25: ¿Fin?

86 7 4
                                    

Diana

Odiaba estar fingiendo cada dos por tres. No me gustaba nada. Quería poder besarlo y gritarle al mundo que era mío. No podíamos estar haciendo esto siempre. Además, esto de tener que besar a Hamilton cuando tenemos una cámara cerca... no. No me atrae, no me gusta, es como besar una mesa de madera. Un cristal. No siento nada. Eso no quería decir que besara mal, porque no es así, pero no es mi novio. No es el padre de mi hija. No podría sentir nada. Max me dijo que me encontrase con él en donde su padre jamás miraría. Justo detrás de McLaren y Ferrari, había un espacio en el que algunos mecánicos se pasaban a descansar o en su defecto a fumarse un cigarro antes de volver al trabajo, así que allí nos vimos, cuando ya no había nadie. Lo abracé con fuerza y necesidad. Lo echaba de menos, a pesar de vernos a "escondidas" por las noches, odiaba esto.

–Creeme, lo odio tanto como tú –me beso en la mejilla y me abrazó con todas sus fuerzas, juntando su frente con la mía.

–Esto es horrible.

–Me pone tan enfermo ver cómo te besas con él. Sé que no sientes nada, porque eres mía, pero cada vez que se te acerca quiero agarrarlo de las trenzas, hacerlo un aro y usarlo como neumático. Soy incapaz de mirar sin querer arrancarle la cabeza.

–¿Y por qué no cogemos nuestras cosas y mandamos todo a la mierda?

–... Porque me gusta demasiado mi trabajo como para retirarme, Diana.

–¿Y donde quedamos nosotras? ¿Has pensado en eso?

–... No. No pienses que no me importáis.

–Ya lo sé. Pero no me parece bien tener que estar sufriendo besando a otro tío que no me gusta nada, con mi hija al lado, porque tu padre está chalado. Yo ya no puedo más con esto. Nosotras nos vamos.

–¿O-os vais? ¿Cómo que os vais? No, no me hagas esto... –me cogió por las mejillas y me hizo mirarle a los ojos, los cuales estaban llenándose de lágrimas.

–Ven con nosotras.

–... No me hagas elegir...

–Adiós, Max.

Estampó sus labios contra los míos y disfruté de él una última vez antes de separarme de él por completo.

–... Despídete de la niña.

Asintió con lágrimas en los ojos. Cada vez que se las limpiaba, se multiplicaban. Me dolía tanto verlo así, pero estaba haciéndolo porque quería estar ahí antes que disfrutar de su hija. Eso a mí me dolía en el alma. Otra vez más, Max me decepcionaba.

–Espero que te vaya todo muy bien, si quieres ver a la niña sólo escríbeme. Pero de mí no busques más, me has vuelto a fallar.

–... Está bien.

Nos despedimos entre lágrimas y me fui. Me fui para no volver y rehacer mi vida. Como tendría que haber hecho hace tanto tiempo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐦𝐚𝐝 𝐦𝐚𝐱: 𝐥𝐨𝐬 𝐠𝐚𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐬𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora