Max
Después de todo, si acababa embarazada, no iba a irme de rositas. Ella me necesitaba, y yo a ella. Éramos uno. Y era algo que teníamos que asumir los dos. Ninguno de los dos podía desaparecer. Me quedé cada día con ella, sin hacer caso a nadie, no quería que me metieran la charla de mi vida con que no teníamos la edad, con que éramos demasiado irresponsables o que si salía bien deberíamos tener más cuidado.
Dos días después de tomar la pastilla la vi bastante pachucha. Imaginaba que serían los efectos de la pastilla, que pocos no eran. Lloraba, se enfadaba, cambiaba de humor de manera tan drástica que me pensaba que estaba loca... Era desesperante. Tenía náuseas, dolores de cabeza. ¿Como algo tan pequeño produce tanto?
–¿Necesitas algo más? –dije hablándole al nido de sábanas que tenía delante.
–¡No!
–Oye, no pasa nada, calmate... –me senté a su lado–, ¿qué sientes? –intentaba ser empático pero parecía que estaba poseída.
–Náuseas.
–¿No hay nada que pueda hacer por ti?
–No.
Simplemente me tumbé a su lado y la miré, le ofrecí mi mano para apoyarla. No podía hacer nada más. Esperaba que se le pasara rápido. Después empezó la fase de los antojos, y además la pastilla le había hecho engordar. No me quedaba nada claro.
–Creo que voy a vomitar otra vez –fue al baño.
–Empiezo a pensar que deberíamos llevarte al médico.
–No te preocupes.
–Sí, sí me preocupo. No es normal.
–Me veo gorda.
–No estás gorda...
–¡Pero yo no estaba así! ¡Tenía un abdomen plano! ¡Y desde hace dos meses me veo gorda! De cara y de todo!
–¡Vamos al medico te digo!
–Está bien.
Así que cogimos el coche después de que se vistiera y se arreglará para estar presentable y me la llevé a una cita médica que nos dieron por suerte. Menos mal que falló el paciente que iba a venir. Les contamos la situación, la doctora solo se reía.
–Cariño, estás embarazada.
–No. No. Es imposible.
–Vamos a la sala de ecografías si quieres asegurarte.
Me cogió de la mano y fuimos los tres. La tumbaron en una camilla y le pusieron el gel para empezar a hacer la ecografía. Y ahí estaba, un pequeño, minúsculo punto que era lo que empezaba a ser un feto.
–Joder.
–Joder –dije yo también.
–¿Es una noticia buena o mala? ¿Os felicito o lloro con vosotros?
–... Déjanos pensar... –me reí por los nervios. No podía con mi vida.
Diana me miraba. Estábamos los dos en shock. Suspiré y le di la mano.
–¿Qué quieres hacer?
–Necesito pensar mucho todo esto.
–Tienes un mes o así para pensarlo, antes de que sea un feto y no un cúmulo de células... –dice la enfermera.
Asentimos. Le tendió un papel para limpiarse y nos fuimos en un silencio. La tensión se podía cortar con un cuchillo. Ahora mismo no podía conducir. Me apoyé en el volante del coche aguantando las ganas de llorar. Todo era culpa mía, no quería arruinarle la vida con un crío.

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𝐦𝐚𝐝 𝐦𝐚𝐱: 𝐥𝐨𝐬 𝐠𝐚𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐬𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐧
ФанфикDos chicos que se conocen desde que nacieron. Empieza por el odio, la rivalidad desde pequeños, las luchas de ver quién es superior, hasta que llega la madurez y se alejan. Luego la protección, "no la toques" decía. Los celos, también hacían daño c...