andante. June caminaba detrás de ella, sujetándola por los hombros para evitar que tropezara. June—Con cuidado, View. No quiero explicarle a nadie cómo terminaste con la nariz rota después de todo esto —dijo, con una mezcla de preocupación y humor en su voz.

View levantó una mano débilmente y murmuró—Si me caigo, juro que usaré la manta para amortiguar el golpe... al menos será dramático-

June rio suavemente y ajustó la manta alrededor de View. June—Dramático es tu segundo nombre, pero prefiero que llegues en una sola pieza, gracias.

Pero Freen... Freen era un caso aparte. Estaba profundamente dormida, con una expresión de total tranquilidad en el rostro, como si la tormenta, el frío y el caos nunca hubieran existido. Intenté despertarla con suavidad, dándole pequeños golpecitos en la mejilla. Beck—Amor, ya llegamos, levántate —susurré, esperando que mi tono dulce fuera suficiente. Pero no hubo respuesta. Probé de nuevo, esta vez sacudiendo ligeramente su hombro—. Freen, cariño, es hora de bajar-

Nada. Ni un parpadeo.

Suspiré, mirando a Love, quien estaba de pie al lado del taxi, claramente disfrutando de mi situación. Love—¿Qué pasa, Beck? ¿La heroína se quedó sin fuerzas? —dijo, sonriendo maliciosamente mientras se cubría con una bufanda.

Beck—¡Cállate! Esto no es nada para mis músculos perfectamente entrenados —respondí, fingiendo indignación mientras ajustaba mi postura. Con cuidado, deslicé un brazo debajo de las rodillas de Freen y el otro detrás de su espalda, levantándola en un movimiento fluido. Ella murmuró algo ininteligible y apoyó la cabeza contra mi hombro, aún profundamente dormida.

Milk, quien observaba la escena mientras ayudaba a Love a entrar a la casa, no pudo evitar reírse. Milk—Beck, no sabía que eras una princesa de cuentos de hadas. ¿Te falta un castillo o qué?-

Beck—Lo sé, soy impresionante —respondí, cargando a Freen con una sonrisa mientras las demás chicas reían a mi costa.


Entramos a la casa, y el contraste con el frío exterior fue un alivio inmediato. Dejé a Freen en el sofá con cuidado, arropándola con la manta que había llevado consigo. Ella se acurrucó automáticamente, como un cachorro en su cama. Por un momento, me quedé mirándola, sintiendo una ola de ternura que reemplazó todo el agotamiento.

Engfa, mientras tanto, ya se había apropiado del sillón más grande, con Char tirada sobre ella como si fueran un par de piezas de Lego mal ensambladas. Faye ayudaba a Yoko a acomodarse sobre ella en el sillón más pequeño, mientras Ize y Marissa discutían en voz baja sobre si preparar algo caliente o ir directamente a dormir.

Love, por supuesto, no podía dejar pasar la oportunidad de quejarse. Love—¿Podemos hacer algo con esta temperatura polar? Estoy segura de que hay pingüinos escondidos en esta casa.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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